Hace meses, Graciela Escobar estaba muy emocionada porque por primera vez desde que llegó a este país votaría en las elecciones presidenciales de México.
Cuando fue el momento, envió su solicitud al Instituto Federal Electoral mexicano, el órgano encargado de efectuar el proceso mediante el cual los mexicanos que viven fuera de su país pueden sufragar en elecciones federales.
Ya pasaron dos semanas desde que Escobar recibió la boleta, pero el documento, que incluye porte pagado y las instrucciones detalladas para regresarlo a México, sigue arrinconado en una mesa de la sala de su casa, en un sobre de Fedex a medio abrir.
“Es que no sé por quién votar todavía”, dijo Escobar a manera de explicación.
Escobar no es la única mexicana que vive en el extranjero que pudo registrarse para obtener una boleta de votación y que hasta la fecha no ha enviado el documento a México.
De acuerdo con datos recientemente revelados por el IFE –el Instituto Federal Electoral de México–, hasta la fecha, a menos mes y medio de las elecciones para presidente en México, de los casi 60,000 mexicanos que se registraron para votar desde el extranjero, solo 1,000 han regresado sus boletas.
“Nuestra esperanza es que se regresen todas [ las boletas]”, dijo Ana Isabel Fuentes Bustillos, portavoz del IFE.
De acuerdo con las fechas que establece el organismo electoral, el 20 de este mes es la fecha límite para el envío del paquete electoral postal. Sin embargo, Fuentes Bustillos dijo que para estas fechas todos los votantes suscritos ya deberían tener la boleta en su poder.
“Si no es así, deben ir a la oficina postal a buscar el paquete, porque por ley no pueden retener correo más de cinco días [en Estados Unidos]”, dijo la vocera.
El IFE recibió poco más de 59,000 solicitudes de inscripción para votar desde el extranjero. Unas 45,500 provenían de Estados Unidos, de las cuales 12,308 fueron de California y 1,580 de la ciudad de Los Ángeles.
Esto significa un incremento de 40 por ciento en el nivel de participación en relación con las elecciones de 2006, cuando por primera vez los mexicanos residentes en el extranjero pudieron votar desde fuera de su país.
En estas elecciones hubo 41,000 solicitudes aprobadas, y de éstas, el 81 por ciento se contabilizaron como sufragios.
En esta ocasión los votantes tienen ante sí a cuatro candidatos a presidente de la República: Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional; Josefina Vázquez Mota, del oficialista Partido de Acción Nacional; Andrés Manuel López Obrador, de la coalición Movimento Ciudadano, y Gabriel Quadri de la Torre, del partido Nueva Alianza.
De acuerdo con las más recientes encuestas publicadas en México, Peña Nieto lleva la delantera. Lo sigue Vázquez Mota, luego López Obrador y después Quadri. La elección se efectuará el 1 de julio, y las boletas que hayan llegado hasta 24 horas antes se contabilizarán el mismo día primero.
Sin embargo, todo este proceso es para Armando Vázquez Ramos, profesor de estudios chicanos de la Universidad Estatal de California en Long Beach, “una pantalla, una pantomima”.
“[El voto en el extranjero] es un gran fracaso... porque está limitado a los que tienen tarjeta del IFE... Los que podrán votar son muy pocos, cuando en realidad hay entre cuatro y cinco millones de mexicanos elegibles para votar en Estados Unidos”, dijo, el profesor, quien está abogando porque el IFE modifique su mecanismo de registro y permita que los mexicanos en el extranjero puedan sufragar con cualquier documento que los acredite como ciudadanos de ese país.
Sin embargo, para el profesor, que de la cifra elegible solo estén registrados poco más de 1 por ciento, es una muestra de que al gobierno mexicano “no le importa” lo que piensen los que se van del país.
"Les valemos madre",dijo.
El IFE tiene destinados unos 15 millones de dólares para el voto de los mexicanos que viven fuera de su país. Se calcula que tramitar cada una de las boletas costará alrededor de 6,000 dólares. Este organismo recibió solicitudes de 82 países.
Graciela Escobar cree que en algún momento marcará su boleta y la enviará de vuelta.
“Tengo hasta finales de junio para hacerlo”, dijo, al tiempo que aceptó que “como buena mexicana, lo voy a dejar para última hora”.
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