Fidel Castro: muerto y congelado en Miami (Foto)

Congelan a Fidel Castro (Foto)

cafefuerte

La imagen del anciano líder apareció en Miami por obra y gracia del artista plástico español Eugenio Merino, conocido por sus provocadoras visiones de Francisco Franco, George W. Bush, el Dalai Lama y otros personajes contemporáneos.

No fue pedida por la "mafia de Miami" ni pagada por la Fundación Nacional Cubanoamericana. Merino tuvo la ocurrencia de poner al octogenario patriarca dentro de una nevera de Coca-Cola, pulcramente dormido, moldeado con silicona y cabellos humanos.

No es la primera incursión castrista del artista español, pues ya en el 2007 se nos apareció con una imagen espeluznante de Castro zombie, capaz de aterrorizar a la mismísima Dalia Soto del Valle.

Pero no, en esta ocasión Merino nos trajo a una galería de la feria Art Miami a un Castro con estampa de santón congelado en el tiempo. Un peligro, porque el grupito local que tienen alquilada la aplanadora no cree mucho en "visiones artísticas" cuando del dictador cubano se trata y hubiera puesto en un aprieto al seguro de la galería que acogió el singular objeto esculturado.

Pues bien, una imagen placentera para muchos. El personaje más odiado de Miami -ojo, Jefrey Loria, el dueño de los Marlins de Miami, apunta a superarle en la próxima encuesta popular- metido en una nevera de sodas, inofensivo y casi angelical, inmóvil y presuntamente helado, como mejor hubiera estado siempre para suerte del país donde nació. Una metáfora perfecta del futuro postcomunista en la segunda capital cubana.

Pero resulta que en La Habana ya se habían adelantado a Meriño y Art Miami. Y como si se tratara de un desagravio, de repente el diario Granma nos sorprendió el pasado jueves con una nota que hubiera envidiado la corte del camarada Stalin. Una imagen "agigantada" de Fidel Castro fue colocada en el Museo de la Revolución de La Habana por iniciativa de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).

La gigantografía, que así se llama el experimento, muestra imágenes de Castro durante la creación de los Comités de chivatientes de barrio en 1960 y en la celebración del aniversario 50 de la fundación de esa organización de vigilancia.

El acto como que cayó del cielo, sin correspondencia con ninguna efeméride inscrita en el calendario propagandístico oficial. La información señaló que la Dirección de los Cedeerres escogió al Museo de la Revolú para colocar la gigantografía, argumentando que los dos momentos que describe esta pieza se desarrollaron en ese espacio.

El coordinador nacional de los CDR, Carlos Rafael Miranda Martínez, explicó la develación de la pieza como un hecho importante vinculado a "la participación de los jóvenes cubanos en la continuidad de la mayor organización de masas del país", lo cual no es realmente una explicación de nada.

El director del Museo de la Revolución, José Andrés Pérez Quintana, se vio obligado a subir la parada y dijo que la develación de la gigantografía castrista se convertía en "uno de los momentos más sugestivos" de la relación entre el Museo y los CDR. Una sugestividad que no merece comentarios.

Realmente no se puede pedir más. La otrora omnipresencia de Fidel Castro se ha esfumado físicamente para dar paso a sus imágenes, placenteras o degradadas. Mientras vigila el crecimiento de sus plantas de moringa y morera, posa para las fotos que Alex Castro exhibirá dentro de seis meses en el Hotel Nacional, su permanencia en el imaginario público va quedando en estas maniobras del arte y la propaganda: una escultura, una foto agigantada, una jarra de porcelana con su cabeza de la colección del Royal Doulton Jugs, vendida en una subasta por más de 8,000 libras esterlinas (unos $13,170 dólares), el pasado septiembre.

Nada, cosas que la historia contemporánea comienza a digerir como estampas de un pasado que se aleja a pasos agigantados.

Fidel Castro

Fotos de Fidel Castro

Popular in the Community

Close

What's Hot