VOCES DE MÉXICO
Este 1 de julio México celebrará una de las elecciones presidenciales más observadas y controvertidas de su historia. Tras el conflicto poselectoral de 2006, cuando Felipe Calderón fue electo Presidente de la República por un margen de 0.56% sobre su contrincante más cercano, Andrés Manuel López Obrador, la sociedad mexicana pondrá una vez más a prueba su sistema democrático en un momento en el que el país se sacude ante la violencia y la lucha contra el narcotráfico.
La serie Voces de México ofrecerá en siete entregas un vistazo a la situación en la que México vive la contienda electoral a través de las voces de su gente: de sus jóvenes y ancianos, de hombres y mujeres, de académicos y trabajadores, de la gente que a diario va construyendo la realidad de este país.
Voces de México, un recorrido por estados y temas del país vecino, es una creación de la periodista Eileen Truax y el videógrafo Diego Sedano, que conforman Malaespina Producciones, en exclusiva para HuffPost Voces.
Eran las 11:45 de la noche del viernes 29 de junio cuando en los bares y restaurantes de México se lanzaba la advertencia: en quince minutos se dejará de vender alcohol a los clientes porque a la media noche empieza la ley seca debido a la jornada electoral.
No estoy segura de que en otros países se realice una cosa similar en tiempo de elecciones, pero en México ocurre el fin de semana correspondiente al domingo de comicios presidenciales para evitar que las diferencias de preferencia electoral entre amigos, conocidos o parroquianos de algún establecimiento, terminen en trifulca debido al exceso de alcohol. Y aunque en general las personas están en desacuerdo con esta disposición que trata a los ciudadanos como menores de edad, esta es una buena evidencia del encono y la pasión con la que se espera la jornada de este 1 de julio.
Instituto Federal Electoral México
La tarea principal de los ciudadanos será acudir a votar y asegurarse de que su voto sea contado. Para ello, algunos se encargarán de ser observadores en su casilla, de manera que supervisen que no se alteren o “pierdan” los votos al momento de ser contados o trasladados a la sede del Instituto Federal Electoral (IFE). Otros se dedicarán a “cazar mapaches”, esto es, a identificar a individuos que a través de la compra, la coerción o el chantaje consiguen que otros ciudadanos voten a favor del candidato que se les solicita. Algunos más fungirán como funcionarios de casilla y de esta manera cumplirán con la tarea de coordinar la votación de sus vecinos. Mile participarán en la campaña ciudadana “Foto x casilla”, en la cual se pide a los ciudadanos tomar una foto del acta final tras el conteo en su casilla, y luego cotejarla con los listados que publicará el IFE tras anunciar al ganador.
Por la noche los votos empezarán a llegar a su destino y a través del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) el IFE dará a conocer las tendencias. Cercana la media noche es posible que haya un ganador, pero también que se dé un escenario como el de 2006, en el cual las cifras sean tan cerradas, que la autoridad no se atreva a levantar la mano a ninguno.
“Todo México tiene muy marcada en la memoria la elección del 2006 y el conflicto después entre Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Felipe Calderón”, me dice el periodista Daniel Hernández con genuina preocupación cuando le pregunto sobre el asunto. Se queda callado unos segundos recordando el famoso 0.56% que dio la victoria a Calderón y sopesa el asunto. “Esa es la razón por la que mucha gente está indecisa, pensando que López Obrador se va a lanzar en contra de los resultados. Las encuestas dicen que Enrique Peña Nieto va 10 puntos delante de López Obrador, pero AMLO tiene su propia encuesta y dice que va arriba, y Josefina dice que le faltan seis y que sí los consigue. Es lo bonito y lo temeroso del proceso democrático porque nunca se sabe qué va a pasar”.
Jorge Zepeda Patterson me dijo hace unos días que él no ve venir un conflicto postelectoral. La razón, dice, es que el 2006 el país resistió el medio punto porcentual de distancia entre Calderón y AMLO a pesar de que había la percepción de que el segundo iba a ganar. “Con todos los problemas que haya habido durante algunas semanas, que tampoco fueron mayores, eso fue un triunfo de las instituciones electorales del país. Yo no vaticino que se repetible un conflicto postelectoral significativo, porque no creo haya una competencia tan reñida como en el 2006, y porque no hay esta sensación de que el que iba a ganar no ganó”.
Esta, sin embargo, no es una impresión compartida por el ciudadano de a pie. Para Antonio Perezbello, propietario de un restaurante en Morelos, si pierde AMLO “va a haber escandalera” porque “ha enamorado a mucha gente, así que podemos esperar la efervescencia sobre Reforma, como ya ocurrió antes… Pero si gana Peña… ¡ay, dios mío!”, dice con gesto desesperado. “La caballada está muy flaca”.
En los días recientes he conversado con decenas de personas y al final de nuestras charlas les pedí que eligieran una palabra que definiera el proceso electoral de este 2012. Hubo quien me dijo futuro, excelente, inédito, alegría, libertad y oportunidad, pero también quien me dijo deprimente, farsa, imposición, ignorancia, confusión, desastre y desesperanza. Porque hoy, 1 de julio, todo puede pasar.
“Para mí el escenario deseable es que todos creamos en las instituciones que nos han costado muchos años de esfuerzo y participación”, me dijo cuando nos despedíamos el empresario Enrique Mejía. “No hay alguien que no piense que tenemos riesgos graves porque tenemos una violencia tremenda, porque todos dudamos que los recursos que llegan a las campañas sean totalmente limpios; pero confiemos en las instituciones para que entreguen buenas cuentas el 2 de julio”.