Convención Demócrata: crónica de un arresto no anunciado

'Queremos trabajo, la migra al carajo'

Mientras los oradores iniciaban la secuencia de presentaciones en el podio de la Arena de los Bobcats, a tan solo una cuadra de la sede de la Convención Nacional Demócrata diez inmigrantes fueron arrestados en un temerario acto de desobediencia civil.

Tras bajarse del Undocubus -el autobús de los indocumentados- cerca del cruce de las arterias Tryon y Trade, donde nació Charlotte, los inmigrantes se plantaron el martes en otra de las esquinas más ocupadas y tradicionales de la ciudad.

Allí, en la confluencia de las calles Quinta y College, donde se levanta la estatua de la reina Carlota, a quien la metrópoli debe su nombre, la escultura fue testigo mudo de la sorpresiva protesta, en el primer día de actividades de la convención de los demócratas.

Llegaron gritando “indocumentados y sin miedo”, “educación, no deportación” y “Obama escucha, estamos en la lucha”, mientras las nubes anunciaban más chubascos de los que han convertido a la cumbre demócrata en una convención pasada por agua.

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Desplegaron una colorida manta, adornada con una mariposa y el lema “sin papeles y sin miedo”, en medio de la intersección.

Los Diez de Charlotte: Kitzia Esteva, Gloria Martínez, Rosa Carrasco, Eleazar Castellanos, Yovani Díaz, Julio César Sánchez, Martín Unzueta, María Cruz Ramírez, Sol Ireni Carrasco y Gerardo Torres, se presentaron uno a uno ante los medios de comunicación y los policías, que los rodearon durante más de una hora.

Todos se sentaron y alzaron sobre sus cabezas cintas blancas con la palabra “indocumentado” en color naranja.

Durante el plantón, los diez criticaron la cifra de deportaciones alcanzada durante la administración del presidente Barack Obama, que se acerca al millón y medio.

En el mismo sentido, criticaron el programa de deportaciones 287g, que a agentes de instituciones estatales y locales para actuar como agentes de inmigración.

Desde la cárcel central de Charlotte, ubicada a pocas cuadras de la sede de la convención, gracias al 287g han sido puestos, desde abril de 2006, en proceso de deportación 12 mil indocumentados, y a otros 9 mil autorizados para permanecer en el país: ciudadanos, residentes, asilados, refugiados, amparados por el estatus de protección temporal, se les han tomado las huellas dactilares y se les ha fotografiado por no haber nacido en territorio estadounidense.

Los manifestantes dijeron, usando un megáfono, que el alguacil del Condado de Mecklenburg, donde se ubica Charlotte, Daniel “Chip”” Bailey había advertido que los indocumentados que fueran arrestados protestando durante la convención serían procesados con el 287g.

Para amenizar la protesta, el grupo de Los Jornaleros del Norte, interpretó varias cumbias dedicadas a los inmigrantes, usando guitarra, acordeón, bajo, guiro y saxofón.

Un inmigrante invidente hacía sonar una campana, mientras el coro de una de las canciones, soltaba una lisura: “queremos trabajo, la migra al carajo”.

Los músicos, que se aparecieron ataviados con alas de mariposa, terminaron su presentación y el turno le correspondió a la lluvia.

Un chaparrón de agua intenso empapó a los manifestantes, policías, periodistas y curiosos.

Al disminuir el agua, la policía hizo la última advertencia a los protagonistas del plantón y comenzó a esposarlos con cintas plásticas.

“No… no… no nos moverán”, cantaban mientras eran conducidos a un vehículo policial, y algunos observadores le gritaban a los oficiales: “qué vergüenza”.

Los agentes movieron a los periodistas de una manera firme, que hizo que la enviada de uno de los medios en el español más importantes del país comentara “lo único que nos dejan fotografiar son las manos y las caras de los policías”

Como si hubiera brotado del asfalto, se apareció la actriz, de origen puertorriqueño, Rosario Dawson, que gritó “Undocumented, unafraid” y alzó con sus manos la cinta con la leyenda “indocumentada”.

Los manifestantes fueron llevados a la cárcel, donde fueron procesados. Se les fijó una fianza de 2,000 dólares y en la mañana fueron puestos en libertad, pero se les ordenó presentarse en corte.

El Undocubus, que había salido de Phoenix, Arizona el 29 de julio, cumplió su cometido de poner el tema migratorio en la mesa de la cumbre demócrata

Entre tanto, la convención siguió su curso, a menos de 200 metros de la protesta.

En el recinto hablaron los congresistas Xavier Becerra, Nydia Velázquez y Charlie González.

La estrella hispana, el alcalde de San Antonio, Julián Castro, fue presentado por su hermano gemelo Joaquín, y finalizó su intervención en español, diciendo “Dios los bendiga”.

Hoy una soñadora indocumentada se dirigirá a los convencionistas: Benita Veliz.

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