California: Construcción de tren rápido genera críticas

Construcción de tren rápido polariza en valle Central

FRESNO, California.– El viernes 6 de julio el senado estatal de California aprobó la construcción del llamado tren bala, o tren rápido, con un presupuesto inicial de 68 mil millones de dólares.

Esta noticia podría pasar desapercibida si no fuera por la polarización política que genera el proyecto, especialmente en una zona rural como el valle Central. Pero también a nivel nacional.

Ocurre que el proyecto de modernizar el sistema ferroviario e implementar por fin uno de tipo "rápido", como en varios países desarrollados del mundo, desde China y Japón hasta Francia y Alemania, ha encontrado una poderosa resistencia como todo proyecto que apoya o propone la administración Obama.

En total, el gobierno federal propone la construcción de este tipo de trenes en ocho áreas nacionales: Washington-Oregón, California, Wisconsin, Región Noreste (Washington, Nueva York, y otras ciudades cercanas), Illinois-Michigan, Ohio, Illinois-Missouri, Carolina del Norte y Florida.

Gobiernos estatales conservadores como el de Florida rechazó la idea de construir este tren y los 2,400 millones que Washington le había destinado.

La ideología puede más que la razón. La política puede más que la necesidad de mejores medios de transporte y de empleos.

"Quienes apoyan el proyecto quieren asumir riesgos en función de los beneficios futuros", afirma Henry Perea, supervisor del condado de Fresno. "Los que se oponen tienen miedo a lo desconocido, a los cambios".

Con la misma pasión y fanatismo con que los conservadores azuzan a sus seguidores para rechazar el llamado "Obamacare" —la ley de salud implementada por el presidente—, ahora los empujan a oponerse a la construcción del tren rápido.

A esto se suma el conservadurismo y tradicionalismo de aquellos residentes de zonas rurales, que en conjunto pueden representar una fuerte oposición. Este es el caso del valle Central de California, donde empezaría la construcción del tren rápido este año, uniendo las ciudades de Madera y Bakersfield.

Liderados por los republicanos, los agricultores argumentan que el tren alterará el estilo de vida del valle, el ruido afectará el medio ambiente y que el costo es excesivo en épocas de crisis económica. Sin embargo, no ofrecen pruebas ni estudios para demostrar estas críticas.

Estos mismos agricultores promovieron en 2010 la Proposición 18, con un costo de 11,400 millones de dólares, para crear o mejorar infraestructura para la recolección y almacenamiento de agua destinada a la agricultura. Esta iniciativa no llegó a ser presentada a los votantes del estado ya que el entonces gobernador Arnold Schwarzenegger pidió que se postergara hasta nueva fecha. La razón detrás de esta decisión fue la poca aceptación entre los residentes de California de endeudarse para satisfacer a un solo sector social.

"Este es un año de elecciones…", dice sugestivamente Michael Rubio a HuffPost Voces, senador estatal que votó a favor del proyecto. "El candidato republicano a la presidencia [Mitt Romney] se opone al tren rápido, y por lo tanto los republicanos locales siguen esta línea".

Pero la construcción del tren rápido, además de ser la primera obra importante de infraestructura en California desde los 60, significa mucho más que un debate político.

"Definitivamente va a generar empleos, especialmente en el valle Central, una de las regiones más pobres del país", asegura Rubio (demócrata, distrito 16), residente de Bakersfield, al sur del valle. "Somos la Appalachia del oeste".

Perea, quien representa el distrito 3 del condado de Fresno, coincide. "Esta es una gran oportunidad para diversificar la economía del área, que depende casi exclusivamente de la agricultura".

El desempleo en el valle Central de California es de aproximadamente 14 por ciento en meses de verano, cuando más gente es empleada en la agricultura. En invierno, ese porcentaje aumenta.

Aún así, el proyecto es resistido por los conservadores, algunos de ellos afiliados al partido demócrata. Este es el caso de Richard Valle, supervisor del condado de Kings, al sur de Fresno. "Me opongo al tren rápido porque la mayoría de la gente en mi distrito lo exige", declaró Valle poco antes de las pasadas elecciones primarias del 5 de junio, y en las cuales superó a los otros cuatro candidatos, pasando a una elección de desempate con uno de ellos en noviembre para definir si logra un segundo término como supervisor.

En la votación del 6 de julio en Sacramento, cuatro senadores demócratas votaron en contra del proyecto del tren rápido, uno de ellos argumentando que no era bueno, aunque apoyaba la idea de tener ese medio de transporte en el estado. El senador Rubio comenta que aún quedan detalles para completar el proyecto, para lo cual se están analizando diferentes reportes especializados.

El tren rápido, que empezará a operar en 2020, unirá Los Ángeles con San Francisco, pero en lugar de hacerlo en línea recta, a lo largo de la costa, pasará por el valle Central, describiendo una curva.

"Con la polémica nos olvidamos de que este tren colocará a California a la vanguardia del transporte público", dijo Rubio. Por su parte, Perea cree que muchos de los empleos a crearse ayudarán a la clase media de la región. "Se trata de trabajos permanentes y especializados".

Según comentarios de prensa, una estación de mantenimiento estaría radicada en Fresno, la cual emplearía a decenas de trabajadores.

Perea insistió en que el tren rápido permitirá viajar a ciudades como Los Ángeles y San Francisco en mucho menos tiempo.
Y agregó, "esto abre las puertas para el aumento del turismo y a otros negocios, es una oportunidad histórica para nuestra región".

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