Elecciones México: Llegó el momento del IFE, el árbitro electoral

Llegó el momento del IFE, el árbitro electoral

Con el fantasma del 2006 a cuestas, el Instituto Federal Electoral (IFE) se alista para llevar a cabo el proceso por el cual 79,000,000 de electores mexicanos elegirán al hombre o a la mujer que conduzca al país durante los próximos seis años (2012-2018).

La ley electoral mexicana contempla tres días de veda electoral antes del la contienda para que los ciudadanos reflexionen su voto, por ello las campañas de los candidatos, los spots, las encuestas y las marchas y manifestaciones quedan prohibidas a partir de este miércoles 27 de junio. Los reflectores giran entonces hacia el árbitro electoral: el IFE, que este 1 de julio enfrentará el momento más excepcional de su historia.

Porque además de conducir la elección de un nuevo Presidente y un nuevo Congreso, tiene el enorme reto de recuperar la credibilidad para sí, lesionada durante el proceso electoral de 2006, básicamente por errores en el manejo de información.

Durante contienda de 2006, el IFE no dio un ganador la noche de la elección, lo que permitió que ambos contendientes, Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón, se declararan ganadores. Aunado a eso, informó a destiempo de la existencia de alrededor de 11,000 actas con inconsistencias, que contenían 2,500,000 de votos. Ello en un país acostumbrado a los fraudes electorales, contribuyó a la conformación de un conflicto post electoral que duró varios meses. Una encuesta de 2011 señaló que un 49% de la población mexicana cree que en el año 2006 sí existió un fraude electoral.

De hecho, el Instituto tiene su origen justamente en el conflicto electoral de 1988, cuando se suscitó la famosa “caída del sistema”. La izquierda mexicana asegura que al verse perdido, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) -en el poder desde 1929- tiró el sistema electrónico para meterle votos ficticios y con ello lograr la victoria de Carlos Salinas de Gortari -Algo que nunca se demostró pero quedó inscrito en la memoria del país-. La crisis de credibilidad obligó el cierre de la Comisión Federal Electoral -dependiente de la Secretaría de Gobernación y por consiguiente del Presidente en turno- y dio paso a la creación del Instituto Federal Electoral, en 1990. Y fue hasta 1996 cuando éste alcanzó su independencia del Poder Ejecutivo.

Instituto Federal Electoral México

Encabezado por un cuerpo colegiado de nueve consejeros, en el año 2000 el IFE condujo satisfactoriamente la alternancia en el poder. El PRI dejó el Gobierno tras 71 años y el Instituto se convirtió en una de las instituciones más reconocidas dentro y fuera del país. A la fecha, éste goza de gran prestigio en el extranjero. Ha sido llamado en 64 ocasiones para prestar
, 17 de ellos en América, 10 en África y cinco en Asia. Su última aportación fue a las autoridades electorales de Egipto para su reciente elección, tras la caída del presidente Hosni Mubarak. Desde sus orígenes, el IFE fue diseñado para cerrarle el paso a las trampas. Entre otras medidas cuenta con un Registro Nacional de Electores, una credencial para votar única infalsificable, listas nominales en las casillas hechas de papelería especial, boletas foliadas, tinta indeleble para evitar que un ciudadano vote dos veces. Los encargados de vigilar las casillas son los propios ciudadanos, que no reciben pago, electos mediante un proceso de insaculación que cruzó su mes de nacimiento y la primera letra de su apellido. Se trata de una de las instituciones más caras de México. Para este año
de 15 mil 953.9 millones de pesos (alrededor de 1139 millones de dólares) de los cuales 5 mil 953 millones fueron destinados al financiamiento de los partidos y 4 mil 133 millones al proceso electoral. De ahí que se diga que México cuenta con una de las democracias más caras del mundo. Sin embargo, en casa, no todos los mexicanos están convencidos de que las próximas elecciones se conduzca con pulcritud. “La desconfianza forma parte del DNA de los mexicanos en materia electoral, dada la historia de la cual venimos, pero no podemos magnificar la especulación”, afirma el consejero electoral Lorenzo Córdova. Un fraude electoral en México parece imposible si se toman en cuenta los enormes candados de seguridad con que cuenta el IFE para dar certeza a la elección; los miles de observadores que estarán presentes en las 145,000 casillas instaladas. El IFE informó que los partidos políticos registraron a 2,000,000 de observadores para estar presentes en el 99% de las casillas. López Obrador y su movimiento Morena, tiene acreditados a por lo menos 450,000 defensores del voto. Y el movimiento #YoSoy132 registró a 2,000 observadores. Además, en esta ocasión, el IFE tendrá una novedad histórica en el mundo: se podrán ver en línea el 100% de las actas en imágenes digitalizadas en alta resolución para que todos los ciudadanos puedan verlas y, de ser el caso, denunciar las anomalías o inconsistencias. Contra los hackers, el instituto se ha reforzado con servidores espejo, y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) -otra institución de enorme prestigio en el país- practicó auditorías al PREP y al software de éste. En este contexto parece irracional que un candidato, Andrés Manuel López Obrador, haya pedido al IFE evitar el uso de los teléfonos celulares en las casillas. Tanto que el periódico nacional Milenio lo llevó a su portada el 20 de junio pasado: “AMLO ahora ve fraude…vía teléfonos celulares”. Pero no es un disparate. Araceli García tiene 20 años, vive en la ciudad de Puebla. Los priístas le ofrecen $500 pesos (36 dólares) por su voto. Primero debe inscribirse en una lista y el día de la elección debe llevar la foto con la que compruebe que votó por Enrique Peña Nieto en la boleta. Para la periodista Denise Maerker hay dos momentos de la elección. Antes y después del 1 de julio, y es antes cuando se realiza la coacción del voto. La responsabilidad que recae en la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), dependiente de la PGR y no precisamente en el IFE, el cual, dice, le corresponde la elección y la certeza de ésta. La realidad es que en México la entrega de dádivas como despensas y materiales de construcción en época electoral es una práctica común, que se ha venido sofisticado. El Partido Verde entregó a sus simpatizantes tarjetas de descuento en farmacias para el periodo de inter campañas. Y el Partido Acción Nacional (PAN) denunció este martes ante el IFE una nueva modalidad de financiamiento ilegal por parte del PRI; presuntamente a través de monederos electrónicos de la
, por donde, creen, se pagará la movilización electoral.
El ex consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal, Eduardo Huchim, señala en su artículo Fraude que calla su nombre, que hay herencias que nunca se han ido y las principales son la compra y la coacción del voto. Y si bien es difícil detectarlo y acreditarlo, recaen en la responsabilidad del IFE y del Tribunal Electoral a la hora de fiscalizar los gastos de campaña, convirtiéndose éste en el mayor reto para ambas autoridades. Para el abogado del PRI, Raúl Cervantes, la
no es ilegal, siempre y cuando no sea a cambio del voto. En Oaxaca, el distrito electoral detectó dos boletas originales duplicadas y 35 boletas faltantes. El presidente del IFE, Leonardo Valdés, reconoció el error y se lo adjudicó a los Talleres Gráficos de México, encargados de la elaboración de las boletas. El consejero Alfredo Figueroa, presidente de la Comisión de Capacitación y Organización Electoral, calificó de previsible el incidente, ya que para eso se envían las boletas a los distritos, para detectar y corregir errores. Durante su capacitación como funcionaria de casilla en un barrio popular de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, Maleny César, de 20 años, preguntó qué debía hacer si descubría a alguien comprando votos. La respuesta fue clara: Tendría que agarrar al presunto, buscar una patrulla, llevarlo ante la autoridad y denunciarlo, todo con sus propios recursos, así que lo mejor para ella es que se concrete a contar los votos.
Entonces, ¿es posible un fraude electoral o no?
El
, afirma que “pueden producirse irregularidades en una casilla o en un conjunto de casillas. Pero un fraude maquinado centralmente es imposible”. Por su parte, el consejero del IFE, Lorenzo Córdova menciona que la mejor manera para alejar los fantasmas del fraude es generar las condiciones para que el voto sea secreto. “Difundir la información de la mejor manera posible y transparentar todo oportunamente”. Para el día de la elección,
una vez que se cierren las casillas. El Programa Preliminar de Resultados Electorales (PREP); un censo que recoge los resultados de todas las casillas en el país, que para las 2 de la mañana del lunes 2 de julio tendrá el 90% de los resultados. Y el
; un ejercicio estadístico que realiza el IFE desde hace 18 años para pronosticar tendencias en los resultados a través de una muestra representativa (7,500 casillas seleccionadas al azar) con información tomada de las actas. Además utiliza tres métodos distintos de estimación. Con este resultado, el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita saldrá el próximo domingo a las 23:45 horas a anunciar al posible ganador.

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