El perro y Roberto fueron safe en tercera

Bateador y su perro llegaron 'safe' a tercera

La soledad del guajirote cubano lo convirtió en muy amigo de su compañero, Yellow Dog.

CORAL GABLES, Florida (VIP-WIRE) - En un juego de pelota pueden ocurrir los hechos menos esperados, jamás supuestos. ¡Imagínate si estarían de acuerdo o no con eso los 1,522 espectadores de aquel juego de domingo en una calurosa tarde, durante el mes de julio de 1941, en Charlotte, Carolina del Norte!.

Con el equipo local, los Avispones de la Piedmont League, jugaba un gigantón cubano llamado Roberto Ortiz, de 26 años, un lanzador muy descontrolado, a quien por eso, y por buen bate, habían convertido en outfielder, era tan alto como de seis pies cuatro pulgadas, y pesaba 200 libras de puros músculos. Lo llamaban “El Guajirote”.

Era Roberto el único de habla hispana en el equipo y uno de los pocos en la Liga. Además en Charlotte no había de media docena de personas que conocieran nuestro idioma. Por eso el cubanote, quien conocía del inglés solo algunas palabras de las usadas en los juegos, se sentía muy solo.

Así que cierta mañana le pareció afortunado que un triste perrito callejero, de asquerosa pelambre amarillenta y con una pata lesionada, sangrante, lo siguiera cojeando cuando iba a desayunar en una cafetería. Se sintió acompañado, y por eso, con su pañuelo le cubrió la extremidad enferma y se llevó al animal a comer con él.

Lo que hizo inmediatamente después fue llevarlo al veterinario, pedir autorización en la casa donde vivía en una habitación alquilada, para que su perro conviviera con la familia, y seguir las instrucciones del médico hasta que Yellow Dog, que así bautizó a su amigo, se convirtió en el animalito más saludable, juguetón y amistoso de la ciudad.

Todos en el equipo se encariñaron con Yellow Dog de tal manera, que Roberto lo llevaba a los juegos, lo enseñaron a permenecer en el dugout durante las prácticas y a irse bajo las tribunas tan pronto como cantaban play ball. Y allí permenecía durante toda la acción, a excepción de cuando el público gritaba y aplaudía, porque entonces, sin que nadie se lo hubiera enseñado, entraba al terreno aparentemente feliz, se erguía sobre las patas traseras durante unos segundos, viendo hacia los fanáticos, y regresaba a su lugar.

El perrito también se iba de viaje con los Avispones, y en el autobús, se comportaba como un pelotero más.

Aquella tarde de 1941, el equipo de Richmond, que visitaba Charlotte, llegó al noveno inning ganado 3-2. Y los dos primeros bateadores de los Avispones en la segunda entrada de ese Capítulo, fueron outs, por lo que estaban a un out de la derrota. El bateador siguiente recibió la base por bolas, por lo que significaba la carrera del empate, y Ortiz al bate.

En cuenta de 0-2, conectó línea hacia el lado opuesto, a la esquina del rightfield, por lo que pasó por primera base, rumbo a la segunda, mientras el otro corredor llegaba a home para igualar la pizarra.

Cuando Yellow Dog oyó el escándalo de voces y aplausos, salió como siempre al campo, pero en vez de cumplir con su ceremonia sobre las patas traseras, lo que hizo fue seguir a Roberto, quien ya cruzaba hacia segunda. El resto del recorrido lo hicieron juntos, uno al lado del otro. Roberto se lazó en slide para alcanzar la almohadilla de tercera, y Yellow Dog también. El umpire que se ocupaba del asunto sentenció safe dos veces.

Poco después, Ortiz anotó la carrera de la victoria, pero él solo, porque al perro ya lo habían sacado del campo.

Al día siguiente, el diario “Charlotte News” en el sitio del box-score donde aparecen los pinch runners, publicó...: “Yellow Dog corrió, no por Ortiz, sino junto con él en el noveno, y ambos fueron safe en tercera.

A Roberto y a su perro los subieron a Grandes Ligas el seis de septiembre de ese mismo año ´41. El primer juego del cubano (sin Yellow Dog) con los Senadores fue esa misma tarde.

En sus siete temporadas de bigleaguer Roberto no fue regular, participó solo en 213 juegos entre 1941 y 1950, excepto 1945, 1946, 1947 y 1948, porque se hizo inelegible al irse a México contratado por Jorge Pasquel. Con los Senadores (seis años) y los Atléticos (uno), bateó para 255, ocho jonrones y 78 carreras impulsadas.

En México, con Diablos Rojos del México, Tecolotes de Nuevo Laredo y Leones de Yucatán, bateó para 317, 106 cuadrangulares, 418 remolcadas y 48 bases robadas.

Durante su segunda época en México, con Tecolotes y Leones, regresó a sus abandonadas labores de lanzador, aún cuando también jugaba en el outfield. Dejó record de 16-6, en 43 apariciones, 32 como abridor, efectividad de 3.19.

Además, en su época de inelegible también jugaba en Maracaibo, Venezuela, con el Gavilanes.

Roberto (El Guajirote) Ortiz murió en Miami el 15 de septiembre de 1971, a los 56 años de edad, víctima de dolencias cardíacas.

Yellow Dog, quien también viajó por México y por Venezuela, murió en Washington, en 1949, por problemas respiratorios.

Before You Go

Popular in the Community

Close

What's Hot