Baldomero 'Melo' Almada, el primer pelotero mexicano en las Grandes Ligas, olvidado en su país

Olvida México a su primer pelotero de Grandes Ligas

** Una amenaza de muerte produjo al primer bigleaguer nativo de México.

** El campesinito que combatió la discriminación en Nueva Inglaterra a batazos.

** Los Medias Rojas fueron el último equipo con un negro en el róster en 1959.


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Del insigne relevista de los Gigantes, Sergio Romo, hay quienes dicen que es mexicano, aún cuando nació en Brawley, California, tiene pasaporte de Estados Unidos y si va a jugar en México tiene que ser como extranjero. Igual ocurre con Adrián González, quien vino al mundo en San Diego, y cuando, de viaje, llena su tarjeta de inmigración, declara ser nativo de USA.

Por supuesto, ha habido bigleaguers con tantos o más méritos que ellos y realmente mexicanos, como Vinicio Castilla, de Oaxaca, Teodoro Higuera, de Los Mochis, Manny Bañuelos, de Monterrey o Baldomero (Melo) Almada, quien nació en Huatabampo, pequeña población en el extremo sur del Estado de Sonora.

Y en mi opinión, después de investigar durante años la vida de Almada, ha sido uno de los que tienen mayores méritos.

sergio romo
El relevista de los Gigantes, Sergio Romo, nativo de Brawley, California, de quien dicen algunos que es mexicano, pero no puede jugar en México como nativo y su pasaporte es de Estados Unidos.

Fue ese campesinito sonorense, el primer bigleaguer mexicano. Y le tocó iniciar su carrera en el área llamada Nueva Inglaterra, una de las de mayor racismo en Estados Unidos. Los Medias Rojas fueron quienes lo elevaron.

El ocho de septiembre de 1933, apenas con 20 años de edad, debutó en Fenway Park frente a los Senadores de Washington. Pero no obstante ser la dura discriminación racial por aquellos años, una especie de obligatorio lujo social de los blancos, Melo, quien no era negro, pero sí muy latinoamericano, obligó a que lo aplaudieran esa tarde al conectar sencillo y doble en cuatro turnos, y remolcar la carrera de la victoria 4 por 3.

Era muy buen outfielder, pero mejor bate, por lo que se estableció con éxito en el racista Estado de Massachusetts, donde la mayor parte de la población era entonces de Irlanda o descendientes de irlandeses.

Jugó con los Medias Rojas hasta 1937, y después fue parte de Senadores, Cardenales y Dodgers hasta 1939, cuando se retiró. En sus siete años de bigleaguer, terminó tres veces con promedio al bate entre .309 y .342, y en su carrera bateó para 284, 15 jonrones y 197 impulsadas.

Baldomero Almada tuvo una de las vidas más novelescas del beisbol. Cuando había cumplido sus 12 años, en 1925, le avisaron a su padre que lo iban a matar por razones políticas. La decisión del señor Almada abrió indirectamente las puertas de las Grandes Ligas para su hijo.

Porque al saber que corría peligro de muerte, lo que hizo fue llevarse a toda la familia a vivir unos kilómetros más hacia el norte, en Los Angeles. Y como el pequeño Baldomero tenía que estudiar, a los pocos días se preparaba en inglés, y más tarde ingresó a un high school. Como la tradición de Sonora lo había entusiasmado por el beisbol desde muy niño, encontró en esa área de estudios la organización apropiada para, de paso, no solo jugar, sino también aprender muchos de los secretos del juego.

Al graduarse, y como de nacimiento poseía especiales habilidades para el beisbol, también estaba preparado para jugar en las Mayores. En Boston oyeron cierta recomendación que en seguida puso al mexicanito abordo de un tren que necesitó cinco días para ponerlo en Fenway Park.

Lo demás fue combatir la discriminación a fuerza de batazos, y ganarse a la gente de Massachusetts con un sano comportamiento ciudadano.

Pero de Baldemero (Melo) Almada no se ha escrito un libro, ni siquiera un folleto. Su vida y su muerte en Hermosillo, el 13 de agosto de 1988, a los 75 años de edad, permanecen en el anonimato. ¡Quién sabe por qué! ningún mexicano ha intentado siquiera investigar esa historia tan bonita. ¡Y pensar que se han editado en ese país tantos textos sobre temas de beisbol sin interés público!

Cómo sería la discriminación en esa región de Nueva Inglaterra, que los Medias Rojas fueron el último de los 16 equipos de Grandes Ligas de la época, en aceptar un negro. Ocurrió 12 años después de Jackie Róbinson con los Dodgers, en 1959, cuando pusieron en la alineación al infielder nativo de Oakland, Pumpsie Green.

Aún hay personas que conocieron personalmente a Baldomero, quien terminó dirigiendo equipos por el Pacífico mexicano. Uno de esos que serían buenas fuentes es el médico Arturo León Lerma, hombre mil por mil del beisbol, ejecutivo de los Naranjeros de Hermosillo, quien además, puede sugerir a otros informantes, especialmente en Navojoa.

Y si me preguntan por qué no emprendo yo esa tarea, ya que he escrito 19 libros, la respuesta es que no quiero ser intruso. Ese debe ser trabajo mexicanos.

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