Giuseppe Lanzone: Remero poderoso del equipo estadounidense (PERFIL)

PERFIL OLIMPICO: Giuseppe Lanzone, remero latino poderoso

El destino de Giuseppe Lanzone, miembro del equipo olímpico de remo estaba marcado por el agua. Su niñez la vivió rodeado de mar, en una península en La Punta, Perú. Su padre remaba, su madre y tíos participaban en competencias mundiales de veleros y él surfeaba y esquiaba.

“Mi familia siempre ha diso naútica”, dijo el atleta, que en estos momentos se prepara para ir a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 que comenzarán a finales de julio. Lanzone es parte del equipo de ocho remeros que intentarán llevarse la medalla de oro en su categoría.

Esta disciplina se disputará en el área de Eton Dorney, ubicada a unas 25 millas al oeste de la capital inglesa. En total 550 deportistas –353 hombres y 197 mujeres– pelearán por el primer lugar en las 14 competencias con medalla que hay en esta categoría.

Por ahora, la vida de Lanzone, de ascedencia italiana, pero nacido en Perú –y desde los 15 años residente en Estados Unidos– transcurre con cierta calma. Tanto él como sus compañeros de equipo están concentrados en una casa en Orinda, al norte de California. Ahí vive su entrenador, y ahí practicará el cuadro hasta que parta para Londres.

Lanzone pasa los días comiendo, durmiendo y entrenando. Tiene que mantener su físico lo más óptimo posible para recorrer lo más rápido posible los dos kilómetros que abarca el recorrido de la competencia.

En esta disciplina, los remeros se sientan mirando a la popa del barco, de espaldas a la dirección del movimiento. Es el único deporte cuyos atletas cruzan la meta de espaldas.

Las aspiraciones de Lanzone, de 29 años, sin embargo, no estaban en el remo, y mucho menos en las olimpiadas.

“Se fue dando poco a poco”, explicó el atleta vía telefónica desde Orinda.

Cuando estaba en la Universidad de Washington, de la que es graduado de la licenciatura de comunicaciones, practicaba el fútbol americano. Pero sus seis pies y cuatro pulgadas (casi dos metros) de altura no podían pasar inadvertidos. Cuando un entrenador de remo lo vio le sugirió entrar al equipo de la escuela. Lanzone lo hizo y desde 2006 es parte del equipo nacional. Las de Londres serán las segundas olimpiadas en las que participará. Hace cuatro años estuvo en el mismo equipo en Beijin.

El atleta tiene la fisionomía perfecta para esta disciplina; su gran altura y sus 215 libras de peso son lo necesario para dar el ángulo ideal y las remadas lo más grandes posible. Ocupa el número cinco en la fila, que junto con el tercero, cuarto y sexto de los integrantes del equipo son los que marcan el ritmo de la remada.

Cuando terminen las olimpiadas, Lanzone piensa regresar a Annandale, Virginia, donde vive su familia. Quiere algún día ser entrenador de remo. Por lo pronto, para la primavera próxima tiene planes de boda con su novia, que vive en Washington.

Frase: Nunca soñé en ser campeón olímpico de remeros; siempre fui paso a paso hasta que llegué el equipo de la selección nacional

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