Con júbilo de ‘dreamers' arranca Acción Diferida en New York

'Dreamers' inician trámites de acción diferida en New York

NEW YORK.– Con sus rostros jubilosos y los ojos brillantes de alegría, decenas de jóvenes, muchos acompañados por sus padres, colmaron la dependencias del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) en el primer día de la llamada acción diferida, que permitirá a los jóvenes que cumplan los requisitos obtener una protección temporal contra la deportación y permisos de trabajo renovables cada dos años.

"Estoy muy feliz. Tenía diez años cuando mis padres me trajeron a este país; ahora tengo 20 y voy a cumplir mi sueño de estudiar", dijo Jenny Yanaga, peruana que estudia administración en el City College.

Yanaga celebraba además que podrá trabajar para "juntar algo de dinero y poder sufragar mis gastos, especialmente, el de los libros".

Como ella, muchos jóvenes llegaron hasta las oficinas de USCIS de Long Island City, en Queens. Tal como se había anunciado, el 15 de agosto se empezaron a recibir las solicitudes para el programa de acción diferida, una medida aprobada por el presidente Obama el pasado 15 de junio.

Al mediodía, en el exterior de USCIS, la organización Se hace camino Nueva York (MRNY) y varios funcionarios ofrecieron una rueda de prensa junto a un grupo de jóvenes aptos para acogerse a la acción diferida.

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"Llevamos más de una década luchando por el respeto y dignidad de la comunidad inmigrante indocumentada. Hoy es un primer paso hacia la dirección donde este país nos debe llevar para empezar a legalizar a toda la población que está aquí, que ha venido contribuyendo con su trabajo al desarrollo de Estados Unidos", expresó Natalia Aristizábal, coordinadora de Se hace camino Nueva York.

“Hoy un millón y medio de jóvenes van a empezar su proceso para ajustar su estatus, pero es un primer paso; necesitamos que el resto de los 12 millones de inmigrantes indocumentados puedan calificar para salir de las sombras”, dijo Aristizábal.

Aristizábal estima que en el estado de Nueva York hay entre 60,000 y 90,000 personas que pueden calificar para la acción diferida. Nueva York es el cuarto estado con mayor población indocumentada en el país. El primero es California, le siguen Texas y Florida.

La colombiana Katerine Tavares, sin embargo, no celebraba, pero dijo estar presente para enviar un mensaje a muchos jóvenes que como ella no podrán acogerse al programa, que establece como principal requisito haber estado en el país durante los últimos cinco años. Tavares fue traída por sus padres a Estados Unidos hace dos años.

“Me gradué en la International High School, donde fui la presidenta del gobierno estudiantil y obtuve las más altas calificaciones; sin embargo, después de haber estado trabajando todo este tiempo por el DREAM Act, todavía no puedo aplicar pero voy a seguir luchando” dijo Tavares.

Los aspirantes a la acción diferida deberán cumplir cinco requisitos básicos: haber llegado a Estados Unidos cuando eran menores de 16 años y que no tengan más de 31 de edad; que hayan concluido sus estudios en una secundaria estadounidense, tener el certificado del examen GED o que estén en la escuela y que no tengan antecedentes penales; y haber sido dados de baja con honores de las fuerzas armadas.

Adicionalmente se exige que no hayan sido condenados por un delito mayor o delito menor significativo, que no representen una amenaza para la seguridad nacional o el bienestar público y haber residido en el país durante los cinco años antes del 15 de junio pasado.

El costo de la solicitud es de 465 dólares; para obtener un permiso de trabajo 380 dólares y 85 dólares por las huellas biométricas.

"Gracias a dios pude iniciar hoy la acción diferida. No puedo describir la emoción que siento por dentro. Ha sido una lucha de varios años y finalmente hoy se ha hecho realidad el sueño”, dijo el mexicano Antonio Alarcón, que llegó a Estados Unidos en el 2005.

Alarcón estudia periodismo en La Guardia Community College. “Desde que escribí un artículo para el New York Times y, desde mucho antes, mi deseo es ser periodista", asegura Alarcón, quien actualmente hace una pasantía en la cadena Univision.

Otra "dreamer" es la mexicana Yadira Juárez. Dijo haber llegado al país cuando tenía 4 años y su sueño es estudiar enfermería.

"Estuve estudiando, pero por falta de recursos no he podido continuar. Como indocumentada me ha sido imposible tener asistencia para estudiar, pero ahora se nos abre una puerta de esperanza con la acción diferida", dijo.

Juárez agregó que "poder estudiar y trabajar es una bendición para los inmigrantes jóvenes que queremos progresar".

Casandra Guzmán recuerda haber cruzado la frontera cuando tenía 6 años; sus padres le dijeron que iban de paseo. Vive en Estados Unidos desde hace doce años.

"Era muy caliente y mis pies se llenaron de ampollas de tanto caminar horas y horas", rememora Guzmán quien estudia el último año de secundaria en una escuela de Flushing, en Queens. "Mi sueño es ir a la universidad y estudiar criminología; deseo ser una profesional para ayudar a mis padres”.

El sacerdote católico colombiano Diego Villegas, de la parroquia San Leo, de Corona Queens, también se apersonó ante las oficinas de USCIS.

"Esto es maravilloso; es el resultado por el que se ha luchado por mucho tiempo a nivel de todas las iglesias de las comunidades y de sus organizaciones”, sostuvo Villegas.

Villegas agregó que el trabajo ha sido tan persistente que de alguna manera el presidente Obama se vio obligado a ceder y aprobar algo que es de sentido común: ayudar a la juventud.

“Reitero, este ha sido un trabajo arduo y difícil, pero que ha rendido sus frutos. Hoy empezamos, pero la preocupación se debe mantener e inclusive acrecentar porque junto a estos jóvenes están sus padres, que son indocumentados también”, dijo el sacerdote.

Los miembros de MRNY, en colaboración con un equipo, crearon hojas informativas sobre la acción diferida y estarán conduciendo talleres de orientación en Queens, Brooklyn y Staten Island.

"Nuestro sistema federal de inmigración sólo se convirtió en algo un poco más sensible. A partir de hoy hay más estudiantes y otros jóvenes que ahora están en un camino para contribuir plenamente a la sociedad y la economía estadounidense. Y es un buen día para cualquier persona que cree en las oportunidades”, dijo Maryann Sinclair Slutsky, directora ejecutiva de la organización Long Island Wins.

Sinclair Slutsky recordó, sin embargo, que esta es decididamente una solución pequeña y temporal.

“Si de verdad queremos que nuestra economía se beneficie del talento que todo el mundo tiene para ofrecer, tenemos que aprobar el DREAM Act para dar a los jóvenes inmigrantes un camino más permanente para el éxito, además de una reforma integral de inmigración real y sensible", puntualizó, Sinclair Slutsky en un comunicado dirigido a HuffPost Voces.

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