Estamos totalmente de acuerdo en que la industria automotriz ha ido mejorando progresivamente la seguridad de sus productos en caso de accidentes. Gracias a las estructuras reforzadas de deformación programada, jaulas de seguridad, bolsas de aire y todo tipo de ayudas electrónicas a la conducción, hacen del automóvil contemporáneo, un medio de transporte que ofrece mucha mas protección a sus ocupantes en relación a hace unas décadas atrás.
Sin embargo, como sucede con muchas cosas, las fortalezas también pueden convertirse en debilidades, ya que si bien los nuevos sistemas de seguridad anteriormente mencionados ayudan a proteger efectivamente en caso de una colisión, a la hora de realizar rescates en vehículos siniestrados, estos elementos de seguridad se transforman en obstáculos que pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Según USA Today, el problema comienza cuando los bomberos buscan rescatar a personas atrapadas en un automóvil, para lo cual muchas veces deben cortar el metal con herramientas especiales, las cuales cada vez son menos efectivas... ¿Por qué?
Simplemente, debido a que el metal de las estructuras de los automóviles son cada vez mas resistentes, dificultando enormemente la labor de los bomberos.
Posteriormente al metal los rescatistas se encuentran con los airbags desplegados, los cuales dificultan la visibilidad hacia el interior causando frustración. En el caso de los automóviles híbridos, el problema radica en una posible descarga de alto voltaje de la energía almacenada en los paquetes de baterías.
Todo lo anterior se complica aun mas ya que generalmente los bomberos son entrenados con automóviles antiguos, aunque. las cosas comienzan a cambiar, ya que la industria, como la Society of Automotive Engineers se encuentran trabajando para enfrentar estos problemas y proponer cambios, como por ejemplo, un sistema para etiquetar a los automóviles eléctricos e híbridos.
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