EE.UU. interrumpió charlas migratorias con Cuba por caso de Alan Gross

EE.UU. interrumpió charlas migratorias con Cuba

Por Wilfredo Cancio Isla, cafefuerte

Las conversaciones migratorias entre Cuba y Estados Unidos están indefinidamente interrumpidas como resultado de los crecientes desacuerdos diplomáticos por el caso del contratista estadounidense Alan Gross, condenado a 15 años de prisión en la isla.

Tras reanudarse el diálogo bilateral en julio del 2009 a instancias de la política de Barack Obama, Washington optó por congelar los encuentros desde comienzos del pasado año y no hay programada ninguna fecha para volver a la mesa de negociaciones.

“No hemos tenido ningún encuentro sobre asuntos migratorios desde enero del 2011 en La Habana y no hay ninguna fecha programada por el momento”, dijo a CaféFuerte William Ostick, portavoz del Departamento de Estado.

El funcionario declinó dar detalles sobre el tema, pero indicó que la detención de Gross continúa siendo un impedimento para mejorar las relaciones entre La Habana y Washington.

Obstáculo principal

Una fuente de la Casa Blanca confirmó a CaféFuerte que el caso de Gross es “principal obstáculo” para cualquier avance en las relaciones con Cuba.

“La renuencia de Cuba a liberar a Gross no sólo ha afectado las conversaciones migratorias, sino también avanzar de manera constructiva en otros aspectos de interés mutuo”, manifestó la fuente, que pidió no ser identificada.

Las rondas de conversaciones migratorias fueron establecidas durante los acuerdos bilaterales firmados en 1995, mediante los cuales Estados Unidos se comprometió a otorgar 20,000 visas anuales y a repatriar a todos los cubanos que fueran interceptados en el mar tratando de arribar a las costas de la Florida.

Las charlas se realizaban dos veces al año, alternando la sede en Nueva York y La Habana. Los encuentros eran también una oportunidad para ventilar otros asuntos de interés común ajenos al tema migratorio.

Pero en el 2004 fueron interrumpidas por el presidente George W. Bush como parte de una política de recrudecimiento de las sanciones contra el régimen cubano.

Se reanudaron en julio del 2009 al calor de las iniciativas implementadas por la administración Obama para relanzar las relaciones con Cuba y facilitar los contactos de los cubanoamericanos con sus familiares en la isla. La decisión fue percibida entonces como un importante paso hacia una eventual normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países, fracturadas por más de cinco décadas.

"Participar en estas conversaciones subraya nuestro interés en sostener discusiones constructivas con el Gobierno de Cuba para avanzar los intereses de Estados Unidos sobre asuntos de interés común", declaró entonces Ian Kelly, funcionario del Departamento de Estado.

Conversaciones difíciles

Sin embargo, la detención en La Habana del ciudadano estadounidense Alan Gross el 3 de diciembre del 2009 provocó un enfriamiento de la postura de Washington.

En enero del 2011, cuando se produjeron las últimas conversaciones en La Habana, la delegación visitante estuvo encabezada por la subsecretaria asistente para asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Roberta Jacobson. El grupo estadounidense insistió en la necesidad de excarcelar a Gross, mientras Cuba rechazó discutir el tema por considerarlo un asunto de seguridad nacional en fase de investigación.

El entonces subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos, Arturo Valenzuela, dijo en esa oportunidad que sería muy difícil pensar en sostener otras conversaciones cuando "no pueden ni siquiera abordar una preocupación fundamental para nosotros, la detención de un ciudadano estadounidense sin enfrentar cargo alguno''.

Un mes después, el gobierno cubano anunció que juzgaría a Gross. El contratista fue enjuiciado y condenado en marzo del 2011 bajo acusaciones de socavar la soberanía nacional.

El caso Gross se ha convertido en la nueva manzana de la discordia entre ambos gobiernos, acrecentada por la negativa de La Habana a liberarlo por razones humanitarias ni permitirle que viaje temporalmente a Estados Unidos para visitar a su madre enferma de cáncer.

Gross, de 63 años, permanece arrestado en el hospital militar “Carlos J. Finaly “de La Habana, ha perdido alrededor de 100 libras y presenta serias afectaciones de salud.

El gobierno de Raúl Castro se ha declarado dispuesto a negociar una “salida humanitaria” para el caso a cambio de que Washington libere a los cinco cubanos condenados por espionaje en Estados Unidos en el 2001. Washington ha negado la alternativa del canje por considerar que Gross no realizó actividades de espionaje en Cuba.

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