Rick Perry rechazaría aplicación de porciones del Obamacare

Demócrata critica a Perry por rechazo a Obamacare

El gobernador Rick Perry anunció que rechazaría la implementación en Texas de porciones de la ley de cuidado de salud a bajo precio, conocida como Obamacare.

Anunció tal decisión, a pesar de que en Texas 26.1% de sus residentes carecen de servicios médicos y el estado ocupa el primer lugar nacional con el mayor índice de personas sin seguro de salud.

El mandatario texano afirmó que no ejercerá las provisiones de la Ley de cuidado de salud a bajo precio (ACA) relacionadas con la expansión de la cobertura del programa Medicaid ni del seguro estatal de intercambio.

“Es una estupidez y una injusticia”, dijo el líder del partido demócrata en Texas, Gilberto Hinojosa, al referirse a la medida anunciada por el mandatario estatal.

“Le está dando la espalda a los texanos que carecen de seguro de atención médica y sin una razón legítima”, dijo el dirigente demócrata, quien consideró que Perry “se está portando como una persona ignorante de las necesidades de la gente que lo eligió para gobernar el estado”.

Hinojosa aseguró que la puesta en práctica de las provisiones de la ley de cuidado de salud a bajo precio beneficiaría a miles de familias texanas con la extensión del Medicaid, traería millones de dólares al estado y se salvarían cientos de miles de vidas.

“Perry nos avergonzó cuando corrió para candidato presidencial y ahora nos está lastimando al rechazar esta ley de salud. No está actuando en razón, ya que Texas ocupa el último número en materia de ciudadanos sin seguro médico, sin acceso a programas de salud y con necesidad de asistencia”, añadió.

Perry informó de su decisión en una carta enviada a la secretaria de Salud de Estados Unidos, Kathleen Sebelius, en la que directamente expuso que se opone a la expansión de Medicaid como se proporciona en la Ley de cuidado de salud a bajo precio y a la creación del seguro estatal de intercambio, porque “ambos representan intrusiones descaradas a la soberanía de nuestro estado”.

El gobernador criticó en la misiva la expansión de Medicaid señalando que la Ley de cuidado de salud a bajo precio “simplemente agrandará el sistema quebrantado que ya es financieramente insostenible”.

Indicó además que Medicaid es un sistema inflexible de reglas, de una sola medida para todos los requerimientos, un desperdicio de ineficiencias burocráticas y señaló que expandirlo como lo señala la ley “sólo exacerbará el fracaso del sistema actual y amenazaría incluso a Texas con la ruina financiera”, aclaró en el texto.

Perry reveló que tiene el derecho de mantenerse en el grupo creciente de gobernadores que rechazan la Ley de cuidado de salud a bajo precio y descalificó las provisiones del intercambio del seguro estatal y la expansión de Medicaid como medidas que brinden mejor protección a los pacientes o incluso un cuidado asequible, sino que ambas sólo harían a Texas una apéndice del gobierno federal en materia de impartición de salud.

La pasada sesión de la legislatura estatal aprobó recortes para el cuidado de la salud pública en Texas que afectaron a discapacitados, niños y ancianos. Sólo en fondos para Medicaid se recortaron 4,800 millones de dólares del presupuesto estatal, entre los que se incluyeron 73 millones de dólares menos para las clínicas de planeación familiar en el estado.

“Esto sólo muestra que Perry está muy lejos de sus gobernados, de la gente y que nosotros estamos muy lejos de él, especialmente de los hispanos en Texas”, dijo la líder comunitaria de la organización La Unión del Pueblo Entero (LUPE), Martha Sánchez.

Todos saben que Texas tiene el mayor porcentaje de personas sin seguro médico en todo Estados Unidos y sobre todo en el sur del estado, en el Valle del Río Grande, la mayoría de niños dependen del cuidado de Medicaid y también los latinos, indicó.

“Estamos viendo nuevamente cómo Perry no está en contacto con la realidad de su estado ni con las necesidades de la gente de carne y hueso, no estamos siendo escuchados y vuelve a exhibir que su política es cerrada hacia los más pobres de Texas”, manifestó.

“Estamos enojados porque no puede rechazar la ayuda para gastos médicos para la gente más necesitada del estado”, añadió.

El anuncio de rechazar la expansión de Medicaid en Texas afectaría a alrededor de 2 millones de personas que se hubieran beneficiado en los primeros dos años de la Ley de cuidado de salud a bajo precio u Obamacare. En 2009, 22% de los latinos de Texas tenían acceso a Medicaid.

Por su parte, la Asociación Médica de Texas difundió que sólo el 31% de sus miembros aceptarían nuevos pacientes con Medicaid en la actualidad, de acuerdo a un sondeo hecho a los doctores que ejercen en el estado. Esa cifra bajó dramáticamente respecto a encuestas del 2010 donde 42% de sus clientes usaron Medicaid y 67% en el 2000.

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