Angélica Rivera tiene un futuro incierto como primera dama

Angélica Rivera ante el reto de ser primera dama

Cuando Angélica Rivera asuma su papel de primera dama de México, será un verdadero desastre. Un caso patético que la protagonista vivirá como una verdadera tragedia.

Esto lo dice Guadalupe Loaeza, conocida escritora mexicana que también se ha dedicado a documentar la vida y obra de la socialité de su país, a HuffPost Voces.

Pero su opinión no es la única. Por su parte, la historiadora Sara Sefchovich, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México dijo a esta publicación que Rivera, casada desde 2010 con Enrique Peña Nieto, virtual ganador de las elecciones presidenciales en México, no tendrá problemas con superar los difíciles obstáculos que le esperan como la mujer del hombre más importante de ese país.

“El papel que ellas tienen es muy difícil porque si hacen mucho les reclaman, si no hacen mucho les reclaman, si se notan la gente se enoja, si no se notan la gente las critica muchísimo”, dijo Sefchovich, autora del ensayo “La suerte de la consorte. Las esposas de los gobernantes de México: historia de un olvido y relato de un fracaso”.

Pero Rivera, en muchos sentidos, tiene incluso más desventajas que ventajas en relación con sus antecesoras mexicanas. Se la critica por su baja escolaridad. Comenzó a actuar en el consorcio Televisa a los 17 años, lo que hace suponer que ni terminó el bachillerato. Ninguna de sus biografías menciona su nivel académico, y hasta el término de este artículo no fue posible contactar al equipo de campaña de Peña Nieto o a representates de Rivera para confirmar esta información.

En campaña

Pareja en campaña

La futura primera dama, de 41 años, se ha dedicado a actuar la mayor parte de su vida; su ingreso a la política fue fortuito. Se casó con Peña Nieto cuando él todavía era gobernador del estado de México. En ese entonces él era viudo y Rivera ya se había divorciado de José Alberto Castro, un reconocido productor de telenovelas. La actriz y el virtual presidente se conocieron en 2008, cuando ella fue contratada para promocionar el estado que Peña Nieto representaba.

“Es una historia de éxito pero también de mucha artificialidad”, dijo Loaeza. “Hay una farsa porque lo que está viviendo [Rivera] no es más que un rol de una de sus telenovelas”.

Loaeza va más allá al vaticinar que Rivera no tendrá ninguna influencia en su esposo ni los recursos para enfrentarse a los “dinosaurios” –como se conoce a los políticos más veteranos del Partido Revolucionario Institucional, al que pertenece Peña Nieto– “porque no sabe a qué jungla se metió... Es una pobre muchachita que me da pena porque se me hace que va a vivir una tragedia”.

La autora de “Las niñas bien”, libro que retrata al sector más adinerado de la sociedad mexicana –al que ella pertenece– no tiene reparos en desdeñar desde ya la función que ejercerá Rivera, a quien se conoce popularmente como "Gaviota" por el papel que interpretó en "Destilando amor", una de sus telenovelas más recientes y exitosas.

“Esta [Rivera] surgió, apareció de repente; no se habla de dónde estudió, qué estudio. Es solo una cosa decorativa [para Peña Nieto]”, dijo Loaeza luego de hablar de la destacada carrera de la actual primera dama, Margarita Zavala, abogada que también fue diputada y legisladora.

Para Sefchovich, no obstante, la situación no es tan dramática. Dice al HuffPost Voces que todavía está por verse si Rivera podrá con el paquete, aunque no cree que vaya a ser tan difícil desempeñar un papel tan delimitado por las reglas y el protocolo.

“Ninguna de las esposas [de los presidentes mexicanos] ha tenido una manera de ser diferente aunque hayan participado previamente en la política; a la hora de ser primeras damas cumplen con lo que siempre cumplen las esposas”, dijo.

Esto es, acompañar al marido a los actos protocolarios, a recepciones de secretarios extranjeros, viajes.

También, por tradición, en México la primera dama preside el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, institución social de asistencia pública.

Si bien es cierto que Rivera no recorrió con su esposo el camino político, “eso no significa que será una primera dama diferente”, dijo Sefchovich.

Hasta ahora la prensa mexicana ha sido relativamente considerada con Rivera, una de las caras más populares de Televisa en el decenio pasado. Sefchovich lo atribuye a que la artista ha entendido bien que a los mexicanos no les gusta que sus primeras damas sean protagonistas. El precedente más inmediato de quien hizo lo contrario lo dejó Martha Sahagún, esposa del expresidente Vicente Fox, que con sus actos y comentarios públicos llegó a opacar en varias ocasiones hasta al mismo mandatario.

“No queremos otra vez primeras damas que les guste estar adelante, que les guste el reflector [...] sino que sigan determinados patrones y costumbres aceptados para las esposas”, dijo Sefchovich.

Lo que es un hecho es que la nueva pareja presidencial ha sido todo un éxito de mercadeo. La investigadora lo atribuye a que ambos transpiran juventud, energía, “como en Estados Unidos pasó con John F. Kennedy y Jackie”, dijo, aunque aclaró que esta comparación solo tiene que ver con la imagen, y que la educación e historia personal de la pareja Kennedy “son cosa aparte”.

“Eso [de la juventud y energía] a la gente le agrada mucho, le agrada la gente bonita, y ellos lo son”, dijo.

En favor de Rivera, Sefchovich dijo que la artista ha aprendido a vestirse mejor en comparación con cuando comenzó el romance con Peña Nieto.

“Es una mujer que se ve que está mejorando en las cosas que a la gente le importan, que tienen que ver con la imagen, con la discreción, con la manera de participar, qué decir, qué no decir; me parece que está muy bien asesorada en eso”, dijo.

Por su parte, a los mexicanos, dijo Sefchovich, no les interesa si Rivera tiene escolaridad o cultura. Les importa, sostuvo, “la imagen pública, y la imagen [de Rivera] es joven, vital, triunfadora, de una mujer que ha logrado caminar un camino difícil y lo ha logrado”.

De ser ratificado, Peña Nieto será investido el 1 de diciembre de este año. Podrá ser recordado en los libros de historia como el candidato que fue capaz de haber regresado al PRI al poder luego de 12 años.

Pero de Rivera es posible que luego del sexenio de su esposo nadie se acuerde.

“No importa lo que hagan”, dijo Sefchovich. “Una vez que salen de ahí [de la casa presidencial] todo el mundo las olvidó. No veo por qué ahora tiene que ser diferente”.

Loaeza, por su parte, cree que Rivera tendrá un destino un tanto más displicente.

“¿Quién la va a recordar? Nadie la va a recordar en 50 años; bueno, sí, como la heroía de la telenovela ‘Destilando amor’”.

Before You Go

Popular in the Community

Close

What's Hot