Imágenes en video que muestran la brutalidad policiaca contra el adolescente Andrew Rodríguez, de 17 años de edad, están provocando airadas protestas públicas en el norte de Texas y en las redes sociales que piden el cese del agente Disraeli Arnold por uso excesivo de fuerza.
La madre del menor, Kelly Pope, presentará el miércoles la queja oficial contra el departamento de policía de Hurst, un suburbio de Dallas, en la que pide el despido del agresor y que se le hagan cargos criminales por abuso policiaco, en caso de que se compruebe con evidencias en la investigación de los hechos.
“Se trató de un asalto violento contra el menor y un acto amenazante con insultos verbales de una autoridad, lo cual no es aceptable bajo ninguna circunstancia”, señaló Carlos Quintanilla, director de la organización “Acción América” que asesora a la familia del adolescente agredido.
En la queja también se solicita al departamento policiaco de Hurst que se le realicen exámenes sicológicos y de uso de drogas al agente Arnold.
Las imágenes difundidas en el sitio de YouTube fueron grabadas en un teléfono celular por Jordan Rojas, un amigo que acompañaba a Rodríguez, y han sido vistas por más de 150 mil visitantes en los últimos dos días. En reacción a la brutalidad verbal y física mostrada por el policía agresor, se formó el grupo en Facebook llamado “Despidan a Disraeli Arnold”.
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En el video, un primer policía intenta arrestar a Rodríguez en un parque al descubrir que tiene una orden judicial pendiente a raíz de un citatorio de un juez al que no acudió cuando cursaba el octavo grado. El adolescente intenta hablar por teléfono con su madre y el agente lo impide mientras forcejean. Arnold llega corriendo y asesta un golpe con su rodilla en la parte trasera de la cabeza del menor que está en el suelo.
Luego, el oficial Arnold comienza a decir obscenidades e insultos a Rodríguez, amenazándole incluso con matarlo si se mueve y no cesa de proferir ofensas hasta que conduce al detenido dentro de la patrulla.
Antes, Arnold acercó su cara a la cámara y recalcó que su placa de identificación era la número 654. Rodríguez fue detenido por resistirse al arresto y liberado tras pagar una fianza de 200 dólares y su amigo Rojas fue arrestado por posesión de tabaco y parafernalia.
El departamento de policía de Hurst indicó que cesó administrativamente de sus funciones a Arnold y que inició una investigación interna sobre el incidente. También reveló el récord sobre el desempeño del oficial agresor en el que lo califican como un “jugador en equipo” y en ocasiones “demasiado apasionado que puede llegar hasta nublar su juicio”.
En un comunicado oficial, el departamento de policía de Hurst informó en relación al video que la conducta de Arnold no es apoyada ni promovida en esa corporación.
“En este momento no podemos comentar sobre el status de la investigación desde un punto civil ni criminal debido a las regulaciones legales, del servicio civil y de procedimientos internos”, mencionó el comunicado para los medios de comunicación.
La madre de Rodríguez expresó que el hecho la enojó y la lastimó porque “el policía supuestamente debe protegernos y a nuestros hijos, no agredirnos así. Mi hijo no le respondió groserías, en cambio el oficial Arnold le dijo amenazas de muerte e insultos de odio”, dijo Pope.
Quintanilla aseguró que emprenderán una acción contra esta manifestación de excesivo uso de la fuerza policiaca. “Deben despedir al oficial Arnold y esto debe enviar un mensaje a cualquier policía que realice este tipo de comportamientos que no serán tolerados para ninguna persona y menos hacia un menor de edad”, afirmó.
Agregó que la conducta exhibida por Arnold denota una insuficiencia de profesionalismo y entrenamiento adecuado para desempeñar ese oficio.
La madre del menor agredido, Kelly Pope, manifestó su deseo de que el oficial Arnold sea retirado de su puesto en el departamento de policía de Hurst.
A raíz de la brutalidad de Rodríguez, surgió una segunda persona que denunció que había sido víctima del abuso policiaco de Arnold. Gared Matusz dijo que el policía lo detuvo cuando se dirigía al aeropuerto y lo tiró al suelo, mientras le dirigía amenazas e insultos a él y a su madre que tuvo un ataque de pánico dentro del vehículo.
En Dallas se gastaron sólo en el verano de 2012, alrededor de 1.5 millones de dólares en indemnizaciones de personas en tres casos de uso excesivo de fuerza por elementos del departamento de policía local. Y según una investigación de The Dallas Morning News, han sido 16 casos de oficiales policiacos envueltos en balaceras durante este año.