Conversando con Roque Dalton

Conversando con Roque Dalton

SAN SALVADOR- En los momentos difíciles de mi vida, en los momentos de alegría y de reflexión, en mis continuos desvelos y veladas de lectura, me gusta ante todo platicar con Roque. Creerán que estoy loco porque detesto la normalidad figurada de los demás, porque me aíslo encerrado en mi devenir, pero no es así, hablo con Roque y otros gigantes del pensamiento revolucionario para aspirar a ser y llenar mis pulmones de la verdad sintética y analítica del ser proyectado en el alma de la poesía de Roque, la cual conlleva el dolor ancestral de nuestra raza y de la especie humana y me empujan a trabajar junto a nuestro heroico pueblo.

A Roque como compañero, siempre lo he considerado como el padre del poesía revolucionaria y testimonial del universo, su obra es un tesoro apenas estudiado y todas las tesis doctorales o de maestrías que sobre ella se han escrito adolecen de la esencia semántica, del significado de su poesía, aun cuando contribuyan a iniciar estudios serios, independientes de intereses figurativos, sobre su obra.

Es muy limitado ir poesía tras poesía y dar juicios subjetivos sobre las mismas con intereses de la mezquindad publicitaria, ya que Roque es histórico y universal y sus textos tienen que ser estudiados no desde la emoción critica, sino desde los fenotextos que los produjeron.

Leía anoche "Orígenes", un vitral de dolor Nonualco vivido y sufrido por nuestro pueblo junto a su comandante Anastasio Aquino, quien dirigiera la primera y verdadera guerra contra los explotadores contra cuyos descendientes aun luchamos a diario, y encuentro en tan bello poema el Génesis de nuestra verdadera nación, de nuestro pueblo en permanente resistencia y el ánfora que ilumina de forma permanente la coyuntura revolucionaria permanente de nuestro pueblo.

"Tu pie desnudo ante la dura tierra barro en barro", así comienza el poema en una combinación simbiótica entre la tierra y el hombre, la teluria de la arcilla y la sangre palpitante de un pueblo despojado de su cultura y sus bienes materiales, la tierra dura, el barro en barro en manos extranjeras, no es la tierra amante, protectora, madre tierra del Nonualco.

Tu pie desnudo, despojado de la herencia y el derecho natural a cubrirlo con la corteza del bálsamo, el bálsamo podado por la maldita corona y sus representantes ensotanados y vestidos de verde, la Puta de Babilonia lista a exhibir tu rostro en una jaula: rostro en rostro, sangre en sangre, vida y transformación, no muerte, muerte permanente al oprobio explotador y a la injusticia llorando y gritando sin camisa por las dolientes calles de la patria.

Anastasio Izalco y Anastasio Lempa, Chinchontepeq, pueblo encendido, Anastasio Juan pueblo y María campesina, Anastasio Farabundo y Anastasio Sandino, Anastasio Bolívar y Anastasio Fidel, Anastasio Che y Anastasio Chávez, Anastasio Tupac y Anastasio Ho Chi Min, Anastasio Van Troy , y Anastasio Ama.

Sangre en la sangre: La poesía de Roque es eso, sangre en la letra, letra en la sangre, es Anastasio abriendo los primeros caminos, es Anastasio volcán en erupción permanente como Roque lo es presente en sus letras universas, en cada paso de este pueblo midiendo al enemigo, creando las condiciones y a la espera del golpe certero que termine por siempre la exportación y la ignominia en esta tierra nuestra que nunca lo ha sido.

Anastasio Patria, Roque Revolución.

II

Roque vibra en los jóvenes revolucionarios de la tierra, en el corazón de los hijos de Aquino y Farabundo, en el alma de la escuela y en la esencia de los textos, poesía Roque, Roque Poesía.

Roque canta a Cuba y Cuba canta a Roque, con Silvio y Nicolás Guillen el Canto de la Sierra, Roque en Casa y Casa en Roque, Roque en la Manigua y la Manigua en Roque, Roque en la semilla y la semilla en Roque, Roque en Latinoamérica y Latinoamérica en Roque, la poesía universal en Roque y Roque en la poesía universal.

Bajaron a la tierra a arrancar el dolor que carcome las entrañas ancestrales, se eternizaron en la madera y en la semilla vida, hicieron parir amor a la adusta roca y florecer el maíz en el alma de la raza.

Puños y machetes levantados, versos hechos metralletas, poemarios emboscadas, vidas insignes aun incomprendidas, sordidez de la clase explotadora ante el derecho natural de los pueblos a su tierra.

No es acaso el motivo dialéctico de la revolución: volver la tierra a las manos que la trabajan y las fábricas a las manos obreras productoras, no es acaso la lucha de los verdaderos revolucionarios, de los héroes y mártires la lucha por la paz y la justicia social contra la podredumbre de las corruptas burocracias partidarias y de la clase explotadora? Aquino maíz, Roque cosecha a la espera de que alguien la recoja.

¡Luceros de la mañana de mi sencilla vida, denme su luz eterna para orientar mis pasos, para aspirar a ser un verdadero!

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