Análisis: Republicanos cortejan a los latinos, pero ¿con qué posiciones?

Análisis: para seducir a los latinos, los republicanos necesitan posiciones claras

Bajo la creencia de que para ganarle a Barack Obama en las elecciones presidenciales de noviembre Mitt Romney necesita, a fuerza, el apoyo de un importante sector de los votantes latinos (cualquier cosa que se acerque al 34 por ciento que recibio John McCain en 2008 es una derrota; cualquier cosa alrededor del 41% que apoyó a George W. Bush en 2004 es una victoria), los republicanos siguieron intensificando esta semana su proselitismo dentro de la comunidad latina. Parecen impulsados por una simple ecuación: Romney, como dijo FoxNews, “podrá derrotar a Obama si corteja a los hispanos”.

Permítanme, para aclarar, un breve agregado: Romney podría ganarle a Obama si corteja a los hispanos, y si es que los hispanos se permiten sucumbir a sus encantos.

Pero el trabajo necesario para lograrlo es arduo. Una reciente encuesta de NBC/WSJ indica que, todavía el 69 por ciento de los latinos siguen prefiriendo a Obama contra el 22 por ciento que favorece a Romney.

Si es cierto que los republicanos creen que para ganar la presidencia deben conquistar el corazón de los latinos, tienen buenas razones para estar preocupados.

Sin embargo, siguen intentándolo. En enero, crearon la oficina de Director de Alcance a Hispanos (Director of Hispanic Outreach) y nombraron, para encabezarla, a Bettina Inclán.

Y la semana pasada, Inclán presentó a la prensa seis nuevos directores estatales para su oficina.

Asimismo y como parte del mismo esfuerzo, esta semana el senador republicano de Arizona y excandidato presidencial John McCain dijo en entrevista con Juan Williams que el tema de la inmigración es lo que separa a los latinos de Mitt Romney y que, en realidad, Romney “ha dicho que está a favor de la reforma migratoria”.

“Ahora bien”, agregó Mc Cain, “como siempre, los detalles son la diferencia”.

Tiene razón, Senador. Por lo que se sabía la solución de Romney era la "autodeportación" de los 11 a 15 millones de indocumentados. Como quien dice, la paz de los cementerios como solución a las guerras.

McCain comprende que incluso si los temas de empleos y educación son los más importantes para los latinos, el de la inmigración es lo que los diferencia de los votantes no latinos.

Es decir: la inmigración es lo que define al electorado hispano.

Un ejemplo adicional de la incrementada actividad republicana en los temas latinos es la presentación renovada que hizo el senador de Florida Marco Rubio de su versión del DREAM Act, la propuesta de ley que alguna vez fue bipartidista y hoy es solamente demócrata y que de ser aprobada permitiría que muchos estudiantes y soldados indocumentados legalicen su estado migratorio.

Ahora bien: Rubio no está presentando oficialmente su moción de ley a comité del Congreso ni ha anunciado cuándo lo hará. Simplemente vuelve a hablar del tema, para mostrar a los latinos que alguien, dentro del GOP - Good Old Party, sobrenombre del partido Republicano - siente simpatía por el drama que viven los inmigrantes. Y para mostrar que los republicanos tienen al menos una iniciativa legislativa al respecto, y que viene de Rubio, de quien se ha hablado en el pasado como posible candidato a la vicepresidencia.

Después de todo, la única pieza legislativa atribuida a Rubio data del 11 de julio pasado, cuando propuso la resolución por aclamación número 236, que señaló al mes de septiembre como “el Mes de la toma de conciencia de las heridas causadas a la columna vertebral”. Así que de cualquier forma no le vendría mal.

De modo que, esta semana, Rubio siguió cosechando los frutos de una propuesta de ley que ni siquiera ha plantado. Poco debería sorprender entonces que el líder de la mayoría demócrata en el senado Harry Reid le haya pedido que “se deje de hablar sobre esa ley y haga algo al respecto” de una buena vez.

Ah, y hay un pequeño problema adicional: Mitt Romney no apoya la idea de Rubio. O bien, según la misma Inclán, todavía no ha decidido hacerlo.

De hecho, en su propio sitio de internet, precisamente Mittromney.com, el candidato critica a Obama no por haber deportado a demasiados inmigrantes, sino que por no haber deportado a suficientes: “...en lugar de adoptar una postura fuerte en el tema de la inmigración ilegal, él [Obama] ha ordenado a sus funcionarios migratorios aplicar la ley de manera ‘selectiva’, lo que llevó a que muchos casos de deportación sean abandonados”.

Veamos pues, que sucederá este miércoles, cuando Romney y Rubio se presenten conjuntamente en Washington en una reunión de la Coalición Latina, un grupo nacional de pequeños negocios hispanos.

A pesar de todo, estos esfuerzos de los republicanos para comunicarse con los latinos, importante pieza de su estrategia para impedir la reelección de Obama, llega en un momento oportuno. Esta semana, la oficina del censo anunció que por primera vez “las minorías étnicas y raciales constituyen más de la mitad de los niños que nacen en Estados Unidos”.

Y aunque el ritmo de crecimiento de la población hispana decreció ya que son menos los inmigrantes que cruzan la frontera, esto es importante. Esto quiere decir que el reloj sigue marcando las horas y que los republicanos deben reconocerlo como un hecho. O bien oponerse al mismo a su manera.

¿Qué pueden hacer? Algunos, como la misma Inclán el martes pasado, atacan a Obama desde la izquierda, acusándolo de haber aumentado las deportaciones y de no haber llevado a la aprobación de una reforma migratoria. Pero el mismo Romney, como ya vimos, hubiese deportado incluso a más... aunque dijo eso antes de que Newt Gingrich y Rick Santorum, saliesen de la contienda republicana y le dejaran el camino libre para seducir a los centristas e independientes.

Entonces, hoy, ¿cuál es la posición republicana respecto a la inmigración?

Ataques como el de Inclán no parecen en este momento hacerle mella a Obama. Pero la insistencia dentro del partido republicano en finalmente desarrollar posturas que sean de algún modo aceptables para los latinos podrían indicar que la influencia de la extrema derecha, tan poderosa durante las primeras etapas se sigue reduciendo. Con ello, podría ser que vayan disminuyendo las voces más radicales dentro del partido, retornando a donde estaban antes, a los extremos de esta agrupación (recuérdese el “chiste” de Herman Cain sobre una barda electrificada como la mejor manera de detener a los “ilegales”).

Parecería entonces probable que sin la necesidad de energizar a las tropas de choque republicanas que existía durante los primeros meses de las elecciones internas, y con la ya urgencia de convencer a los votantes independientes, el tono de los republicanos en el tema migratorio y los latinos se convierta en más moderado, civilizado y que se renueve el diálogo.

Un momento. Intervalo.

Aparece en escena la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos.

Para fines de junio el más alto tribunal de la nación anunciará su decisión sobre la legalidad constitucional de la SB 1070, la muy controversial ley de Arizona contra la inmigración ilegal.

De una lectura del debate completo sobre la constitucionalidad de la SB 1070,
da la impresión de que la mayoría conservadora en la Corte la apoya. Los expertos piensan lo mismo. Y el mismo McCain lo predice: “Creo que está claro, de los arugmentos presentados por los miembros de la Suprema Corte, que esa ley será apoyada”, le dijo a Williams.

Ahora bien: una decisión como ésta podría causar que muchos latinos – indignados – se registren para poder votar y que lo hagan por Obama. De esa manera los hispanos se olvidarían de sus promesas incumplidas de reforma migratoria y de sus números récord de deportaciones.

¿Y Obama? Esta semana, el Presidente siguió enriqueciendo sus arcas electorales en una reunión con miembros de las comunidades LGBT y latina, que pagaron al menos 5.000 dólares para estar ahí.

Quizás Obama haya permitido que los republicanos lideren la búsqueda de vías para atraer al voto latino.

Pero éstos todavía carecen de una posición oficial en lo que McCain llamó “uno de los temas más importantes de la campaña presidencial de 2012”.

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