Juan Pablo Santillán, otro mexicano muerto a tiros por la Patrulla Fronteriza en Texas

Muere mexicano en manos de otro agente fronterizo

Un mexicano de 30 años de edad fue muerto por los disparos de un agente de la Patrulla Fronteriza en Brownsville, al sur de Texas y Matamoros, Tamaulipas. Es la segunda víctima en la frontera texana en los últimos dos años.

En un fuerte comunicado, el gobierno de México protestó por el incidente violento y pidió una averiguación exhaustiva sobre la muerte del connacional. La agencia federal de investigaciones de Estados Unidos (FBI) tomó a su cargo la investigación de los hechos.

El vocero de la Patrulla Fronteriza en Brownsville, Enrique Mendiola Jr., dijo a HuffPost Voces que el sábado pasado hubo dos incidentes violentos en esa frontera, en los que agentes de esa agencia dispararon “en defensa propia” al ser blanco del lanzamiento de piedras desde el lado mexicano.

“Los oficiales respondieron a un llamado de que había un grupo de sospechosos en uno de los puentes internacionales y cuando acudieron al lugar, fueron recibidos con piedras que les aventaron y no tuvieron otra opción que sacar su arma y disparar”, explicó Mendiola.

En el segundo caso ese mismo sábado, un agente de la patrulla fronteriza disparó a una persona que le apuntaba con un arma de fuego desde el lado mexicano. “El oficial se defendió disparándole para no darle oportunidad de que el individuo lo atacara a él”, subrayó.

Mendiola desconoció la existencia de una persona fallecida por esos altercados.

A la vez, justificó que los oficiales fronterizos dispararan para defenderse de los proyectiles de piedra. “Una roca está considerada como un arma letal en nuestro reglamento”, dijo.

Reveló que en esa frontera son frecuentes los incidentes relacionados con el lanzamiento de piedras a los agentes y relató que en alguna ocasión un oficial recibió impactos de piedras en un ojo y cara, por lo que fue sometido a cirugía reconstructiva y permaneció incapacitado por un año para recuperarse del ataque.

El mexicano occiso por el incidente el sábado fue identificado como Juan Pablo Santillán o Juan Pablo Soto, según las primeras informaciones de testigos y parientes. Contaba con 30 años de edad y supuestamente se encontraba en esa área cercana al Río Bravo, en el puente Los Tomates-Veterans, porque ahí cortaba leña.

De acuerdo a los primeros indicios del Ministerio Público de México, el cuerpo del mexicano tenía dos impactos de bala, uno en la cabeza y otro en el pecho, los cuales le causaron la muerte.

El FBI va a determinar los factores que ocasionaron la tragedia humana en el incidente fronterizo y colaborarán con autoridades mexicanas en la investigación de los hechos.

El cónsul de México en Brownsville, Rodolfo Quilatán Arenas, confirmó la muerte del joven mexicano e informó que era originario de Matamoros, Tamaulipas.

Ese consulado ofreció asistencia consular y asesoría jurídica a los familiares del mexicano fallecido y se encargará del seguimiento de la investigación de los hechos en Estados Unidos.

El vocero de la patrulla fronteriza definió los incidentes como “dos encuentros peligrosos” para los oficiales y puntualizó que ninguno de ellos resultó lesionado.

Varios individuos fueron detenidos en custodia debido a los incidentes, pero no aclararon sus identidades ni nacionalidad.

En la enérgica condena del gobierno de México por la muerte del mexicano, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) reiteró su rechazo al uso desproporcionado de la fuerza letal en el ejercicio de funciones de control migratorio y lo calificó como inaceptable en cualquier circunstancia.

Pidió que “las responsabilidades correspondientes deben deslindarse con transparencia, incluyendo por la vía judicial”.

En su nota, el gobierno mexicano recordó la implementación de la declaración conjunta México-Estados Unidos sobre la prevención de la violencia en la frontera y el respeto de los derechos humanos sin importar la condición migratoria.

En junio de 2010, se suscitó otro incidente fatal en la frontera de El Paso, cuando un agente de la Patrulla fronteriza disparó y mató al adolescente de 15 años de edad, Sergio Adrián Hernández Güereca, en las márgenes del Río Bravo. El caso aún se investiga y es objeto de demandas civiles en las cortes federales y de Texas.

A la fecha, ningún oficial de la Patrulla Fronteriza ha recibido cargos criminales por disparar y matar a un ciudadano mexicano en la frontera.

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