Quieras o no, vas a comprar por impulso lo que no fuiste a buscar, o lo más caro, sin pensar. Todo depende de la música de la tienda. Antes se sabía que las tiendas ponían música de fondo rápida para acelerar tu paso por las tiendas, y lenta para que te requedaras y compraras más. Con los cambios en el mercado, ahora la estrategia se complica porque los hallazgos de los estudios de patrones de compra son otros. Aunque el volumen alto de la música de fondo les molesta a los compradores muy sensibles a los sonidos altos, el efecto es igual.
El volumen alto estimula excesivamente a los clientes y les debilita el control de su voluntad. El tiempo de compra se reduce, pero el número de ventas por minuto es mayor. Cuando la música de fondo es lenta, se reduce el flujo de tráfico de clientes, pero ven más artículos y compran más. Aunque vayamos con toda la intención de respetar un presupuesto y tomar decisiones deliberadas y pensadas en las compras, adiós presupuesto y adiós decisiones pensadas frente al efecto probado del fondo musical.
Según Kathleen Vohs, profesora de mercadeo de la Universidad de Minnesota, cuando vas a una tienda donde el ambiente es ruidoso, tiendes a deslumbrarte con las marcas, los descuentos en artículos que no necesitas ni quieres y estás vulnerable a otras influencias. Por ejemplo, puedes comprar artículos que hubieras comprado cuando tuvieras el presupuesto, no ahora, o justificar tu compra a base de la oferta y de pensar en qué va a pasar si lo necesitas después y el precio subió. En otras palabras, pierdes tu voluntad de decisiones sensatas gracias al ambiente. Hasta se te olvida lo que necesitas y quieres, y de repente te aparece una necesidad o algo que quieres que nunca hubieras considerado o no estaba en tu lista de compras.
El Journal of Business Research ha publicado más de 150 estudios hechos en tiendas de ventas al por menor, demostrando que la música de fondo aumenta significativamente el placer y bienestar de los clientes y con eso, el tiempo que pasan en la tienda y la cantidad que compran. Esta influencia, por supuesto, alcanza las compras de comida. Según estudios de la Universidad del Estado de Georgia, los estudiantes comen y beben más cuando escuchan música. Esa puede ser una de las razones por las que expertos en reducción de peso y desórdenes alimentarios aconsejan no tener otros estímulos, ni música ni televisión, cuando se está comiendo, y concentrarse en los alimentos y en el proceso de comer.
Muchos restaurantes no usan materiales que absorben el sonido y lo sustituyen por acero inoxidable y losas para crear un ambiente de sonidos altos. ¿Propósito? Que escojas tu comida rápidamente, no mires mucho el menú, no te fijes mucho en los precios, comas rápido y no ocupes la mesa mucho tiempo para poder sentar al próximo cliente. Los restaurantes más costosos ofrecen un fondo musical suave y atenuadores de sonido en la decoración para que te requedes, bebas más, comas desde al aperitivo hasta el postre, y gastes más. De hecho, los restaurantes con música suave tienen esperas más largas por las mesas y las cuentas de los clientes son mucho más altas porque los clientes beben más. Los sonidos de las tiendas y de los restaurantes están diseñados para mover la caja registradora.
¿Cómo ahorrar a pesar de la música de fondo?
- Planifica tus visitas a las tiendas. Haz una lista de los artículos que interesas y busca de antemano en los sitios web cuáles tiendas los tienen y a qué precios. Si no te gusta comprar en línea o te tienes que medir la pieza, ve a las tiendas correctas y sé fiel a tu lista.
- Busca cupones y oportunidades de descuentos en línea, e imprime los cupones que puedes usar. Mientras más pienses y premedites antes de llegar a la tienda, mejor puedes defenderte del efecto de la música.
- Si acostumbras comprar en ciertas tiendas, ten presente que la mayor parte de ellas tienen especiales todo el tiempo. No tienes que comprar por impulso, ya que seguramente la semana próxima o el mes que viene van a tener precios especiales otra vez.
- Cuando vayas a un restaurante, busca su sitio web y mira el menú de antemano. También busca cupones u ofertas de certificados de regalo (hay sitios web donde compras uno de 25 por 9). Ten en mente lo que vas a pedir, con la flexibilidad de tal vez un plato especial del día o algo que te gustaría probar.
Si vas con una decisión más o menos hecha, los sonidos del ambiente te afectan menos. Aunque el mercadeo es una ciencia probada para ganarte la partida, tú puedes resistirlo si te programas a gastar lo que quieres y no lo que otro quiere.
¿Sabías que la música puede influenciar tus compras? Cuéntanos tu experiencia
VIDEO RELACIONADO:
Before You Go
