La era de los muti-millones en Grandes Ligas: El cambió surgió hace 40 años

Hace 40 años las Grandes Ligas cambiaron para siempre

Por estos días de agosto-septiembre de hace 40 años, porque ocurrió en 1972, comenzó a operarse el cambio laboral más grande en la historia de las Grandes Ligas.

Fue cuando George Steinbrenner III, nativo de Cleveland, donde era propietario de varios restaurantes, y fabricante de barcos con astilleros en Tampa, adquirió a los Yankees.

Así se inició la ruta hacia la desaparición de la cláusula de reserva, que operaba desde el siglo XIX. Con eso ausente, surgieron los agentes libres y el arbitraje, y como consecuencia lógica, los contratos multi-anuales y multi-millonarios entre equipos y peloteros.

Cuando Steinbrenner compró los Yankees en los primeros días de septiembre de aquel año `73, ya era millonario, pero solamente lo conocían pocas personas alrededor de la industria los astilleros, y algunos otros en su nativa Cleveland.

Recuerdo que cuando a fines de 1972 nos dieron a conocer la noticia, todos los reporteros de Nueva York tratábamos de aprender cómo se escribía ese apellido.

Al morir, en julio de 2010, Steinbrenner era uno de los empresarios deportivos más famosos del mundo. Ese había sido su objetivo principal al adquirir el equipo...: ganar popularidad, que le pidieran autógrafos, que lo entrevistaran por televisión y publicaran sus fotos en las páginas principales de diarios y revistas. Era vicioso del figureo.

Pero de paso, si las Grandes Ligas ya eran un negocio millonario, George lo convirtió en multi-millonario.

Fue el primero en firmar peloteros para numerosas temporadas y con honorarios de millones de dólares, e igualmente el primero en involucrar la televisión como negocio del equipo al crear una cadena propiedad de los Yankees.

Pero su mayor triunfo con los Yankees fue la transformación económica operada en la organización. La adquirió por 10 millones de dólares y 30 años después, en 2002, no quiso vendérsela a Donald Trump por tres mil millones.

En los últimos ocho años, antes de 1973, los Yankees habían llegado décimos en la Liga de 10 equipos, también sextos, y después, con la División de seis, terminaron quintos y cuartos. Como fueron perdedores durante casi un década, y como los fanáticos yanquistas no aceptan el fracaso, no iban al estadio ni quienes tenían boletos para toda la temporada.

La empresa de radio y televisión CBS era propietaria del equipo. Lógicamente, la prosperidad de esa industria en nada ayudó al beisbol. Los ejecutivos de las exitosas transmisiones no tenían ni idea de cómo operar en Grandes Ligas, y menos en las menores.

Eso fue lo que compró George Steinbrenner por 10 millones de dólares. Por cierto que ese dinero se convirtió inmediatamente en ocho millones 800 mil, porque la negociación involucraba dos estacionamientos que fueron devueltos a la CBS, y pagaron por eso de vuelta un millón 200 mil.

El anuncio a los periodistas de esa compra de los Yankees fue hecho en uno de los salones de Yankee Stadium, durante la fría mañana del tres de enero 1973. Pero los periodistas ya habíamos publicado la noticia, porque la descubrimos mucho antes, el año anterior.

En esa conferencia de prensa, Steinbrenner prometió algo que cumplió durante los 27 años que estuvo al frente de la organización, hasta su muerte, víctima de un infarto, el 13 de julio de 2010, a los 80 años de edad.

Si algún propietario de equipo en Grandes Ligas ha cumplido con sus promesas iniciales, ese ha sido George Steinbrenner. Incluso, los Yankees fueron más que lo prometido por él.

Al final de aquella conferencia de prensa en Yankee Sadium, en enero de 1973, cuando se presentó George como nuevo propietario del equipo, nos sorprendió a todos quienes plenábamos el salón de Yankee Stadium, al recalcar con su voz al máximo de los decibeles...:

“Los Yankees serán ganadores, porque tengo al mejor pelotero del mundo. Y aquí lo presento en seguida a todos ustedes”. Lo que hizo fue sacar del bolsillo interior de su chaqueta una chequera muy gorda y mostrarla como un trofeo.

Fue elegante al no referirse a la CBS como mala en sus gestiones gerenciales al frente de los Yankees, pero la escena de la chequera, parecía denunciar que esa empresa había sido mezquina en la inversión necesaria para mejorar el róster.

Steinbrenner fue el inventor de los contratos multi-anuales y multi-millonarios. Casualmente, y para su buena suerte, al año siguiente de llegar al equipo del Bronx, surgió el primer agente libre. Por cierto, eso fue un accidente, más que un hecho producto de los acuerdos legales. Pero de todas maneras resultó el comienzo de la nueva vida de las Grandes Ligas en cuanto a la relación peloteros-propietarios.

Una rabieta del dueño de los Atléticos de Oakland, Charlie O. Finley, produjo ese primer agente libre en la historia, antes de que las reglamentaciones del beisbol hablaran de tal figura.

Finley le había firmado un contrato a Jim (Catfish) Hunter, el cual establecía la contribución anual de cierta cantidad de dinero del propietario del equipo para una fundación del lanzador.

Pero en 1974, Finley se negó a cumplir con ese compromiso. Lógicamente, Catfish lo demandó, ganó la demanda, y no solo quedó el hombre obligado a cumplir el compromiso económico, también consiguió Hunter que lo declararan agente libre.

Para entonces, fines de 1974, Jim (Catfish) Hunter era el lanzador más notable del mundo, por lo que Steinbrenner ordenó a uno de sus scouts ir a visitarlo e invitarlo a visitar Nueva York para hablar de negocios.

Sobre el escritorio de Steinbrenner, a quien todavía no llamaban “El Boss”, había unas cuantas cuartillas con los records y la historia profesional de Catfish.

El gerente-general de los Yankees para época, Gabe Paul, solía recordar que George, con gestos de notable entusiasmo y en privado, le comentó...:

“A este hombre hay que vestirlo de Yankee cueste lo que cueste. Vamos a hacerle una oferta que no pueda rechazar... Tan grande como algo que nunca haya cobrado un pitcher”.

Hunter era un muchachote campesino de 29 años, cumplidos el ocho de abril de 1975, unos días antes de inaugurarse su primera temporada con los Yankees.

Había llegado a Grandes Ligas con los Atléticos, cuando aún eran de Kansas City, en 1965. En 1974 ganó 25 juegos y en cada uno de los tres años anteriores logró 21 victorias. Ya con los Yankees, en 1977, fue solo el tercero en la historia de las Mayores en llegar a 200 juegos ganados antes de cumplir los 31 años de edad. Los otros dos fueron Walter Johnson y Christy Mathewson.

Y sí, Steibrenner le hizo la oferta que “no podía rechazar”, lo que jamás había ganado un bigleaguer, tres millones 750 mil dólares por cinco temporadas.

Y él respondió con 23 juegos ganados en 1975 y 17 más en 1976. Se retiró después de la campaña de 1979, y lo elevaron al Hall de la Fama ocho años más tarde, en 1987.

Pero lo más importante en la vida de bigleaguer de Catfish Hunter, fue que a través de ese contrato firmado con George Steinbrenner, puso fin a la estructura financiera de las Grandes Ligas. Un ejemplo es que el sueldo mínimo ha subido de ocho mil dólares en 1975 a 480 mil en 2012.

Y por supuesto, George Steinbrenner siguió firmando contratos multi-anuales. Al de Catfish siguieron los del slugger Reggie Jackson, el lanzador zurdo Don Gullet y docenas más.

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