Llegó la hora de las promesas y los planes para 2013. Pero este año sugiero intentar un camino diferente en sus finanzas personales. No más listas de cinco diez o más planes. La realidad demuestra que es mejor concentrarse en menos cosas, pero con más intensidad y enfoque.
Incluso esto evita la frustración y hasta la depresión de terminar otra año si que hayamos logrado lo propuesto.
En finanzas personales existe un aspecto que es el más importante y a veces difícil de controlar de todos: la deuda.
Por ello en 2013 la meta es reducir la deuda a cero. Y especialmente hay que acabar con la deuda de tarjetas de crédito, que es la más nociva para nuestras finanzas personales porque nos hace pagar intereses muy altos y por mucho tiempo.
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“Aunque la recuperación económica nos está ayudando a usar las tarjetas de crédito a un menor ritmo, este año vamos a agregar a la deuda de tarjetas ceca de $36.3 billones. Si queremos evitar mayores problemas es necesario salirnos de ese hueco financiero”, dijo a HuffPost Voces Odysseas Papadimitriou, presidente ejecutivo de Cardhub.com, sitio de análisis e información sobre tarjetas de crédito.
¿Y cómo lograr la educción de la deuda con tarjetas? El primer paso es crear un presupuesto con el objetivo de gastar por debajo de sus ingresos para que cada dólar extra se destine al pago de deudas y cuando las haya pagado, convertir ese dinero extra en ahorro.
Si la deuda es muy alta y cree que no puede sin ayuda, considere la posibilidad de una consolidación de deudas o debt settlement. Pero tenga cuidado con el tipo de ayuda que obtiene porque existen empresas inescrupulosas que cobran pero no ayudan o prometen más de la cuenta. Lo mejor es buscar ayuda de una organización no lucrativa (Apprisen) o que usted mismo negocie con sus acreedores unos nuevos términos de pago en términos de pago mensual y plazo para que pueda salir de deudas.
Es muy posible que un año no sea suficiente para eliminar sus deudas, pero el 2013 puede ser el nuevo comienzo en sus finanzas personales con la meta de eliminar esas tarjetas de crédito que están consumiendo su capacidad de ahorro y de creación de riqueza y bienestar para el futuro.