NUEVA YORK.- En el balance 2012, el huracán Sandy por largo margen quedará en los anales de la historia de Nueva York y los estados del noreste de Estados Unidos, como el desastre natural más severo por la devastación que produjo.
Un reporte de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) revelado la semana pasada destacó que, el 2012 fue un año en que se dieron notables alteraciones climatológicas en el planeta que originaron altas y bajas temperaturas, sequías sin precedentes y grandes tormentas: Sandy fue el mejor testimonio.
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El huracán Sandy tocó tierra el lunes 29 de octubre, en la recta final de las elecciones presidenciales y aunque en términos de vidas humanas sólo ocasionó un poco más de un centenar de muertes, los daños y el costo de la recuperación, según estimaciones de la Agencia de Administración de Emergencias (FEMA) podrían rondar los 80 mil millones de dólares.
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Sólo para tener una idea, en la ciudad de Nueva York se habla de un antes y un después de Sandy. El fenómeno abatió además a los estados de Nueva Jersey, Connecticut, Maryland, Pennsylvania, Carolina del Norte, Virginia y Virginia Occidental.
Aunque el presidente Obama visitó las zonas de desastre en los estados más afectados que fueron Nueva York y Nueva Jersey y aseguró que dará la ayuda necesaria para la recuperación, la asignación suplementaria de emergencia -a poco tiempo de cumplirse dos meses del desastre- aún no ha sido aprobada por el Congreso.
De su parte, el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg anunció un amplio plan para proteger a la ciudad de futuros desastres naturales tras la devastación sufrida.
Expertos del Centro Nacional de Huracanes dijeron que afortunadamente, Sandy entró al continente con ráfagas de tormenta tropical en una franja de más de mil millas y no quisieron especular sobre el mega desastre que hubiese producido de haber mantenido la fuerza huracán.
Bloomberg presentará un informe final sobre los costos finales del desastre el próximo mes de febrero, pero anticipó que en el que delineará un plan de contingencia que incluye medidas para reformar el sistema de telecomunicaciones, de abastecimiento de energía y particularmente medidas para evitar inundaciones en el futuro.
El acalde neoyorquino reconoció que ante los desastres naturales “no hay soluciones mágicas”, pero que el plan busca blindar los más de 800 kilómetros de costas que tiene la ciudad con construcciones “más inteligentes, fuertes y sostenibles”.
Nueva York vivió escenas apocalípticas cuando grandes tramos de la ciudad quedaron sumidos en la oscuridad. Sandy dejó a millones de residentes sin energía eléctrica y sin poder movilizarse por varios días a sus trabajos por el colapso que sufrió el sistema de transporte público.
La parte baja de Manhattan, especialmente la zona financiera de Wall Street fue obligada a suspender sus operaciones debido a las inundaciones producidas cuando el nivel de las aguas de las zonas costeras subió a causa del fenómeno natural.
El huracán Sandy en todo caso dejó al descubierto las falencias de Nueva York frente a los fenómenos naturales. El caso más claro constituye la necesidad urgente de actualizar el mapa de las zonas de riesgo de inundación, la reciente experiencia mostró que muchas áreas que constaban como seguras, fueron inundadas.
La ciudad invertirá en un “Plan Verde”, unos 2.400 millones de dólares para desarrollar un sistema de captación de aguas residuales y de lluvias para enfrentar las inundaciones.
El huracán Sandy es el segundo desastre natural más costoso de la historia de Estados Unidos, el primer lugar lo ostenta el huracán Katrina ocurrido en el 2005 y produjo más de 1800 muertos en los estados de Mississippi y Louisiana.
“El mayor reto al que nos enfrentamos es la adaptación de nuestra ciudad a los riesgos asociados con el cambio climático. Este reto nos obliga a dar un salto hacia el futuro”, dijo Bloomberg.
El alcalde insistió que el cambio climático está impulsando patrones climáticos extremos, “ante los que estamos obligados a actuar, tanto para prevenir el cambio climático como para prepararnos ante él”.
El reporte de la NOAA destacó que el 2012 fue un año caliente para Estados Unidos. Según la entidad, julio fue el más cálido en décadas con 77.6 grados Fahrenheit de promedio. El récord lo tenía el mes de julio de 1936 con 77.4 grados Fahrenheit, las temperaturas más altas desde que se empezó a llevar el registro en 1895. En contraste, una ola de frío afectó al centro y este de Europa a principios del año, matando a 824 personas.
La NOAA también reveló que en el 2012 se registraron sequías extremas. En Texas la sequía de este año sólo es comparable a la que se dio en 1930 y que contribuyó a la tercera peor temporada de incendios forestales en la historia de Estados Unidos; más de 3.6 millones de hectáreas se quemaron en los estados de Colorado y Oregón.
El 2012 también fue un año de grandes tormentas. El huracán Isaac golpeó el estado de Lousiana a finales de agosto, sólo que esta vez encontró a Nueva Orleans fortificada tras la mortífera experiencia causada por el huracán Katrina hace 7 años y en octubre el huracán Sandy asoló el noreste de la nación. Mientras tanto, a principio de diciembre el tifón Bopha dejó más de 1.000 puertos y cuantiosos daños en Filipinas.
