Tal vez, uno de los detalles memorables de la contienda presidencial del 2012, fue que por vez primera en la historia de Estados Unidos, dos estados: Colorado y Washington aprobaron el uso recreacional de la marihuana con fines recreativos.
Que los votantes aprobaran la iniciativa legislativa marca un reto para esos estados a partir de este momento, como reconoció en entrevista con CNN el Fiscal General de Colorado, John Suther.
"Nos esperan meses duros y un año duro también [...] Estamos hablado con otros fiscales en otros estados porque nos preocupa que vengan personas de otros estados a comprarla aquí y a usarla, es un gran reto el que tenemos, pero es lo que la gente pidió y tenemos que respetarlo", expresó Suther.
La venta de marihuana será regulada en tiendas especializadas, tendrá un impuesto adicional, cuyo dinero se destinará a las escuelas, y sólo podrán tener acceso a la hierba mayores de 21 años de edad.
Hasta que el martes 6 de noviembre del 2012 se aprobara esta iniciativa, en Estados Unidos estaba permitido el uso medicinal en 17 estados más en el Distrito de Columbia.
En Colorado, la iniciativa obtuvo la aprobación del 53 por ciento de los votantes y esto permitirá consumir hasta 28,5 gramos y cultivarla de manera individual.
Susana Maldonado, maestra de secundaria básica y de origen mexicano, cree que se ha abierto una caja de Pandora con esta medida como expresó a HuffPost Voces.
"Yo convivo todos los días con jóvenes y la mayoría no tiene sentido de la responsabilidad. La marihuana, aún cuando tenga ventajas medicinales, es peligrosa, es un vicio, es un arma que estás poniendo en manos de esos adolescentes que necesitan una orientación [...] Empezamos ahora con dos estados, pero esto será un problema en potencia, que necesitará mayores regulaciones [...] Creo que quienes votaron por la legalización no tienen hijos menores y no les preocupan los riesgos", dijo Maldonado, quien vive en Dallas y es madre soltera de dos adolescentes de 14 y 17 años respectivamente.
Investigadores han encontrado que los adolescentes que fuman marihuana, al menos cuatro veces por semana, pierden, al menos, un coeficiente intelectual de ocho puntos entre las edades de 13 y 38 años.
Los adultos que consumieron la hierba en su adolescencia, suelen tener más problemas de memoria, concentración y menor capacidad intelectual en relación con personas de la misma edad que no han tenido exposición al estupefaciente.
Gustavo Bolívar, escritor colombiano y activista social, es uno de los que cree que en la medida que se ponen trabas burocráticas y prohibiciones el fenómeno del consumo y distribución de estupefacientes se extiende, y lo habla con el conocimiento de cómo el uso y contrabando de drogas ha afectado a un país como Colombia.
El intelectual ha sido uno de los que se ha sentado con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, para tratar de concientizar que la legalización es la única forma de acabar con el negocio en ese país. Lee aquí: "El narcotráfico ha afectado la psicología de las colombianas".
"Legalizar una droga no es tan deliberado como parece. Es un proceso controlado, se necesita un programa piloto, centros controlados por el gobierno, en los que los drogadictos se inscriban, acepten un tratamiento [...] es a manera de ensayo", explicó a HuffPost Voces.
El Gobernador de Colorado, John Hickenlooper, y quien era un opositor de la enmienda 64 reiteró en entrevista con el programa "60 Minutes", de CBS, que "los votantes hablaron, votaron y hay que respetar la voluntad […] La ley federal sigue diciendo que la marihuana es una droga ilegal".
Un portavoz de la Administración de Control de Drogas y Sustancias Controladas (DEA por sus siglas en inglés), después de conocerse la votación, indicó que "la aplicación de la Ley de Sustancias Controladas no ha cambiado".
"Al promulgar la Ley de Sustancias Controladas, el Congreso determinó que la marihuana sigue en la lista de sustancias controladas […] El Departamento de Justicia está revisando esta iniciativa electoral y no tenemos más comentarios por el momento".
El cannabis data de tiempos ancestrales y su utilización ha sido como sustancia medicinal o psicoactiva en las variedades llamadas marihuana.
Por los años 1886, marineros mexicanos y negros, que comerciaban por las Antillas, comenzaron a extender la distribución y consumo de la hierba por la región. En las islas antillanas, se fumaba cannabis para aliviar el trabajo de los campos de cañas, soportar las altas temperaturas y relajarse en las noches sin tener que consumir alcohol. Hasta 1901 fue un medicamente altamente utilizado hasta que lo reemplazó la aspirina.
Todo iba bien con la marihuana hasta que un rico empresario, dueño de múltiples periódicos en Estados Unidos, Randolph Hearst, perdió extensas áreas de cultivo en México, que fueron arrebatados por Pancho Villa.
Hearts debía su fortuna, en gran medida, a la producción de papel derivada del cannabis, por lo que inició una campaña mediática a través de sus periódicos y comenzaron a escribirse artículos en las que se argumentaba que "los negros esclavos y los mexicanos se convertían en bestias asesinas bajo los efectos de la marihuana".
Hearts, de forma inteligente, utilizó la palabra marihuana, que solían emplear los mexicanos para nombrar el cannabis o cáñamo, y así quitar la atención de una planta que le reportaba a él grandes ganancias. Estas campañas fueron el inicio de la prohibición de la hierba.