No a la abstinencia, sí a la educación sexual: Jóvenes piden que les hablen claro

¡No a la abstinencia!: Jóvenes piden que les hablen claro

Como apertura del fin de semana de conferencias del National Council of La Raza, se presentó la organización Advocates for Youth, quienes ante un grupo de jóvenes, entablaron una amplia y provocativa conversación sobre la sexualidad adolescente. Su propuesta: es tiempo de una educación sexual abierta, dejando atrás el tradicional mito de la abstinencia sexual como método más efectivo para la prevención de embarazos, e instando a su vez a los jóvenes a atreverse a entablar canales de comunicación para una discusión más saludable sobre esta práctica.

De acuerdo con información provista por la organización, “no existe evidencia científica que compruebe que los programas de abstinencia hasta el matrimonio, aquellos que censuran la información sobre los contraceptivos, son efectivos… Por su parte, investigadores continúan mostrando que la educación sexual integral, que enseña ambos, abstinencia y la anticoncepción, es más eficaz para los jóvenes. Los jóvenes que reciben este tipo de educación son más propensos a iniciar la actividad sexual más adelante en la vida y utilizar la protección correcta y consistentemente cuando se vuelven sexualmente activos. Las evaluaciones de los programas de educación sexual muestran que estos programas pueden retrasar el inicio de la actividad sexual, reducir la frecuencia de actividad sexual, reducir el número de parejas sexuales y aumentar el uso del condón y de anticonceptivos”.

Asimismo, estadísticas publicadas por la entidad muestran los hallazgos de un reporte de Public Health realizado en el 2007, el cual reveló que la mayoría de los norteamericanos tienen sexo antes del matrimonio. Datos exponen que la edad media de la iniciación sexual es de 17 años, y la edad media para contraer matrimonio es de 25,8 para las mujeres y 27,4 para los hombres, lo que significa que la longitud de tiempo entre el inicio sexual y el matrimonio es entre ocho y 10 años en promedio. A los 20 años, el 75 por ciento de los estadounidenses han tenido relaciones sexuales antes del matrimonio.

El gran problema llega cuando estos adolescentes se encuentran con que ya han llevado a cabo ese paso, están siendo sexualmente activos, pero no encuentran los recursos en sus escuelas u hogares para tomar decisiones educadas dado que la información que reciben es únicamente enfocada en la abstinencia.

Este fue el caso de Ana Rivera, estudiante de la Universidad de Texas en Austin y miembro de Advocates for Youth, quien durante su adolescencia encontró poca dirección en su escuela con relación a este tema, causándole confusión y desasosiego. "En mi experiencia personal asistiendo a una escuela pública, y tratar de acercarme a mis maestros y consejeros para hablar sobre educación sexual, ellos se quedaban callados o miraban alrededor. Recuerdo en una ocasión, cuando estaba en la escuela intermedia que un amigo tenía un condón y me lo dio. Yo no sabía lo que era, y entonces uno de los maestros vio que teníamos un condón y nos metimos en problemas. Ellos se sentaron conmigo y yo comencé a llorar. Me preguntaron qué me pasaba, qué estaba mal, por qué tenía un preservativo… en lugar de aprovechar la oportunidad para educarme. Y ese es un ejemplo de lo importante que es tener una educación sexual integral, para que podamos aprender a una edad temprana cómo protegernos a nosotros mismos".

Ya que estos jóvenes no cuentan con ese sistema de apoyo para entablar conversaciones sobre estos temas, la organización busca líderes dentro de la misma comunidad y universidades alrededor del país, para proveerles esas herramientas ayudándolos a través de otros chicos como ellos, a tomar decisiones correctas y estudiadas. Sobre esto Ana comenta: "Al contar con una educación sexual integral, la juventud tendrá el poder para elevar su voz y convertirse en ciudadanos comprometidos con sus comunidades… Estarán conscientes de lo que está sucediendo creando conciencia y tomando acción".

Por su parte, Abril Flores, estudiante de Texas y miembro activo también de la organización, pasó personalmente por la misma situación que la llevó a un embarazo a temprana edad. “Soy madre soltera, tuve una hija, [cuando era] considerado como embarazo adolescente… He luchado contra muchos obstáculos y barreras y el estigma que me pone la gente es terrible… Yo quiero que las personas estén conscientes e informadas para que puedan tomar decisiones responsables; si les provees la información, los haces responsables (de sus acciones)".

Por otro lado, ambas entienden además que la cultura latina puede llegar a ser en momentos una muy censurada, llena de tabúes, en ocasiones causados por el gran respeto a la iglesia y dogmas religiosos. Con relación a ésto, Ana expresó: “Mi papá era pastor... Fue difícil para mí al principio cuando me hice muy activa en la enseñanza de la educación sexual (a otros jóvenes), yo quería decirles a mis padres, pero tenía miedo, porque pensé que no me iban a apoyar... Pero luego, lentamente, empecé a ver el cambio, comenzamos a tener conversaciones sanas sobre sexualidad. Puede ser difícil si tienes una familia cristiana muy conservadora, pero en mi caso se probó que funciona".

Ambas jóvenes coinciden además en que esta problemática puede arreglarse, y está en las manos tanto de los jóvenes como de los padres. La educación es la clave para ser exitosos. La educación nos dará el poder de crear un cambio en nuestras comunidades y ser el cambio que quieres ver en el mundo… El rol de los padres es muy importante porque en ellos está el proporcionar un ambiente seguro para sus hijos e hijas, para que no tengan que sentir miedo de hacer preguntas".

Asimismo, Abril asegura que "lo más importante es encender un movimiento al hablar sobre ellos, hay que romper esa barrera con los padres y sus hijos adolescentes, es necesario sentarse y tener una conversación honesta y abierta, y sobre la educación sexual, no omitir información, no negarle la información a los jóvenes al usar tácticas de miedo o de culpabilidad".

Para concluir, Abril comenta: "Hay una necesidad de educación a nivel nacional, queremos inspirar y motivar a la juventud, para que ellos puedan ser motivación a otros, en un intento por hacer un cambio". Mientras, Ana explica que, “especialmente dentro de la comunidad latina, el tener una educación sexual integral en las escuelas públicas no sólo facultará a los jóvenes, sino que también los motivará a seguir una educación superior, en lugar de terminar sólo la escuela secundaria, y serán una gran influencia para sus hermanos y hermanas, y cuando eso suceda, las comunidades latinas serán educadas y las enfermedades de transmisión sexual, embarazos adolescentes se reducirán... la educación es la clave".

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