A pesar de la crisis económica y de la creciente incertidumbre global que afecta al desempeño de las empresas la mejor inversión del 2012 ha sido en acciones, lo que confirma una vez más que las empresas son el mejor camino para el ahorro especialmente a largo plazo.
Los números son elocuentes. La rentabilidad anual de invertir en un fondo especializado en acciones de Estados Unidos fue de 9.06 por ciento en el último año por encima de otras opciones como bonos del gobierno que tuvieron un rendimiento anual de 4.97 por ciento, según datos de Mornigstar.com, firma de análisis de fondos de inversión con sede en Chicago.
Si se mira un periodo más largo, los resultados son aun mejores. Según Morningstar.com, la rentabilidad anual de los fondos de acciones de EE.UU. en los últimos tres años fue de 12.7 por ciento y en los últimos 10 años fue de 7.46 por ciento.
Estas rentabilidades son incluso superiores a las de los fondos de acciones de empresas internacionales (de otros países fuera de EE.UU.) que en el último año fue de 3.1 por ciento, de 6.1 por ciento en los últimos 3 años y de 9.45 en la última década.
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Y lo más interesante es que las pequeñas empresas están liderando en retorno sobre la inversión. Según Morningstar.com, la rentabilidad anual de los fondos especializados en pequeñas empresas ha sido de 8.4 por ciento en lo que va de 2012, de 14.3 por ciento en los últimos tres años y de 8.7 por ciento en los últimos diez años. Estas rentabilidades corresponden a pequeñas empresas de crecimiento que son las compañías con alto potencial.
Estos rendimientos son realmente sobresalientes en una época de dificultades económicas y lento crecimiento económico. Y son rentabilidades que están muy por encima de la inflación. Esto permite que cuando el inversionista coloca sus ahorros en estos fondos, su dinero va a crecer por encima del aumento de los precios de la economía que es el principal objetivo de todo inversionista.
Por otro lado, los inversionistas realmente han tenido pocas opciones este año. Con las tasas de interés en niveles históricamente bajos, si un inversionista deposita su dinero en el banco o en certificados de depósito su rentabilidad anual no alcanza ni al 1 por ciento. De esta forma la rentabilidad anual resulta negativa ya que la inflación es de cerca del 3 por ciento.
Una inflación anual del 3 por ciento significa que lo que se compra hoy con $100 dentro de un año tendrá un costo de $103 y si los ahorros no están bien invertidos, el solo efecto de la inflación va a consumir el poder adquisitivo del ahorro.
Por ello aun en medio de la crisis económica, la única opción que puede proteger el capital de la inflación y que ofrece posibilidades de crecimiento real sigue siendo la de la inversión en acciones.
El problema está en el futuro. Los rendimientos del pasado no garantizan los del futuro y no se sabe qué tan rentables puedan ser las acciones en los próximos años.
Sin embargo, las empresas seguirán siendo las principales generadoras de empleo y riqueza en una economía como la de Estados Unidos y eso no va a cambiar al menos por ahora.
