Los chicos de hoy llegan a un mundo digitalizado, y cada vez es más común ver pequeños con teléfonos celulares a temprana edad. Si bien suelen obtener para tranquilidad de los padres (para que los puedan ubicar a toda hora), los usan también para comunicarse con amigos.
Un estudio reciente de la empresa Pew Internet & American Life Project, relacionado al uso de estos dispositivos revela que los más chicos prefieren el SMS, y los más grandes se inclinan por la conversación. Aún reconociendo que todos se comunican, los expertos temen que la continua elección del SMS sea el primer paso hacia la pérdida de capacidades de comunicación interpersonales.
Cada tipo de comunicación tiene una razón de ser y es importante identificar cada necesidad para establecer la conveniencia o necesidad de enviar un SMS, o bien realizar un llamado si fuera oportuno. Con un teléfono de por medio, esto es lógicamente más simple, pero en el ambiente laboral se vuelve imprescindible poder mantener una conversación tradicional sin fisuras.
En este sentido, Janet Sternberg -lingüista y profesora de Comunicación y Estudio de Medios en la Universidad Fordham de Nueva York- dijo que "es un arte que se está convirtiendo en algo tan valioso como la buena redacción". Indicó también que, en los casos más notorios, se observa la falta de contacto visual durante la conversación.
Algunos jóvenes establecen la diferencia de forma simple y genérica: correo para los profesores, llamadas para los padres, textos para los amigos. Según el receptor, se define la herramienta de comunicación.
Lisa Auster-Gussman -que estudia en la Universidad de Richmond, Virginia- comenta: "no me comunico mucho con personas mayores. La mayor parte de mi vida se basa en el texto". Muchas veces como si fueran conversaciones casuales, que se continúan cuando no están juntos.
Anna, de 13 años, explica que "hay gente a la que uno le envía mensajes de texto, pero a la que no le llamará por teléfono". Así, se comunica con sus amigos intercambiando videos personales (suyos, de mascotas o lugares que visitan).
Los expertos en comunicación, sin embargo, no parecen creer que el canal sea el problema, sino la profundidad -mejor dicho la falta de ella- en la conversación que se genera cuando se limita a SMS.
El coautor del libro "Crucial Conversations: Tools for Talking When Stakes are High" (Conversaciones cruciales: Herramientas para hablar cuando los riesgos son altos"), Joseph Grenny, explica: "odiamos tener conversaciones cruciales. Nos paralizamos y hacemos lo posible por evitarlas". Y según su punto de vista, esto no es nuevo, pero el SMS ofrece una nueva variante para evitar de forma cada vez más contundente las charlas profundas.