Cómo hablar con tu hijo sobre tu cirugía cosmética

Me haré una cirugía cosmética, ¿cómo se lo digo a mi hijo?

Hacerse una cirugía plástica es una decisión personal, pero cuando se es mamá, no se puede dejar de pensar en los hijos ni un instante. Entonces, ¿cómo hablarles a los niños sobre ese cambio que se avecina? ¿Cómo decirles que mami se va a operar la nariz o que se va a aumentar el busto? El tema tiene que hablarse, porque un niño se dará cuenta que mamá va a ingresar al hospital, que va a atravesar por un período de recuperación y que, al final, lucirá un tanto distinta.

“Es importante que las madres entiendan que la decisión de hacerse una cirugía estética tendrá consecuencias en sus hijos y que deben prepararse para que éstas sean lo más leves posibles”, le dijo a HuffPost Voces el Dr. Michael Salzhauer, cirujano plástico y autor del libro ‘My Beautiful Mommy’.

“Es necesario que los niños se sientan parte de este gran evento, aunque no comprendan completamente cómo funciona una cirugía; ellos son muy perspicaces y es casi imposible ocultarles una noticia como ésta”, añade el médico certificado.

Y es que hay mujeres que piensan que al no contarles a sus hijos sobre la cirugía cosmética a la que se someterán, los están protegiendo de un evento que podría resultarles traumático. Pero la realidad es completamente opuesta, según explica Salzhauer. “Ocultarle una cirugía plástica a un niño es absurdo, pues ellos necesitan recibir información verdadera, que debe darse de acuerdo con su edad y desarrollo cognitivo. Entre los dos y siete años, los niños realizan operaciones mentales donde la fantasía revela más fácilmente las cosas. Por lo tanto, dar respuestas muy abstractas no tiene sentido, pues ello no calma las ansiedades o angustias que se despiertan con una cirugía”.

Para ayudar a las mujeres con este tema, el Dr. Salzhauer escribió un libro del que no sólo ellas aprenderán mucho, sino a través del cual sus hijos podrán entender y resolver todas sus dudas con respecto a la transformación de sus madres. ‘My Beautiful Mommy’ ha sido publicado ya en su versión en español, y en él se narra la historia de una madre y su hija, y cómo es que ambas viven la experiencia de la cirugía plástica. La lectura guía al niño a través de las consultas con el médico, el quirófano, y el resultado final.

UNA CUESTIÓN DE AUTOESTIMA

Una cirugía plástica es hasta cierto punto fácil de entender para la persona que se someterá al cuchillo, pero para la gente que la rodea, puede ser un asunto complicado de asimilar. Y cuando hay hijos de por medio, surge la duda de si una cirugía cosmética no entrará en conflicto con aquello que los padres tratan de inculcarle con respecto a la autoestima. De acuerdo con Salzhauer, no. Y es que según el experto, una mujer que quiere hacerse una cirugía cosmética lo que desea es precisamente sentirse mejor con ella misma.

“Los niños no necesitan a una mamá Barbie y tampoco a una mujer insatisfecha consigo misma. Ellos requieren madres capaces de preocuparse por sus necesidades afectivas y que transmitan confianza”, explica el cirujano. “Los padres quieren que sus hijos sean exitosos, y la realidad es que, a la gente atractiva le es más sencillo enfrentar ciertas cosas en la vida. Muchos estudios sociales han confirmado esto”.

“Hay que pensar en las personas que tienen un complejo con su físico, y si ese complejo está opacando su personalidad, su talento y su autoestima. Cuando el defecto físico precede a tu persona, no te deja mostrarte tal cual eres, te limita en tus relaciones sociales, en tu trabajo, carrera, vocación… entonces la vida se vuelve difícil y pesada”.

CÓMO SUPERAR EL MIEDO

Aunque sea el camino necesario para lucir y sentirse mejor, entrar al quirófano puede enchinarle la piel a cualquiera. Y saber que a mamá le van a meter un cuchillo en alguna parte del cuerpo, sin duda asusta a cualquier niño. ¿Cómo explicarle a un hijo que mamá va estar bien?

“El aspecto desconocido de una cirugía plástica resulta muy aterrador para los niños; el miedo más frecuente es que asocien la visita al doctor con una enfermedad e incluso la muerte. La sola idea de perder a mamá es catastrófica”, nos cuenta el cirujano.

“Algunos niños, que han visitado mi consultorio con sus madres me preguntan: ‘¿por qué mi mamá está en el doctor?, ¿está enferma?, ¿va a morir?’ Ellos se imaginan el peor escenario, sobre todo después de la cirugía plástica. Los padres deben tener respuestas para disipar estos miedos”.

Y la única manera de hacer que el miedo no se apodere del niño, es ser completamente honestos con él. Así que si lo que mamá hará es quitarse un poco de grasa del abdomen para lucir más delgada, al niño hay que decírselo con todas sus letras.

AHORA, MI HIJA QUIERE HACERSE UNA CIRUGÍA

Te hiciste un arreglito por ahí, le explicaste todo el proceso a tu hija, y los resultados de tu cirugía fueron maravillosos. Estás contenta con tu nueva nariz o con tus nuevos senos, y eso se te nota. Pero la niña que tenía 5 años cuando te operaste, ahora es una adolescente que quiere seguir tus pasos. ¿Cómo hablar con ella?

“La respuesta es sencilla, y todo va a depender de la edad del adolescente”, nos dice el Dr. Salzhauer. “Para realizar una rinoplastia o cirugía de la nariz, se estima una edad donde el adolescente esté desarrollado fisonómicamente, esto es entre los 16 y 18 años. Para la cirugía de senos, debe haber una verdadera conversación sobre las razones por las cuales ella se quiere realizar la cirugía, y explicar los pros y contras de la misma”.

Pero claro, el argumento más fuerte de una hija que quiere operarse, y cuya mamá ya lo hizo previamente, siempre será ese: mamá lo hizo, ¿por qué yo no?

“La decisión es personal y debe ser un deseo, nunca se debe realizar para complacer los gustos de nadie -incluyendo a los padres-, pero manteniendo en claro que padre y madre deben orientar y ayudar en la toma de la decisión”, aclara el experto.

“Para lograr el éxito de estos procedimientos, los pacientes deben comprometerse a realizar las visitas médicas necesarias posteriores a la cirugía; la recuperación puede variar dependiendo de la cirugía. Los adolescentes piensan que pueden operarse el viernes y salir de fiesta el sábado en la noche, por lo que se les recomienda que si no pueden cumplir el reposo, deberían posponer la cirugía hasta estar completamente educados y seguros del paso que van a tomar”.

Y para que no existan confusiones, especialmente entre los más jóvenes, Salzhauer da un último consejo. “Olviden la palabra ‘cosmética’ y recuerden la palabra 'cirugía'. Esto los ayudará a entender que pueden existir complicaciones, que siempre existen riesgos y puede haber cicatrices”.

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