Krystal Díaz cumple sueño de ir a la universidad con programa de becas

La universidad: Un sueño posible para Krystal Díaz y familias hispanas

A Krystal Díaz la vida le cambió por completo hace cuatro años. Hoy, con 17 años, esta hija de inmigrantes acaba de graduarse de la escuela secundaria, y en el otoño empezará la universidad. Es la primera en su familia en acceder a la educación superior.

“El tiempo ha pasado muy rápido. Ahora mismo no tengo definido qué carrera seguir; es que tengo tantos proyectos. En todo caso, me inclino por el arte, lo social y humano. Me gustan las comunicaciones”, dijo rebosante Díaz al HuffPost Voces.

Díaz es una de unos 5,000 estudiantes que desde 1986 han logrado graduarse de la secundaria y seguir una carrera universitaria gracias a Student Sponsor Partners (SSP), una organización con sede en Nueva York que se financia con fondos privados y que ofrece apoyo financiero, asesoría y becas a estudiantes de familias pobres, particularmente inmigrantes.

“Mis padres y yo estamos inmensamente agradecidos. Sin el apoyo de SSP quizá no hubiese logrado esta meta. Ahora voy a ir a la universidad y me parece un sueño hecho realidad”, prosigue narrando su historia Díaz, que se graduó esta semana.

“Los estudiantes de SSP están en riesgo de varias maneras. Por lo general, provienen de hogares monoparentales, que están en la media o por debajo de los estudiantes promedio y el ingreso familiar es de aproximadamente 10,000 dólares [al año] per cápita”, explicó al HuffPost Voces la doctora Margaret Minson, directora ejecutiva de SSP.

Minson dijo que el criterio que emplea la organización para seleccionar a las familias y ayudar a sus hijos en la educación es, “buscando o identificando a los estudiantes que si no fuera por SSP pueden caer en la deserción escolar”.

La familia Díaz emigró de República Dominicana y se estableció en el Bronx. Krystal sólo hablaba español, y cuando entró a la Escuela Pública 83 en Morris Park experimentó grandes dificultades de adaptación a una nueva cultura e idiomas nuevos. Sus calificaciones bajaron y se sentía aislada.

Según narra Díaz, a los profesores parecía no preocuparles demasiado si aprobaba o no, con tal de que ella y sus compañeros salieran del salón de clases al final del año. Fue entonces cuando su madre se enteró a través de amigos de la organización Student Sponsor Partners.

Díaz hizo solicitud y fue admitida en el programa en la Saint Raymond Academy for Girls, una escuela católica del Bronx. Ella aceptó rápidamente, sabiendo que con una madre desempleada y un padre que luchaba por ganarse la vida trabajando en una gasolinera, una escuela privada habría sido impensable para su familia.

“Ellos cubrieron los costos de la educación secundaria de Krystal y además tuvo a Maggie Howell como mentora. Diría yo su “madrina”, porque ha sido quien la ha guíado en sus estudios, le ha ayudado a crecer como persona, y lo mejor: quien hizo el proceso para el ingreso a la universidad”, expresó Beatriz Santiago, madre de la estudiante.

El cambio de Krystal Díaz como estudiante fue total. De las bajas calificaciones pasó a tener un promedio de A y B y en septiembre dará el siguiente paso en el Manhattan College, donde estudiará con una beca y un fondo adicional con el que la escuela la premió por tener récord de asistencia.

“Mi hija podía estar enferma y aun así nunca quiso faltar a clases. Es muy aplicada y responsable; si sigue así va a lograr todas las metas que se proponga”, afirma Santiago, quien reconoce el rol determinante que tuvo Maggie, la mentora de su hija, en la excelencia alcanzada por Díaz.

Santiago dijo que para la familia es un sueño logrado: “El triunfo de ella, es el triunfo de todos en la familia. Soy la madre más orgullosa del mundo”.

“Me imagino un futuro brillante para Krystal. Muchos son los desafíos por delante, pero la actitud positiva que tiene ella ante la adversidad le servirá de mucho. Krystal tiene la dedicación y ética de trabajo necesarias para ser una estudiante de éxito en la universidad”, expresó de su parte Howell.

La historia de Díaz se refleja en miles de estudiantes de las familias más desfavorecidas, cuyas vidas han sido transformadas por SSP. Desde su fundación, SSP ha proporcionado a los estudiantes provenientes de familias que viven por debajo del nivel de pobreza, preparación en escuelas privadas y católicas de Nueva York y luego cuatro años de educación universitaria.

El programa de asistencia educativa de SSP reúne a estudiantes con mentores, generalmente ejecutivos de compañías financieras que dan fondos al programa. Por ejemplo, Maggie Howell, la mentora de Díaz, trabaja para la firma Morgan Stanley.

“Tengo mucha energía, siempre estoy activa. Me gustaría viajar, me fascina el francés, quiero aprenderlo”, responde Díaz sobre sus planes a mediano y largo plazo.

“Otra de las cosas que tengo que hacer es ir a un país pobre y hacer trabajo comunitario. Ayudar a la gente. Siento que debo retribuir con algo la ayuda que a mí me dieron cuando más lo necesitaba”, afirma Díaz.

Actualmente, unos 1,400 estudiantes en Nueva York están enrolados en el programa de SSP. En la generación más reciente hubo 333 graduados de secundaria. Ellos tuvieron una tasa de aceptación a la universidad de 97 por ciento y ganaron más de 27 millones de dólares en becas y ayuda financiera; también acapararon más de 53 premios de la Sociedad Nacional de Honores.

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