¿Te has preguntando por qué entras a alguna iglesia o a un lugar de meditación, y tu mente se relaja inmediatamente? Es el efecto del incienso, que desde tiempos milenarios al menos cinco religiones lo queman como parte de sus ritos, y para crear una atmósfera de paz y alterar tu estado mental hacia la tranquilidad. Ese antiguo conocimiento parece convenir con el hallazgo del efecto del incienso para reducir la ansiedad y los síntomas de la depresión.
Un grupo de científicos de la Universidad de Johns Hopkins y la Hebrew University de Jerusalem hicieron un estudio conjunto sobre el efecto del incienso, utilizando acetato de incensole, un componente de la resina de la planta Boswellia. El incienso de esa resina se conoce como frankincienso, una variedad de incienso del Oriente Medio. Descubrieron que el frankincienso activa los canales del cerebro que alivian la ansiedad y los síntomas depresivos, estimulando una proteína que reduce ambos síntomas.
El acetato de incensole es una droga suave, diez veces menos potente que el medicamento Valium. Mientras más se huele, más se siente el efecto. Sin embargo, ese no es el único uso paliativo del incienso. En Cardiff University estudian el efecto del extracto del frankincienso en los síntomas de condiciones artríticas.
Hay una industria sólida y creciente llena de olores para todos los gustos, propósitos, realces y creación de ambientes. Fuera de los ritos religiosos de las iglesias, el incienso es un rito obligado de los que meditan y de los que practican aromaterapia, incluyendo los salones de masajes. La experiencia y la ciencia antigua les atribuyen los siguientes beneficios a diferentes inciensos:
- Reducen la presión arterial.
- Estimulan la concentración.
- Inspiran la creatividad.
- Ayudan contra el insomnio.
- Aclaran los pensamientos.
- Levantan la confianza en uno mismo.
- Sirven de antisépticos.
- Alivian los dolores de cabeza.
- Aumentan la motivación.
- Sirven de afrodisiaco.
- Desarrollan un estado de total consciencia.
Nota: Cuando quemes incienso, colócalo en una base no inflamable, sobre una superficie igual. Si tienes problemas respiratorios como asma, evita inhalar el humo.
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