Mujeres en el narco: Tan violentas como los hombres

También las mujeres pueden ser narcas

En la serie de televisión La reina del sur, su protagonista, Kate del Castillo, demostró de lo que son capaces las mujeres que se dedican al narcotráfico.

Que si la historia original, novela homónima del autor español Arturo Pérez-Reverte, fue distorsionada o no, es otro tema.

Lo cierto que cada vez más –aunque quizá sin tanto glamour, como fue el caso de Kate– con más frecuencia los noticieros dan cuenta de la detención de mujeres mafiosas que no solo se dedicaban al negocio del narco, sino que ostentaban puestos de poder, hasta hace algunos años casi exclusivos de los hombres.

Las narcas, como se les conoce, no solo se han distinguido por la dureza con la que dirigen sus clanes, sino porque usan sobrenombres tan o más distintivos que los de sus contrapartes. El apelativo más célebre es quizá con el que se conoce a La Reina del Pacífico, Sandra Ávila Beltrán, quien fue detenida en 2007 y acusada de posesión de armas y lavado de dinero. Actualmente está en una prisión mexicana esperando su extradición a Estados Unidos.

Sin embargo, hay más nombres no menos peculiares con los que se conoce a otras mujeres narcas, entre ellos la Pantera, la Canti, la Wera. Todas ellas han sido noticia cuando la Procuraduría General de la República, organismo que en México lucha contra el crimen organizado, dio a conocer de su existencia y sus actividades.

Imágenes de narcos en México:

Narcotráfico en México

La Ma Baker, por ejemplo, creó el Cartel Neza, llamado así porque estaba asentado en un barrio popular de la capital mexicana. En sus años de esplendor, esta organización llegó a vender 10,000 dosis de cocaína a la semana, según datos de la PGR.

Enedina Arellano Félix, por su parte, asumió uno de los cárteles mexicanos más poderosos del mundo, el de Tijuana, cuando su hermano Benjamín fue detenido. Ahora, al parecer dejó el puesto a su sobrino, pero según la procuraduría de ese país mantiene su posición de consejera cercana del nuevo cabecilla.

La edad no ha sido un obstáculo de algunas mujeres para involucrarse con las bandas de narcos. Hace un par de años se dio a conocer que en Jalisco, al occidente de México, se detuvo a una menor de 13 años luego de un enfrentamiento entre policías federales y estatales. Entre los detenidos había dos hombres y la menor, quien al parecer era parte de la organización criminal los Zetas.

“Nos damos cuenta que cada vez están reclutando más mujeres menores y también tenemos detenidos más menores, desde Veracruz, de Zacatecas y siguen apareciendo menores”, dijo al diario mexicano El Universal Francisco Alejandro Solorio Aréchiga, director general de Seguridad Pública de Jalisco.

Meses antes, los medios reportaron la captura de una joven de 16 años en Veracruz, al sur de México, que era adiestrada por los Zetas para ser sicaria.

En septiembre del año pasado se anunció la detención de Verónica Mireya Moreno Carreón, “La Vero”, supuesta líder de una célula de los Zetas. La armada mexicana dijo que se trataba de la primera mujer detenida en México acusada de encabezar un grupo de narcotraficantes. Se cree que ella tomó el control de la plaza de una localidad de Nuevo León, al norte de México, que dejó Raúl García Rodríguez, “El Sureño”, capturado en agosto.

A “La Vero” la encontraron en un auto en el que había un revólver, seis celulares y varias decenas de sobres con drogas y marihuana.

En otro caso menos sonado fuera de México, pero en el que una mujer tuvo un papel relevante, fue el del pasado 7 de mayo. En Naucalpan, en el estado de México, se detuvo a Ivonee Leyva Navarro, de 19 años, quien traía consigo 190 dosis de narcóticos y 150 cartuchos útiles para distintos tipos de armas.

“La Pato” era también mujer de armas tomar, literalmente. En marzo de este año, en Monterrey, al norte de México, se detuvo a Rosa Nelly Rodríguez Martínez, de 30 años, una expolicía de esa localidad porque supuestamente era líder de narcomenudistas. Fue parte de la corporación policiaca de 2002 a 2008, y desde que se unió a los narcos, hace dos años, estaba a cargo de 30 “tienditas”, o centros de distribución de droga al menudeo. Su hermana Ana Rodríguez Martínez, “la Güera”, de 31 años, trabajaba con ella.

Hace unos meses, en Michoacán, en el centro de México, las autoridades desarticularon una célula delictiva de La Familia Michoacana, una de las organizaciones criminales más sanguinarias de ese país. El grupo era operado, supuestamente, por una mujer, Norma Lagunas Ayala, de 30 años. Ella era la responsable de dirigir la venta y distribución para la zona sur de la entidad.

En un caso reciente, autoridades mexicanas anunciaron la detención de María Guadalupe Jiménez López en Monterrey. La Tosca, como era conocida, encabezaba una banda de homicidas, secuestradores y narcodistribuidores al servicio de los Zetas. Junto con La Tosca, quien tiene 26 años, fueron presentados seis de sus secuaces.

A esta célula del crimen organizado, que integraba a otras cuatro mujeres y a tres hombres, se les atribuyen por lo menos 20 homicidios.

Una nota del sitio electrónico Vanguardia.com.mx, indica que hay alrededor de 200 mil mujeres mexicanas que trabajan de forma directa o indirecta para bandas de narcotráfico, y que siete de cada diez mujeres en el norte de México están ligadas o son beneficiadas por el dinero del narco.

La misma nota cita cifras de la DEA, que señalan que “hay 10 mil mujeres encarceladas por crímenes relacionados con la fabricación, venta y distribución de narcóticos”.

El diario mexicano El Excelsior, que recoge una nota investigada por The New York Times, indica que el número de mujeres encarceladas en México por crímenes federales ha crecido en 400% desde 2007.

La nota agrega que lugartenientes detenidos han contado a la policía que algunas de las mujeres actúan como informantes. Otras trabajan como mulas, asesinas o como “la gancha”, usando su belleza como atractivo para los hombres y poderlos secuestrar.

En su página electrónica, BBC Mundo dice que las mujeres no han sido ajenas al tráfico de drogas en el país, pero desde 2006 las autoridades encontraron que asumen roles donde sólo participaban varones.

“Ahora en México también hay sicarias”, dice la nota. "Pueden ser tan violentas como los hombres", dijo a la página Martín Barrón, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) de México.

Todo este panorama deja claro que nunca antes había sido tan certera la canción de los Tigres del Norte, que reza en sus estribillos que “también las mujeres pueden”.

Before You Go

Popular in the Community

Close

What's Hot