La tumba de Jenni Rivera en el cementerio All Souls, en Los Ángeles, no podrá ser visitada por los fans de la cantante grupera después que su familia decidiera contratar seguridad en el área y prohibir el acceso de los fanáticos.
De acuerdo con el periódico mexicano, El Universal, la familia Rivera decidió que la mejor solución era una vigilancia permanente en el panteón ante el creciente número de simpatizantes, que aún lloran la muerte de la artista, y quienes desean ir al sitio donde descansan sus restos a rendirle tributo.
Una fuente, consultada por el diario, reveló que la tumba -valorada en unos 100 mil dólares y con capacidad para ocho personas- aún no tiene la lápida con el nombre de la cantante, pero que esto no ha sido impedimento para que los fans ubicaran el lugar donde fue enterrada 'La Diva de la Banda'.
“Aquí viene mucha gente a ver la tumba de Jenni, pero como no tiene su nombre muchas personas no saben dónde está”, dijo una persona que trabaja en el lugar a El Universal y quien prefirió omitir su nombre.
“Sí han venido muchas personas a visitarla [la tumba]”, indicó la fuente, “aunque, como digo, no se sabe si es de ella porque no tiene nombre, algunos sí reconocen el lugar porque se les dice. Su única intención es venir a rezar, rendirle un tributo a su ídolo”.
Jenni Rivera murió en un accidente de avión el 9 de diciembre del pasado año junto a su publicista Arturo Rivera, el maquillista Jacobo Yebale, el abogado Mario Macías Pacheco y el peinador Jorge "Gigi" Armando Sánchez.
La familia del equipo de trabajo de la cantante se unieron en una demanda, interpuesta en Los Ángeles, con la finalidad de esclarecer lo sucedido en la fatídica madrugada, en que después de terminar un concierto en Monterrey, el avión, fabricado en 1969, explotó en el aire, provocando una aparatosa caída. Los familiares buscan recibir indemnizaciones de parte de los responsables.