Las redes sociales, como Facebook, se han convertido en herramientas de expresión proveyendo una plataforma de comunicación directa a sus usuarios. Desde intercambiar mensajes entre individuos, promocionar algún producto o evento, o protestar por una causa, hasta más recientemente servir como herramienta para educar y disciplinar a los niños con 'castigos cibernéticos'.
Hace unos días, mientras ReShonda Tate Billingsle, escritora y madre de una adolescente de 12 años, navegaba por la Internet, sorpresivamente se topó con fotos de su hija sosteniendo alcohol, que fueron publicadas por la menor a través de su cuenta de Instagram, un programa de fotografía en línea. Como una forma de represalia por sus acciones, tildadas de inapropiadas por su progenitora, ésta decidió recurrir al mismo medio para penalizar a la joven.
En su cuenta personal de Facebook, Tate Billingsley subió una fotografía que mostraba parte del rostro compungido de su hija, sosteniendo un cartel en el que se leía, “Ya que quiero publicar fotos mías sosteniendo licor, obviamente no estoy lista para los medios sociales y me tomaré una pausa hasta que aprenda qué debo y qué no debo publicar. Adiós”.
A través de una carta abierta enviada a My Brown Baby, la mujer explicó, “Mi hija de hecho me suplicó que mejor le pegara, algo que ella hubiese superado muy rápidamente, sin entender la seriedad de sus acciones. Ahora, si ella alguna vez regresa a los medios sociales, pensará mucho mejor antes de hacer algo alocado”.
Un incidente parecido que llamó la atención de los medios de comunicación nacional e internacionalmente, se reportó hace unos meses cuando, Tommy Jordan, un padre de Carolina del Norte, se grabó a sí mismo disparando en repetidas ocasiones a la computadora portátil de su hija. El video fue luego publicado en YouTube y Facebook con el propósito de darle una lección a la joven, quien había hecho uso de esta misma plataforma para quejarse en contra de él y su esposa.
De igual manera, el mes pasado, Denise Abbott, una madre de Ohio, recurrió al mismo método para castigar a su hija de 13 años, luego de que en más de una ocasión, la pequeña publicara “cosas irrespetuosas” en Facebook, e hiciera caso omiso a sus advertencias. La madre utilizó una foto de la niña, a la que le añadió una ‘X’ en la boca y un texto que decía, “No sé cómo mantener mi boca cerrada. Ya no tengo permiso para utilizar Facebook o mi teléfono celular. Por favor, pregunta por qué”.
Y aun cuando en cada uno de estos casos los padres han justificado sus acciones, alegando que es la mejor manera para que sus hijos entiendan la magnitud de la afrenta cometida, en entrevista con 'Today', la doctora Janet Taylor, experta en crianza, opinó que el pagar mal por mal sólo se envía un mensaje erróneo y contradictorio al menor. “Así como no queremos que nuestros niños avergüencen a otros niños, como padres no queremos avergonzar a nuestros hijos”, aseguró.
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