¿Quién, realmente, habla por los cubanoamericanos?

¿Quién, realmente, habla por los cubanoamericanos?

¿Quién habla por de la comunidad cubanoamericana? ¿Republicanos? ¿Demócratas? Marco Rubio, Mario Díaz-Balart y Bob Menéndez están entre unos seis congresistas cubano-americanos que se atribuyen la representación de los intereses de este grupo electoral. Por otra parte, Barack Obama y Mitt Romney también han tratado de cortejar el voto indeciso de este enclave demográfico en Florida.

Pero este año, una docena de activistas viajó a Washington para sugerir que la respuesta es "ninguno de los arriba mencionados". El recién formado grupo Cuban Americans for Engagement, o CAFE por sus siglas en inglés, quiere llevar un mensaje claro a la capital del país: su comunidad puede hablar por sí misma.

Con base en su experiencia personal e información recolectada en encuestas, este grupo independiente - que actualmente tiene unos 300 participantes - asegura que un creciente número de ciudadanos estadounidenses, cubanos y de otras latitudes, quisiera ver un diálogo más fluido entre Cuba y Estados Unidos, así como el fin del embargo y de las restricciones de viaje.

“Es un segmento que ya se está haciendo mayoritario", dijo a HuffPost Voces Alejandro Barreras, miembro del comité ejecutivo de CAFE, publicista y bloguero que emigró a Florida de Cuba en 1994.

Según una encuesta del 2011 realizada por el Instituto de Investigación Cubano de Miami, 57 por ciento de los cubano-americanos están a favor de que se permitan viajes ilimitados a Cuba para todos los estadounidenses. El 80 por ciento dice que el embargo no ha sido efectivo, aunque el 56 por ciento lo apoya.

Una encuesta de la empresa Angus Reid realizado en febrero de este año tenía resultados parecidos entre la población estadounidense en general. Una leve mayoría de la misma, el 51 por ciento, quisiera ver el fin del embargo, y dos tercios favorecen un restablecimiento de las relaciones diplomáticas.

Los fundadores de CAFE viajaron a Washington en abril para defender los esfuerzos del Presidente Obama por reducir las restricciones de viaje a Cuba. Los republicanos han amenazado con boicotear esta iniciativa que permite más viajes entre los dos países.

El gobierno federal ha limitado los viajes y el comercio con Cuba desde la Revolución Cubana hace cinco décadas.

En reuniones con funcionarios del Departamento del Estado y la Oficina de Intereses Cubanos, los CAFEteleros argumentaron que un relajamiento del embargo y de las restricciones de viaje podrían mejorar el panorama geopolítico y la economía de ambos países. En el Capitolio, pidieron que los congresistas examinaran las últimas encuestas públicas que sugieren que la agenda de EE.UU. hacia Cuba es contraria a las creencias y deseos de un creciente número de estadounidenses.

"Es tiempo de que EE.UU. se convierta en buen vecino", opina Ben Willis, uno de los pocos líderes de CAFE que no es de ascendencia cubana. Willis es un artista que se gana la vida tocando música cubana en Nueva York. Él y su mujer, otra líder de CAFÉ, María Isabel Alfonso, acaban de tener un bebé y esperan que en el futuro éste pueda viajar a la isla.


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Pero, ¿a qué se debe el silencio del público cubanoamericano?

La cubanoamericana Ninoska Pérez, presentadora del programa "Ninoska" en Radio Mambi (Univision) en Miami, dijo a HuffPost Voces que es difícil imaginar que los votantes, sobre todo los cubanoamericanos, tengan una visión alternativa, diferente a la de sus representantes.

"Los congresistas cubanoamericanos son elegidos [por los votantes]. No son nombrados", dijo.

Pero Barreras cree que los votantes siguen eligiendo a estos representantes basados en otros temas o porque no hay muchas alternativas en una comunidad donde los conservadores tienen tanto poder económico y político. Dice que la única alternativa política que él ha visto al nivel federal es el candidato congresional cubano-americano Joe Garcia, un demócrata de Miami que ha apoyado a Obama en cuanto a relajar las restricciones de viaje a Cuba.

"Estamos diciendo que estos políticos no nos representan con respecto a Cuba", dijo.

Barreras dice que es importante recordar también que muchos de su generación de cubano-americanos se han convertido en ciudadanos estadounidenses recientemente, así que han empezado a votar hace poco

María Isabel Alfonso, la esposa de Willis, es profesora de literatura en St. Joseph’s College en Nueva York. Dijo a esta publicación que la presión social es un factor importante, sobre todo en la comunidad cubanoamericano. María Isabel emigró de Cuba al sur de Florida con sus padres en 1995 y allí obtuvo, en 2007, un doctorado en la Universidad de Miami.

Alfonso se acostumbró a que la gente la tildara erróneamente de comunista por abogar por mejores relaciones entre Cuba y EE.UU. Sin embargo, admite que la presión social ejercida sobre quienes piensan diferente puede ser excesiva para algunas personas, sobre todo cuando se trata de aguantar el rechazo de familiares más conservadores o la posibilidad de discriminación en el trabajo.

"No nos consideramos protagonistas de nada, simplemente somos personas que han perdido el miedo a lo que dirán de nosotros. De cierta forma, estamos diciéndole al resto de la comunidad cubanoamericana que ellos también pueden [alzar su voz]", agregó Alfonso.

Generacion X, Estilo Cubano

Cinco de los siete miembros del comité ejecutivo de CAFE son ciudadanos estadounidenses nacidos en Cuba, lo que significa que ellos han vivido tanto la Revolución Cubana como el sueño americano.

"Los miembros de este grupo en particular llegaron a Estados Unidos como adultos, así que son más independientes que la generación de exiliados que ya son mayores", explicó Mavis Anderson a HuffPost Voces.

Anderson, representante del Latin America Working Group en Washington, ayudó a los activistas de CAFE a organizar su visita precisamente porque quedó impresionada con su objetividad.

"No son radicales. Tienen la edad suficiente para haber vivido lo bueno y lo malo de la revolución, y han estado aquí, en esta sociedad, el tiempo suficiente para ver que el mejor camino para los ciudadanos de los dos países es el intercambio, no la beligerancia", dijo Anderson.

Los cubanoamericanos usan el nombre dialogueros para describir a este tipo de activistas.

El vocablo, sin embargo, "tiene un tono despectivo", explicó a HuffPost Voces otro líder de CAFE, Arturo-López-Levy, un profesor de estudios internacionales en la Universidad de Denver que salió de Cuba como adulto. Pero, agrega, él y sus colegas no se sienten ofendidos.

Alfonso, Barreras, Willis y López-Levy han publicado artículos, ensayos y otros escritos acerca de lo que ellos consideran los triunfos del gobierno cubano, pero también de sus fallos. Aún así, los funcionarios cubanos han abierto sus puertas a éstos y otros miembros de CAFE para discutir sus preocupaciones en reuniones en la Sección de Intereses Cubanos.

Los miembros de CAFE pidieron que el gobierno cubano derogue la legislación que impide que sus ciudadanos puedan salir y entrar libremente de la isla y que pida disculpas por la discriminación que tuvo en contra de quienes una vez consideraron contrarrevolucionarios, como los homosexuales y personas de fe.

El mes pasado, el gobierno cubano anunció que reduciría el costo de los pasaportes, y que permitiría a sus ciudadanos viajar al extranjero sin necesidad de pedir permiso al gobierno ni de presentar cartas de invitación de un tercer país. También dijo que los cubanos que salieron de la isla en balsa o desertaron durante misiones internacionales podrían retornar.

La conservadora cubana-americana Ninoska Pérez cree que los últimos pasos de Cuba tienen que ver, más que nada, con la necesidad de que los cubanos en la diáspora manden o lleven dinero al país.

"No nació de querer libertad para Cuba", dijo a esta publicación.

Pérez está muy en desacuerdo con la estrategia de intercambio que proponen grupos como CAFE.

"Todos estos grupos que tienen contacto con la Oficina de Intereses favorecen al régimen. No coinciden con la gente interesada en llevar la democracia a Cuba", añadió.

Por su lado, los miembros de CAFE dicen que avances como éstos, combinados con un mayor sentido de integración en la vida política y profesional de EE.UU., simplemente reafirman su decisión de aprovechar por completo el sistema democrático.

CAFE dice que no tomará crédito explícito por las recientes decisiones del gobierno cubano, pero la organización afirma que ve estas decisiones como un paso importante que inspira sus actividades de activismo. Esa inspiración también proviene de la integración de sus miembros a la sociedad estadounidense. Como ciudadanos de este país y profesionales jóvenes, tienen plena confianza de que puedan hacer bien por medio del sistema democrático.

"Cuando se abre una ventana hay que aprovecharla", dijo Barreras.

"No creo que el sistema estadounidense tenga algo en contra de ciudadanos como nosotros, de origen cubano, que abogan por una política distinta", dijo López-Levy. "Esto es tan americano como el apple pie".

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