¿Es tu hija adolescente víctima de violencia en sus "citas"?

¿Es tu hija adolescente víctima de violencia en sus "citas"?

Una de cada tres adolescentes tiene una amiga o conoce a alguien que ha sido abofeteada, golpeada, sofocada o agredida físicamente por el joven con quien sale. Una de cada cuatro adolescentes en relaciones románticas ha sido obligada a tener relaciones sexuales. Una de cada 4 (26%) ha sufrido abuso verbal. El 80% de las que son abusadas físicamente en sus relaciones íntimas siguen saliendo con el abusador.

La violencia entre adolescentes en relaciones de citas es alarmante, de acuerdo con estadísticas publicadas por varios sitios cibernéticos (por ejemplo, teensagainstabuse.org) y tiene una característica particular: cualquiera adolescente está en riesgo; la más apoyada por su familia y con los mejores padres, la más inteligente y la que menos podría tener el perfil de víctima de abuso. El único factor común es la ignorancia y la ilusión de sentirse admirada e importante para alguien, necesidades típicas de la adolescencia.

La tecnología propicia otras modalidades de abuso contra las adolescentes. Una de cada 3 víctimas (30%) recibe mensajes de texto de 10, 20, 30 veces por hora del joven con quien salen, preguntando dónde están, qué hacen y con quién están. El 71% es víctima de rumores que el amigo difunde en los medios sociales y el 69% es víctima de las fotos privadas que el amigo comparte por su celular. Una de cada 4 de estas jóvenes se comunica por celular o texto a cada hora entre las 12 de la noche y las 5 de la mañana.

La situación empeora porque el 73% de las adolescentes en este tipo de relaciones abusivas le contarían a una amiga, pero el 33% se quedarían calladas. Menos del 25% discuten el problema con sus padres y eso propicia la continuidad de una relación de riesgo de vida para la adolescente. La adolescencia es la etapa de afirmación de identidad y la joven, en su afán de independencia, insiste en enajenar a sus padres de su vida privada. Es la etapa de oírles decir frases como: “No te metas”, “No es asunto (o no es problema) tuyo”. Para nada aceptan que hacia a donde ellas van, ya los padres han “ido y venido” varias veces. Presumen de saberlo todo.

Peor es que los padres se dejan enajenar y no observan el comportamiento de los amigos de sus hijas. Incluso deciden no intervenir, aún cuando las hijas son menores de edad. Se nos recita mucho la doctrina de “dejar ir a los hijos”, pero la adolescencia no es el momento para eso, especialmente cuando las hijas están tan expuestas a la violencia en la etapa de citas.

¿Cómo una adolescente con la ilusión ciega de tener un enamorado identifica a un abusador y qué le impide admitir que lo es?

  • Es celoso y posesivo, la aleja de sus amigos y de su familia, la busca constantemente, mira las llamadas de su celular y los mensajes de su correo electrónico. La llama o textea muchas veces de día y de noche para saber donde está, con quién y qué hace y qué va a hacer. Ella interpreta que la ama tanto que no puede vivir sin ella y se siente halagada e importante.
  • Le da órdenes, pretende tomar decisiones por ella incluso relacionadas con la familia, y no toma en cuenta sus opiniones. Ya que el abusador es un buen manipulador, es posible que ella no perciba su juego.
  • Menosprecia y se burla de la conducta de ella y sus comentarios, especialmente delante de sus amigos. Alardea de que ella es nadie sin él. Su estrategia es ir reduciendo la autoestima de ella. Ella toma a broma esa conducta y a la larga se lo cree.
  • Tiene un temperamento explosivo y amenazante. En esta etapa, ella se va dando cuenta de lo que él es, pero empieza a operar el miedo. Ella empieza a preocuparse por las reacciones que él va a tener sobre lo ella diga o haga, y pierde libertad hasta de pensamiento.
  • Tiene un historial de jactarse de maltratar a otros, pelear o perder los estribos fácilmente. Este es un alerta. Si ella lo ve a tiempo, es suficiente para no aceptar ni la primera invitación a salir.
  • La agarra, la empuja o le pega, primero “accidentalmente”.
  • Le pone presión, la obliga o la amenaza para tener sexo.
  • Va demasiado en serio en la relación, rápidamente. Ella piensa que eso es amor y seriedad.
  • Abusa de alcohol o drogas y la presiona para que las consuma.
  • Tiene un historial de relaciones fracasadas y culpa a las otras personas por todos los problemas. Apela al complejo de rescatadoras que tienen muchas mujeres en su adolescencia. Le hace creer que ella es distinta y que por eso la relación va a ser diferente.
  • La hace sentir culpable y la hace creer que ella provoca los actos de abuso.

¿Cómo notas si tu hija está siendo víctima de violencia de parte del joven con quien sale? Por favor, no te ciegues con que ella es buena, ustedes son buenos padres, y eso en tu familia no va a pasar. Observa bien si ella...

  • No quiere hablar de lo que le ocurre
  • Tiene señales físicas de golpes
  • Está deprimida
  • Baja sus notas en la escuela
  • Exhibe cambios en su estilo personal y en su conducta
  • Se le hace muy difícil tomar decisiones
  • Tiene demasiado en cuenta al amigo aún en decisiones relacionadas con las actividades familiares o su vida académica
  • Abandona sus actividades escolares usuales
  • Tiene cambios de ánimo o momentos explosivos
  • Se aísla de las amistades o de la familia
  • Recibe demasiados textos o llamadas de su amigo, especialmente en horas de dormir
  • Luce demasiado preocupada porque, según ella, provocó ira en su amigo
  • Pierde el apetito, luce nerviosa y ansiosa o le dan frecuentes dolores de cabeza
  • Se siente insegura y ha perdido confianza en sí misma

Identificar a un abusador en la etapa de citas no es fácil para las adolescentes. Pero es importante darse cuenta pronto porque es más sencillo y menos amenazante romper la relación en sus comienzos. Cuando tu hija empiece a salir con alguien, aunque el joven no te guste, asegúrate de que vaya a tu casa para que lo observes bien. El controlador es fácil de identificar para el que no está enamorado. Si tú, como padre o madre, observas a un abusador en potencia, orienta a tu hija a tiempo y ponte de acuerdo con amistades a quien ella escuche. Necesitas intervenir activamente, aunque tu hija te diga que no es asunto tuyo.

Dejar de salir con un abusador es riesgoso y requiere un plan de seguridad. Si el joven asiste a la misma escuela, avisa a las autoridades escolares por escrito. Vigila de cerca los pasos de tu hija. Asegúrate de que ella no ande sola, ni escriba su itinerario en las redes sociales. Si el individuo insiste en perseguir, avisa a las autoridades policiales.

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