¿Quién quiere la tercera cadena nacional de TV en México?

¿Quién quiere la tercera cadena nacional de TV en México?

Uno de los doupolios más fuertes que enfrenta México está en la industria de la televisión, donde Televisa concentra más de 60% de la oferta, seguido por TV Azteca con cerca de una quinta parte del negocio.

Problema que independientemente de la falta de variedad y calidad en los contenidos, se ha traducido en uno de los instrumentos más afilados para controlar y hasta capturar a los gobiernos, a través de campañas de desprestigio en los noticieros de las empresas, debido a la alta penetración del medio en el país.

De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, hasta el año pasado, la televisión tiene una cobertura de 95% de los hogares en México, la radio el 79%, mientras que Internet el 26% por ciento.

Por años, los analistas, organizaciones civiles y empresas han solicitado la apertura de una nueva cadena nacional, para poder incrementar la competencia en el mercado, la cual había sido postergada por las autoridades, en parte por la presión de los concesionarios de TV.

Sin embargo, con los cambios tecnológicos, especialmente en la transmisión de las señales de análoga a digital, la convergencia con los servicios de telecomunicaciones; los nuevos competidores y las ofertas de servicios integrados de televisión, telefonía, Internet y celular, el estado actual del sector no puede sostenerse y debe cambiar.

En la pasada administración del Presidente, Felipe Calderón, ya en la parte final de su periodo se anunció la licitación de la tercera cadena de TV, que no se concretó.

Al arranque de la gestión del Presidente Enrique Peña, se conformó con el apoyo de los principales partidos políticos el Pacto por México para avanzar en las reformas estructurales que el país requiere, entre ellas las telecomunicaciones.

Iniciativa de reforma, que se ha anunciado está por presentarse en días o semanas y que hasta donde se ha podido conocer incluye la apertura de dos cadenas de TV nacionales abiertas.

De acuerdo con la Asociación Mexicana del Derecho a la Información, una de ellas se licitará para la iniciativa privada y otra será gubernamental, que no del Estado.

Sin embargo, es posible que la cadena para el sector privado sea difícil de colocarse en el mercado, sino se modifican antes las condiciones actuales del mercado, donde Televisa y TV Azteca controlan el mercado y el de la publicidad también.

Uno de los grandes retos para la nueva cadena es la digitalización, ya que con el cambio Televisa y TV Azteca obtuvieron más canales, pues en las frecuencias concesionadas, ahora pueden meter más canales, ya que el gobierno no se las retiró.

Por ejemplo, TV Azteca ha multiplexado la señal del canal 7 en cuatro, la del canal 13 en 6 y la del canal 40 en 7, aunque no todos los “nuevos canales” están transmitiendo, la presencia de la empresa ha pasado de 3 a 17 canales.

Bajo esta circunstancia y con los grandes niveles de inversión, que se requieren para montar una nueva cadena de cobertura nacional, la empresa o grupo empresarial interesados no tendría la capacidad de poderles competir.

Si la reforma no ofrece cambios de fondo y reduce el poder de estás empresas, y la licitación se enfocada en atraer algún competidor internacional, es probable que pase, como la última licitación de espectro para las comunicaciones móviles y quede desierta.

En el mejor de los escenarios, si la concesión queda en compañías nacionales, también es muy probable que no logre una fuerte presencia en el mercado, debido al control de las televisoras actuales.

Otra posiblemente alternativa, es que el Grupo Carso de Carlos Slim, cree una empresa, en alianza con otros jugadores para poder acceder al mercado de la televisión, que le ha sido negado para su negocio de telefonía, Telmex y entonces la competencia seguiría reducida a los mismos jugadores.

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