A tres años de haberse eliminado el Programa de Estímulos Fiscales para Investigación y Desarrollo (IyD), por el proyecto de apoyos a la innovación, aún hay empresas que no han ejercido este beneficio y el Sistema de Administración Tributaria (SAT) reduce su efectividad, advierte la firma de abogados Baker & McKenzie.
Entre 1998 y 2009, en México, el gobierno federal estableció el programa de estímulos fiscales para impulsar la IyD en las empresas, que consistió en aplicar un crédito fiscal equivalente al 30% de los gastos e inversiones realizados en los proyectos de investigación, aplicable contra el impuesto sobre la renta.
El beneficio tiene una vigencia de 10 años a partir de su fecha de otorgamiento, por lo que algunos estímulos serán vigentes hasta diciembre del 2019.
Sin embargo, Héctor Reyes, fiscalista de Baker & McKenzie, indica que el SAT reduce la efectividad del beneficio al considerar al crédito como ingresos acumulables cuando modifiquen positivamente el patrimonio de los contribuyentes.
"Es decir, si la empresa recibió 100 pesos de estímulo, bajo el criterio del SAT sólo serían efectivos 70 pesos, porque el resto se le descontaría como parte del impuesto sobre la renta", detalló Reyes.
Bajo este programa el gobierno federal otorgó más de 14 mil millones de pesos (mil 90 millones de dólares); sin embargo, hasta 2009 sólo la mitad de los créditos habían sido utilizados por las empresas, reportó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
El fiscalista comentó que el SAT inició una cacería de contribuyentes identificando a aquellos que durante los últimos 5 años hayan sido beneficiados por algún estímulo fiscal, como el de IyD, para determinarles una contingencia fiscal con base en los estímulos fiscales, que no consideraron como ingresos acumulables.
Reyes agregó que algunos contribuyentes impugnaron estas resoluciones del SAT ante los tribunales y, en 2010, el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa resolvió un caso en el cual determinó que el estímulo no constituye un ingreso acumulable.
Un año después, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en una sentencia, declaró que este estímulo no constituye un ingreso en crédito ni es acumulable a los demás ingresos de los contribuyentes.
Sin embargo, destacó el especialista, el SAT ha continuado con sus resoluciones arbitrarias.
De acuerdo con el Índice Global de Innovación 2012 de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO) y La Escuela de Negocios para el Mundo (INSEAD), México se colocó en lugar 79 (entre 141 economías), con 32.9 puntos sobre una escala de 100.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su reporte 2012 sobre la Ciencia, Tecnología e Industria, ubica al país como una de sus economías que menos inversión designa a IyD.
En 2009, precisa la OCDE, el sector publicó destinaba 0.25% del PIB, y el sector privado el 0.18% en gastos para el desarrollo de la ciencia, tecnología e innovación.