Aparte de la obvia conexión que tenía con Los Angeles, la mitad de cuya población es hispana, Jerry Buss, el recientemente fallecido y venerado dueño de los Lakers – el hoy malogrado equipo de básquetbol profesional de la NBA – tenía otros contactos con los hispanos.
Específicamente, con Delia Cortez, una estudiante de veterinaria en la Universidad de Hawaii y residente de Los Angeles, de poco más de 20 años de edad y con quien Buss mantuvo una relación amorosa por varios años.
Tanto, que al fallecer a la edad de 80 años, este 28 de febrero, Buss dejó a su novia un departamento en Hawaii cuyo valor está estimado en alrededor de 5.5 millones de dólares, y un automóvil Bentley de 2009, por alrededor de 200,000 dólares, dijo hoy el Huffington Post.
La belleza latina, cuyas agraciadas fotos aparecen en su sitio de MySpace, ubica su lugar de residencia como Marina del Rey, el barrio exclusivo frente a las playas del Pacífico.
Según dijo la misma Cortéz a la publicación especializada TMZ, Buss, temeroso de las repercusiones negativas que pudiesen generarse si la noticia del noviazgo con quien podría ser su nieta se revelaba, la hizo mudarse a Honolulu y le dijo que “se quedase quieta” respecto a ellos dos.
La adición de las propiedades a nombre de Cortez se hicieron recientemente, en marzo o agosto de 2012.
El resto de la multimillonaria herencia de Buss quedó para el fondo familiar controlado por su hija Jeanie Buss.
Según la entrevista, Cortez sabía que Buss tenía “múltiples y jóvenes novias, pero que ella era la número uno”.
La fortuna de Buss se estima en alrededor de 600 millones de dólares.
