El equipo varonil de triatlón de Estados Unidos nunca ha ganado una medalla en las olimpiadas. Para Manny Huerta, es hora de revertir esa tendencia.
“Si yo puedo lograr una medalla haría historia para Estados Unidos; es la meta de cualquier deportista que se clasifique”, dijo el triatlonista cubano radicado en este país desde 1997.
Sin embargo, llegar entre los primeros lugares, aunque no gane, ya sería un gran triunfo para Huerta, porque, dice, poder clasificar para las olimpiadas de Londres, que comienzan a fin de mes, fue toda una odisea.
“Si quedo en cuarto lugar, o entre los primeros 20 estaría feliz, porque clasificar fue muy duro y un regalo mí mismo y a mi familia”, dijo el atleta de 28 años en una entrevista vía Skype desde Costa Rica, país donde entrena desde hace meses debido a que allá vive su entrenador y porque las condiciones del clima son las más óptimas en la mayor parte del año.
Para comenzar, Huerta tuvo que demostrar que era uno de los mejores en el ITU World Triathlon de San Diego, que se efectuó en mayo pasado y donde entre los que compitieron estaban los 65 mejores triatlonistas del mundo.
Ahí no solo tenía que terminar entre los primeros 70 participantes, sino que tenía que ser el primero o segundo de los nueve triatlonistas que competían por Estados Unidos. Entre los que luchaban por el puesto había algunos con bastante experiencia así como otros que tenían en su currículum olimpiadas previas.
Huerta venció todos los pronósticos posibles y se impuso a sus paisanos; llegó en el noveno lugar en la tabla general y fue el segundo de los estadounidenses. Ahora es uno de los dos triatlonistas que irán a Londres representando a esta país. Son las primeras olimpiadas en las que participa.
Huerta mide 5 pies y 7 pulgadas de altura y pesa 126 libras. Se puede decir que es una liebre a la hora de correr, una de las disciplinas del triatlón, además de ciclismo y nado.
Ser tan delgado es una ventaja para Huerta, dice, porque tiene poco peso que cargar a la hora de la competencia. Pero nada está escrito a la hora de hacer la carrera. El terreno siempre cambia, hay pendientes imprevistas, no es lo mismo nadar en un lago que en el mar, y el viento es algo que se tiene que considerar.
“Un día puedes ganar una carrera en dos horas y otro te demoras más. Lo que sí define son los últimos 10 kilómetros… En el nado y en la bicicleta podemos ir todos bien pegados, pero en la carrera es donde todo se define”, dijo Huerta.
La competencia empieza con 1,500 metros de nado, luego 40 kilómetros de ciclismo y termina con una carrera de 10 kilómetros.
Huerta comenzó su carrera de atleta practicando el cross country en la secundaria. En los veranos comenzó a hacer triatlones para estar en forma para la temporada de natación y de carreras. A los 19 años se dio cuenta de que quería dedicarse a eso y comenzó a entrenar en serio para las competencias de más alto nivel.
En Londres Huerta competirá contra 57 atletas de todo el mundo, entre los que están potencias y monstruos como los británicos, rusos, españoles, franceses, alemanes, canadienses y brasileños.
Pero nada está escrito, y Huerta tiene posibilidades como cualquier otro. Si regresa con medalla escribirá una página más en la historia de los atletas estadounidenses. Pero sobre todo, pasará a los anales como el cubano que rompió con el hechizo que caía entre los triatlonistas estadounidenses.
Frase: Si yo puedo lograr una medalla haría historia para Estados Unidos; es la meta de cualquier deportista que se clasifique.
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