¿Qué es SAP y cómo salvar a tus hijos?

Síndrome de Alienación Parental: Cómo salvar a tus hijos

Tal vez tu ex pareja y padre de tus hijos se merece todo lo negativo que digas de él, que puede ser muy cierto, pero no se lo repitas a tus hijos. Les haces daño a corto y a largo plazo. Millones de padres y madres divorciados acostumbran hablar mal continuamente sobre el ex cónyuge a los hijos mutuos. A cualquier edad, dos, diez, quince años, el hijo se ve obligado a escuchar a uno de los padres desacreditar al otro sin piedad, y se siente atrapado entre dos amores por quienes siente lealtad. Esto ocurre en cualquier etapa de los problemas conyugales, pero se acentúa más cuando hay luchas por custodias y divorcios contenciosos.

Los niños sufren. Cuando son muy pequeños, sufren mucho porque no entienden lo que pasa, se creen culpables, aman a mami y papi y se traumatizan seriamente. Crecen inseguros y se convierten en futuras familias esperando fracasar. Cuando son mayores, su trauma se traduce en desórdenes de conducta y problemas escolares, entre otros. La mayoría de las veces es uno de los ex cónyuges quien más desacredita al otro, con una carga emocional negativa que crea dudas en el niño y una confusión que él no puede resolver. Cuando esta conducta no se detiene a tiempo para ayudar al niño inocente, y el desacreditado es el padre no custodio, se aísla al hijo de una relación que posiblemente necesita. Si el desacreditado es el padre custodio, se impide al niño y a ese padre las probabilidades de vivir en un hogar balanceado y feliz.

Una de las peores consecuencias es que el niño desarrolla una conducta de odio contra el padre desacreditado, aunque él mismo no la pueda explicar ni distingue la realidad de lo que dice. Eso es lo que llamó el psiquiatra Richard Wagner “Síndrome de Alienación Parental” (SAP) en la década de los '80. La Asociación Americana de Psicología no ha aceptado el término como diagnóstico, a pesar de que en algunos tribunales se refieren al SAP, y en varios países de América Latina como Chile, se acepta y se usa en casos de custodia. Gardner usó el término inicialmente para inculpar a las madres que alegadamente ponían a los hijos en contra del padre. Sin embargo, algunos estudios revelan que son más los padres varones que desacreditan a la madre custodio y causan a sus hijos este síndrome, que viceversa. Si estás divorciada y uno de tus hijos tiene rebeldía contra ti, tal vez reconozcas algunos síntomas.

¿Qué hace el niño que sufre de Síndrome de Alienación (Enajenación) Parental?

  • El hijo llega a pensar que hay algo de cierto en lo que le han dicho sobre su padre o madre.
  • Se comporta como si estuviera enajenado del padre o madre; como si no lo quisiera o si aquel no existiera emocionalmente.
  • Insulta y menosprecia constantemente a su padre o madre (con frecuencia el custodio), diciéndole adjetivos degradantes
  • Hace racionalizaciones absurdas de los eventos que ocurren
  • Aparenta ser un pensador independiente y reflexivo, pero sus apreciaciones no tienen fundamento real
  • Es cruel y no siente culpa alguna por la forma en que trata al padre o madre
  • Hace recuentos de escenarios prestados (por ejemplo, cambia sucesos de los sitios donde ocurrieron)
  • Expresa animosidad hacia la familia extendida de ese padre o madre

De acuerdo con la cantidad de síntomas que el niño exhiba, se dice que su condición es leve, moderada o severa. En cualquiera de los casos, basta una de esas conductas para entender el daño que pueden hacer a sus hijos los padres divorciados. Esta situación tiene dos lados:

¿Cómo salvas a tu hijo de esta conducta cuando no tienes control de lo que el otro diga de ti?

  • Sé constante en tu amor y tu conducta. Ver el ejemplo tiene mayor impacto que lo que el niño pueda escuchar.
  • Facilita la comunicación con tu hijo para que te cuente sus dudas, sus miedos y lo que le ocurra, y tengas la oportunidad de disipar sus dudas.
  • No le hables mal tú de tu ex cónyuge. No le crees conflictos de lealtad. Permítele conocer a su padre o madre por sí mismo. Los niños son inocentes, pero no tontos. Son muy perceptivos y se van dando cuenta de quién es quién.
  • Mantente pendiente de las interacciones de la otra parte con tu hijo, y los comentarios de tu hijo. Si es muy pequeño, observa sus inquietudes y ansiedades.
  • Si notas cambios en su conducta, con tu familia o contigo, intenta conversar con la otra parte. Si te lo niega e insiste en sus acciones, considera manejar la frecuencia de las visitas paterno-filiales y su dinámica.
  • Lleva a tu hijo a evaluar por un profesional de la conducta especialista en niños.
  • Maneja la ira que te cause cualquier campaña de descrédito. Tus objetivos tienen que ser la salud mental de tu hijo, tu mejor relación con él y una vida feliz y balanceada en tu hogar.

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