Madre hispana llora la muerte de su hijo Manuel Vásquez en la guerra de Afganistán

Madre llora a su hijo muerto en Afganistán

LOS ÁNGELES, California. “Ni siquiera había pensando que el lunes sería Memorial Day”, dice entre lágrimas de desconsuelo Violet Castro, cuyo hijo Manuel J. Vásquez murió recientemente en la guerra de Afganistán. “Me di cuenta hasta que vi un anuncio en la televisión”.

Castro, de 51 años de edad y residente de Broderick, California -363 millas al norte de Los Ángeles- accede a hablar con HuffPost Voces sobre la tragedia que la embarga.

“Seguramente iré con mis otros hijos, Marcus, Priscilla y Robert a Sacramento [la capital del estado]", dice. “Habrá un memorial en una pared donde han inscrito los nombres de los soldados caídos”.

Manuel J. Vásquez Castro murió la mañana del 24 de abril en la provincia afgana de Paktika. Tenía 22 años de edad. Fue abatido a tiros en una caseta de vigilancia. Las circunstancias de su deceso no han sido reveladas por el Departamento de Estado.

Ese mismo día su madre recibía la fatal noticia. Dos oficiales del ejército se apostaron en la puerta de su casa.

Manuel J. Vásquez murió en Afganistán

“No quería escucharlos…ya sabía a lo que venían…estaba conmocionada…no quería que estuvieran allí”, recuerda la afligida madre. “Por 20 minutos no dejé de llorar y gritaba 'Dios mío, Dios mío, ¿por qué?'”.

Los militares sólo cumplían con el protocolo cuando un soldado muere. Pedían hablar con Castro. Ella se encontraba en total estado de negación ante la noticia que recibiría.

“Les cerré la puerta…no los quería ver…volvieron a tocar y mi hija Priscilla los dejó entrar a la sala”, rememora Castro consternada. Ella se encontraba de pie en la cocina, mientras un capellán del ejército comenzó a leer el escrito preparado para informar de la muerte de Manuel.

“Yo solamente pensaba en la tristeza de haber perdido a mi hijo”, dijo Castro.

Era la segunda pérdida de un hijo para ella. Su hijo mayor, Robert Castro, fue asesinado a tiros; tenía 16 años.

“Mi hijo mayor y el más pequeño se han ido de este mundo”, relató. “Ellos se han reencontrado en el cielo y le pido a Dios que cuide a mis dos ángeles…Yo sé que ellos están orando por mí y por sus hermanos”.

Luego que Manuel se graduó en la preparatoria Mira Loma, en la ciudad de Citrus Heights, se enroló en el ejército.

Desde pequeño quería ser parte de la milicia. Al principio no fue respaldado, sino hasta que fuera adulto y cumpliera los 18 años.

“Él quería ir al colegio y graduarse de bombero”, comentó la madre. “Sabía que con la ayuda económica del ejercito podría seguir sus planes y fue así que lo apoyé, al igual que su padre [Raymond J. Vásquez II]… él buscaba opciones de crecer en la vida”.

Cumplidos y aprobados los fuertes entrenamientos en Georgia, Manuel fue asignado al Segundo Batallón, 28 Regimiento de Infantería, y enviado a Grafenwoehr, Alemania. Fue requerido para participar en Operación libertad duradera (Operation Enduring Freedom) en Afganistán.

Cuando Manuel visitaba a sus abuelos Joyce y Bill Costa en Newcastle, se deleitaba conduciendo un tractor para cortar el césped en un terreno de dos hectáreas.

Teniendo en cuenta la inteligencia del nieto, la abuela recordó que los miembros de la familia se sorprendieron cuando fue enviado a Alemania el pasado verano para su formación de militar en el manejo de tanques de guerra. “Pero él parecía encantado con sus experiencias en el ejército”, detalló Joyce.

La última vez que Manuel disfrutó del calor familiar fue en noviembre de 2011. Celebraron el Día de Acción de Gracias días antes de su partida a Afganistán. Se suponía que volvería con los suyos en julio de este año.

Pero en lugar de eso, sus padres debieron viajar el 27 de abril a la Base Aérea Dover, en Delaware, para acudir a la ceremonia fúnebre y recibir los restos mortales de su hijo.

Tan solo en Afganistán la cifra de muertes de soldados se ha establecido en 1,980 desde que Estados Unidos comenzó en 2001 la llamada Operación libertad duradera.

El 30 de abril el gobernador Jerry Brown ordenó que las banderas del estado ondearan a media asta. Su esposa, Anne Gust Brown, lloró junto a Violet Castro. Ambas se conocían desde la preparatoria.

“Me siento honrada porque honraron a mi hijo, pero con tristeza también me doy cuenta de que nosotros por seguir nuestra rutina diaria nos olvidamos que la guerra sigue”, dijo Castro. “Mi hijo dio su vida por nuestra libertad y yo me pregunto si en verdad la valoramos”.

Mientras, en casa, Castro se aferra al recuerdo de su hijo y a los últimos mensajes de texto que le mandó. “Dear mom, hold me back in your prayers. I love you. I'll see you soon”. (Querida mamá, tenme presente en tus oraciones. Te amo. Pronto nos veremos).

“El orgullo que sintieron la familia y los amigos de Manuel cuando sirvió a nuestro país es admirable”, dijo monseñor Edward J. Kavanaugh, quien ofició la misa de cuerpo presente en una iglesia de Sacramento. “Su valentía no se puede medir. Era un joven leal, respetuoso, muy inteligente y con un gran corazón; siempre le tendía la mano a quien necesitara de su ayuda”.

Inteligente, bromista y llamado “El rey de la barbacoa” por sus excelentes cualidades para cocinar, Manuel sigue presente en el recuerdo de su madre.

“Oh Dios, lo voy a extrañar mucho”, dijo Castro. “Por eso no había pensado cómo honrarlo en Memorial Day…mi dolor está muy reciente y las cicatrices de mi alma no cerrarán jamás”.

Before You Go

Popular in the Community

Close

What's Hot