Ciudad del Vaticano .- Paolo Gabriele, el mayordomo acusado de robar documentos confidenciales al Papa Benedicto XVI en el caso conocido como “vatileaks”, actuó solo y no formó parte de ninguna conspiración, aseguró hoy su abogado defensor.
Por primera vez desde el arresto del ayudante del pontífice, el 23 de mayo pasado, el abogado Carlo Fusco habló con la prensa en la sede de la Radio Vaticana, un insólito lugar considerando que es la estación oficial de la parte acusadora en el proceso contra Gabriele.
Durante el encuentro con periodistas, el abogado Fusco, acompañado por la otra defensora Cristiana Arru, dio algunos detalles de los 59 días de detención del mayordomo, quien recuperó la libertad este sábado, luego que el juez del caso le concedió arresto domiciliar.
“Paolo colaboró desde el primer momento y ampliamente con los investigadores, por lo tanto dio todos los elementos para obtener profunda claridad sobre el asunto”, dijo.
“Todas las motivaciones que lo llevaron a cometer ciertos actos son de carácter interior, nada ligado a motivos externos. No existen redes internas ni complots externos que involucran a Paolo”, agregó.
El ex ayudante de cámara de Joseph Ratzinger es, hasta ahora, el único imputado en el escándalo “vatileaks”, el robo y la filtración a la prensa de reportes confidenciales del pontífice. Sin embargo, sólo está acusado del delito de “robo agravado”.
En varios pasajes de la rueda de prensa los abogados se contradijeron. Primero hablaron de los “actos” cometidos por Gabriele “por amor al Papa”, pero luego pusieron en duda que tuviese alguna responsabilidad en la sustracción de
documentos.
Asimismo indicaron que el mayordomo se movió por “ideales nobles”, para luego sostener que una de sus razones fue el “fuerte estrés producto de solicitudes y presiones de diversas partes”. No quisieron precisar a qué se referían con “presiones”.
Los defensores intentaron desligar al ayudante del Papa de haber sido él quien filtró los textos confidenciales a la prensa, cayendo nuevamente en contradicción al sostener que sus motivos estaban encaminados a “impulsar la limpieza en la
Iglesia”.
“Paolo ha subrayado que estuvo movido por el deseo de ayudar, sus acciones constituyeron un acto de amor hacia el Santo Padre. Se puede decir que una de las razones de su accionar fue colaborar con el pontífice en una labor de limpieza dentro de la Iglesia”, insistió.
Y añadió que el imputado está arrepentido por el método que utilizó. “Quiero desmentir que tenga problemas mentales”, añadió Fusco. “No recibió ni dinero ni beneficios personales de terceros”, apuntó Arru.
De acuerdo con los abogados, Gabriele expresó su deseo de pedir perdón personalmente al Papa, aunque aclararon que las formas en las cuales hará llegar este mensaje a Benedicto XVI no están todavía claras.
En los próximos días, el mayordomo esperará en su departamento, ubicado dentro del territorio vaticano, la decisión del juez Piero Bonnet, quién elegirá entre mandarlo a juicio, que es lo más probable, o dejarlo en libertad.
“Es un hombre sereno, confía en la providencia. Seguramente tendrá lugar un juicio en su contra, nosotros como abogados estamos listos para ello”, aseguró Arru.