Voces de México: #Yosoy132, la voz que despertó a México (VIDEO)

#Yosoy132, la voz que despertó a México (VIDEO)

VOCES DE MÉXICO

Este 1 de julio México celebrará una de las elecciones presidenciales más observadas y controvertidas de su historia. Tras el conflicto poselectoral de 2006, cuando Felipe Calderón fue electo Presidente de la República por un margen de 0.56% sobre su contrincante más cercano, Andrés Manuel López Obrador, la sociedad mexicana pondrá una vez más a prueba su sistema democrático en un momento en el que el país se sacude ante la violencia y la lucha contra el narcotráfico.

La serie Voces de México ofrecerá en siete entregas un vistazo a la situación en la que México vive la contienda electoral a través de las voces de su gente: de sus jóvenes y ancianos, de hombres y mujeres, de académicos y trabajadores, de la gente que a diario va construyendo la realidad de este país.

Voces de México, un recorrido por estados y temas del país vecino, es una creación de la periodista Eileen Truax y el videógrafo Diego Sedano, que conforman Malaespina Producciones, en exclusiva para HuffPost Voces.

Ana Laura Arenas apenas puede con la emoción. Contagiando un entusiasmo de niña, camina con sus cuarenta y pico años a cuestas entre oleadas de adolescentes y veinteañeros gritones. La sonrisa la delata: se siente parte de algo, se rodea de desconocidos y todos le sonríen igual. Comparten la ilusión, la rabia, las ganas de cambiar a México. Y si no de cambiarlo, por lo menos de no volver atrás.

Dejando de lado los formalismos urbanos, Ana Laura me aborda directamente para preguntarme cuánta gente calculo que asistió a la marcha de este domingo, convocada por el movimiento #Yosoy132 para manifestarse en contra de Enrique Peña Nieto. Según la mayoría de las encuestas Peña Nieto, candidato a la presidencia de México por el PRI, el Partido Revolucionario Institucional que gobernó a este país por 71 años, va diez puntos arriba de Andrés Manuel López Obrador, el contendiente por los partidos de izquierda. Josefina Vázquez Mota, la aspirante por el gobernante Partido Acción Nacional, ocupa el tercer lugar de las preferencias.

“Son como cincuenta mil”, me dice un poco más tarde el productor de televisión Epigmenio Ibarra, quien ha documentado desde el inicio el surgimiento de #Yosoy132. Las imágenes grabadas con cámaras de teléfono celular que dieron a conocer los estudiantes de la Universidad Iberoamericana a través de las redes sociales, en las cuales se ve cómo expulsan a Peña Nieto de su escuela por lo que consideran un discurso mentiroso y por representar lo peor de los gobiernos del PRI, ahora han sido sustituidas por videos bien iluminados y editados gracias al apoyo del grupo de Ibarra. “¿Cómo la ves?”, pregunta moviéndose entre una multitud de chicos que avanzan por Paseo de la Reforma, la avenida principal de la Ciudad de México. “¿No te parece poderoso?”.

#Yosoy132, la voz que despertó a México

Por supuesto que es poderoso. Estos chicos entre los 15 y los 25 años, estudiantes de preparatoria y universidad, han sacado del pasmo a una sociedad que daba por cierto el discurso de las grandes televisoras en el sentido de que Peña Nieto tenía la presidencia asegurada; televisoras a las cuales en repetidas ocasiones se ha acusado de estar coludidas con los grupos de poder. Pero quienes apostaron a la televisión, no contaban con Twitter, con Facebook, con YouTube, con el paquete de datos de los teléfonos celulares con los que ahora cuentan estos chicos y que les permiten subir imágenes a internet y distribuirlas de manera viral en cuestión de minutos.

Cuando Peña Nieto quiso vender un discurso de alternativa política en la Ibero, los jóvenes lo cuestionaron por la represión ocurrida en el Estado de México cuando él era gobernador. El candidato intentó salir por una puerta trasera de la universidad, pero cientos de camaritas lo grabaron mientras se escuchaban los gritos de “¡Fuera, fuera!” de los universitarios. Al día siguiente, las portadas de algunos diarios decían que la presentación de Peña había sido un éxito en la Ibero y los miembros de su equipo aseguraban que quienes le habían gritado no eran estudiantes. Entonces 131 jóvenes usaron la cámara de su computadora para grabarse a sí mismos sosteniendo su credencial de estudiante y subieron el video a YouTube. Y cuando el video se dio a conocer en Twitter, los usuarios de esta red se solidarizaron y crearon el hashtag #YoSoy132. El movimiento que despertó a México había nacido.

Para Daniel Hernández, periodista y cronista de tribus urbanas en la ciudad de México, la sorpresa fue que este movimiento surgiera en una universidad privada, de población de ingresos de medio altos a altos, y que ahí haya brotado lo que él describe como un rechazo “fuerte, genuino, orgánico”, al PRI y a lo que a los ojos de los estudiantes representa su candidato.

“Surgió el entusiasmo entre los jóvenes de las universidades tanto públicas como privadas, pero ahora ya no son nada más los estudiantes. Vemos a gente que vio los años sesenta, los setenta, a migrantes, a familias enteras, muchos campesinos, mucha gente de clase obrera, manifestando este rechazo”, comenta Daniel un poco emocionado en su apartamento del Centro Histórico. Por las ventanas se cuela el ruido ensordecedor de bocinas de autos atascados allá abajo. La marcha está a punto de empezar y las calles están cerradas. A lo lejos crece el murmullo de los contingentes organizados. “No puedes quitar el poder que tienen las imágenes de tanta gente marchando contra el regreso del PRI”, remata.

Me llama la atención que en esta marcha hay escasas consignas a favor de los otros candidatos. Algunos simpatizan con López Obrador, pero no logro ver a nadie que apoye a Vázquez Mota. La marcha es estrictamente anti Peña, algo que no recuerdo haber visto en algún otro país: en pleno proceso electoral, una sociedad manifestándose no contra quien está en el poder, sino contra quien aspira a tenerlo.

A pesar de las anécdotas dolorosas que mencionan los contingentes durante la marcha –la violación de mujeres durante la represión en el pueblo de Atenco, Estado de México, cuando Peña era gobernador; la crisis de 1994, provocada por el entonces presidente Carlos Salinas, uno de los padrinos políticos de Peña; la represión estudiantil de 1968 a manos de gobernantes priístas-, en general el ánimo es festivo. Los grupos parecen competir por lanzar la consigna más ocurrente o más original. “Estudiar, aprender, para Peña nunca ser”, dicen refiriéndose a la escasa cultura general mostrada por el candidato. “Queremos escuelas, no telenovelas”, sueltan más adelante, en alusión a la esposa del priísta, la actriz de telenovelas Angélica Rivera, conocida como “Gaviota”. Otros recurren simplemente a uno de los insultos nacionales favoritos. “Enrique, tu espejo te dice ‘eres pendejo’”.

Es fácil descubrir emociones desbordadas por doquier. Un hombre que en un grito desgarrado dice estar feliz al marchar con los jóvenes me cuenta que él vivió el baño de sangre en Tlatelolco en 1968, cuando centenares de jóvenes fueron asesinados por una protesta como esta. Una anciana que lleva una Virgen de Guadalupe en el pecho y una caricatura de Salinas y Peña colgada a la espalda. Una familia que se ha sumado al movimiento a invitación de su hijo universitario. La madre del joven me aparta a un lado y me dice en confidencia que ella es maestra en el Estado de México y que ha visto cómo gastan el dinero para comprar los votos. Me cuenta también, con un poco de vergüenza, que cuando Peña buscaba ser gobernador obligaron a los maestros a tocar puertas de casa en casa para invitar a votar por él. “Yo no quería, pero necesito mi trabajo”, me dijo en busca de comprensión.

“Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha estudiantil por América Latina”, se oye en un megáfono allá adelante. Ana Laura se ha quedado rezagada de la marcha junto a sus hijas más chicas; las dos mayores van al frente. Entonces emocionada me cuenta que el otro día un taxista le dijo: “Usted que anda en las marchas dígale a los jóvenes que no se dejen, que defiendan su lucha”.

“Y yo le contesté: Perdóneme señor, pero yo no tengo nada que decirle a estos muchachos. De ellos estamos aprendiendo todos.”

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