Elecciones México: 'Guerra sucia' enturbia las campañas y genera encono

Elecciones México: 'Guerra sucia' en las campañas

El acalorado debate entre madre e hija sobre qué candidato presidencial era mejor, en 2006, se vio interrumpido cuando la mamá de Karla Hernández salió corriendo al baño a derramar la bilis; no concebía cómo su hija pensaba votar por la izquierda (PRD, PT y Convergencia) y su candidato Andrés Manuel López Obrador; y ella no entendía por qué su mamá continuaba favoreciendo al partido oficialista (PAN), que tenía en tan malas condiciones al país.

Las elecciones de 2006 dejaron muy abatidos a los mexicanos. Amigos y familiares se pelearon, socios rompieron negocios, novios se separaron. Al ministerio público llegaron varios ciudadanos que se liaron a golpes por diferencias políticas, exacerbadas por más de seis meses de spots negativos en radio y televisión, y por correos electrónicos –aún no llegaban las redes sociales– que exaltaban de forma discriminatoria las diferencias económicas, políticas y culturales de los mexicanos.

Los candidatos presidenciales recurrieron como nunca a las campañas negativas y a los mensajes de odio y encono para ganar adeptos, no por sus propuestas y atributos, sino por arruinar la imagen del otro. Denostar al contendiente por características personales, por hechos no comprobables e infringir miedo al electorado tuvo su punto cumbre con la expresión "López Obrador es un peligro para México", confeccionada por el Partido Acción Nacional (PAN) y su candidato Felipe Calderón, electo presidente por una diferencia de 0.56% de los votos, aproximadamente 250 mil sufragios. López Obrador alegó las irregularidades en la contienda y desconoció la elección, iniciándose así un conflicto post electoral, visible en el plantón de Reforma, una de las vialidades más importantes de la Ciudad de México.

"Es 2006, el PAN y el PRD, concretamente Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador, se decidieron a romper y hacer añicos la liga emocional entre esos electorados, se odiaron como nunca, y esos dos individuos se encargaron de polarizar los ánimos del país de una manera muy severa, lo cual podría hoy ser la explicación de por qué Peña Nieto surge como un candidato distanciado de esa polarización", explicó el analista político Ricardo Raphael en un programa de televisión.

Videos de la 'guerra sucia':

Elecciones México: Encono campañas

Ambos políticos nunca se sentaron ni llamaron a la reconciliación de sus simpatizantes. Fue hasta seis años después, en el marco de la nueva elección presidencial, en la que López Obrador repite como candidato de las izquierdas, que ambos fueron cuestionados al respecto. Este último declaró que ya perdonó a Calderón. "Le agradezco tan generoso gesto de perdonavidas", le respondió irónico Calderón.

Para las elecciones de 2012, Enrique Peña Nieto –diputado local, secretario de Finanzas y gobernador del Estado de México– llegó a la disputa con dos dígitos de diferencia a su favor en las encuestas y una nueva ley electoral (2007) que, entre otras cosas, prohibió la compra de espacios y tiempo aire a particulares, para evitar que actores ajenos a la contienda influyeran, como sucedió en 2006 con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE); prohibió la emisión de spots difamatorios, que denigren a las instituciones o a los candidatos; aceptó el recuento de voto por voto para una elección cerrada, de menos de un punto porcentual; bajó los topes de gastos de campaña y redujo el tiempo de éstas, de seis a tres meses.

Sin embargo, las campañas negativas y la llamada "Guerra Sucia" regresaron a México y a unos días de la elección del 1 de julio se intensifican. Vienen reeditadas, renovadas, camufladas o inventadas por los partidos políticos y sus candidatos, aun cuando se pensó no habría espacio para éstas ya que la sociedad mexicana está muy lastimada por la llamada Guerra contra el crimen organizado y los 50 mil mexicanos muertos en este sexenio.

En público, los candidatos sostienen un discurso de propuestas y reconciliación, pero sus partidos y equipos de campaña se han enfrascado en una guerra de spots en los que reviven la elección del 2006 y exaltan mensajes que ponen en duda la honorabilidad, honestidad y capacidad del contrincante. El PAN es el partido más activo en la producción de estos mensajes de "contraste", como les llaman ellos, en su intento por bajar al puntero, Enrique Peña Nieto, y evitar que López Obrador siga subiendo en las encuestas.

En entrevista con HuffPost Voces, el periodista Mario Campos, analista del discurso de odio, señala que no toda campaña negativa y de contraste es "guerra sucia": "Ésta comienza cuando entramos al campo de la ilegalidad, cuando se graban conversaciones privadas y se hacen públicas; cuando se toma el fragmento de un discurso, se saca de contexto y se presentan dando a entender un sentido contrario al que tenía el discurso original".

En el spot denominado "Algunas personas nunca cambian", el PAN editó las palabras de López Obrador para hacerlo decir "La vía armada, una posibilidad para lograr la transformación", cuando en el discurso original llamaba a luchar por la vía pacífica y electoral. El spot fue impugnado y suspendido por la autoridad electoral, por exceder los límites de la libertad de expresión. Sin embargo, los simpatizantes del candidato de izquierda encolerizaron porque, en su opinión, el Instituto Federal Electoral (IFE) se tardó en suspenderlo y los medios masivos en bajarlo.

"El IFE no puede por ley ejercer la censura previa, lo cual me parece adecuado porque si no significaría concederles a los consejeros electorales la facultad de determinar qué pueden y qué no pueden ver los votantes. La ley lo que establece es que deben transmitirse los spots y si alguna parte de siente agraviada, puede presentar el recurso para que éste sea retirado", explica Campos.

Tras recibir la impugnación, la Comisión de Quejas y Denuncias del IFE sesiona. Si determina bajar un spot da aviso a los concesionarios y permisionarios, que deben suspenderlo a más tardar 24 horas después de ser notificados. Hasta ahora el IFE ha suspendido al PAN el spot "Lo que divide a México", por imputar un delito no comprobado al ex gobernador priísta Humberto Moreira, el spot "Algunas personas nunca cambian", y el spot "Tú me conoces" en el que el que afirmaba “en el PRI de Peña no caben los corruptos porque ya está lleno”. Al PRI le bajó el spot del llamado “Charolazo”, una grabación filtrada a la prensa en la que un asesor uruguayo pide a empresarios seis millones de dólares para ganar la elección, presuntamente a nombre de López Obrador. Y también ordenó a una radiodifusora suspender la publicidad del libro "Las Mujeres de Peña Nieto".

No obstante, en estos momentos los tres candidatos tienen al aire spots negativos. "Suelen llamar campaña de contraste a la propia y campaña sucia a la del contrario", ejemplifica el entrevistado.

El pasado 12 de junio un grupo de personas dio de manotazos a la camioneta y grito improperios al candidato del PRI-PVEM, situación que algunos medios adjudicaron a López Obrador y al movimiento estudiantil #Yo Soy 132, declarado abiertamente anti Peña Nieto. No fue un hecho aislado.

Vinieron más eventos de violencia. Simpatizantes priístas y del movimiento se enfrentaron a golpes durante el pasado partido de la Selección Mexicana de Fútbol. Un video capturó el momento en que priístas golpearon en el Metro a obradoristas. Y el pasado 11 de junio un candidato del PRI al alcalde, en Chiapas, asesinó a un brigadista del PAN.

"Pero no hay manera de demostrar un vínculo causal entre la propaganda y la violencia cuando ésta se expresa en lo físico", explica el especialista. "En el caso del ex candidato del PRI, no podríamos decir que eso tiene que ver ni con el discurso de las campañas ni los spots; y tampoco hay evidencia que diga que la agresión que sufrió Peña Nieto en su vehículo sea atribuida a un grupo político en particular. Cualquier afirmación sin la evidencia es irresponsable". Y advierte: "Si los actores políticos empiezan a señalar a culpables sin tener las pruebas, contribuyen más a la polarización".

Y es muy posible que el nivel de los mensajes negativos crezca en los próximos días. "Pero la confrontación tampoco tiene por qué sorprendernos, porque las campañas son conflictos políticos, son los periodos en los que se deben enfatizar las diferencias entre los proyectos políticos. Simplemente que se canalizan con reglas que todos reconocemos como validas. Lo importante es que al día siguiente de la votación todos reconozcamos que aunque existan diferencias, no somos enemigos, ni se busca la eliminación del que piensa diferente".

Para muchos mexicanos, hablar de política se volvió un tema muy sensible. Karla Hernández no piensa votar en esta elección y prefiere evitar el tema con su madre.

Una de las lecciones que dejó el 2006 a México, señala Campos, es que no sólo los actores políticos deben ser responsables de su comunicación, también los medios de comunicación y los ciudadanos. "Dependerá de nosotros, de la madurez que tengamos como sociedad, aprender a no convertir en personal diferencias de opinión, que no se generen agravios que tengamos que seguir pagando más allá del 1 de julio", concluye.

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