Dos pitchers de los Yankees lo cambiaron todo, esposas, hijos, automóviles, casas y hasta los perros

La increíble historia de dos pitchers que intercambiaron esposa, hijos, casa, ¡todo!

CORAL GABLES, Florida (VIP-WIRE).- La temporada de 1973 fue la primera con el bateador designado, pero tal novedad, que era tan notable, pasó sin embargo, a un segundo plano, porque días antes de darse la primera voz de play ball, el cinco de marzo, estalló uno de los escándalos más rimbombantes en la historia del beisbol.

Había buen sol en Fort Lauderdale, Florida, esa mañana, de marzo cinco, aún cuando anunciaban lluvia para la tarde. Era donde los Yankees entrenaban entonces. De pronto, cuando los reporteros nos aprestábamos a comezar otro día rutinario de trabajo, surgió la increíble noticia que cambiaba la vida privada de dos notables bigleaguers.

Al comienzo creíamos que se trataba de una broma, y nada más.

Los lanzadores zurdos de la rotación de los Yankees, Mike Kekich y Fritz Peterson, inter-cambiaron las esposas, los hijos, los automóviles, los perros y las casas. Es decir, Kekich iría a vivir a la residencia donde, hasta esa mañana vivía Peterson. Y Peterson viviría entonces en el hogar que había sido de Kekich.

Ellos dos, acompañados de sus esposas, Susanne Kekich y Marilyn Peterson, los cuatro muy sonrientes, hicieron el anuncio rodeados de periodistas.

“Pero, ¿por qué?”, clamó más que preguntó uno de los reporteros.

Los cuatro sigieron sonríendo. Y habló Mike…: “Nos enamoramos cruzados. Siento que adoro a Marilyn y ella me ama, mientras que Susanne está locamente enamorada de Fritz y él de ella también”.

En seguida recalcaron que lo cambiaban todo. Hasta las dos niñas de pocos años de Kekich se iban con Peterson y los dos niños de Peterson con Kekich.

El gerente-general de los Yankees para la época, Lee MacPhail comentó…: “Creo que debemos llamar ésto El Día de la Familia”.

La gente de la prensa se asombra poco, porque en esta profesión se suele esperar cualquier cosa por inverosímil que sea. Pero aquella vez ningún periodista podía creerlo... Yo menos.

Pocos días después las dos parejas cumplieron con lo anunciado. Es deir, se divorciaron. Y en seguida se casaron Fritz y Susanne, quienes han llevado hasta ahora una vida de buen matrimonio. Pero Mike y Marilyn no congeniaron, y en pocos meses ya estaban separados.

En las oficinas de los Yankees no quedaron nada agradados en aquella primavera con el movimiento de las dos familias. En junio del mismo año ´73, enviaron a Kekich a los Indios por un pitcher llamado Lowell Palmer, quien nunca jugó en El Bronx, pero estuvo en Grandes Ligas cinco años con Phillies, Cardenales, Indios y Padres. A Peterson lo mandaron también Cléveland, junto con Steve Cline, Fred Beene y Tom Buskey, por Chris Chambliss, Dick Tidrow y Cecil Upshaw.

Peterson ha sido uno de los zurdos de mayor control en la historia. Tánto, que antes de sus juegos solía calentar por zonas. Es decir, mentalmente dividía el home en cuatro, las dos esquinas y dos cuartos interiores, para tirar determinado número de lanzamientos sobre cada una de esas áreas. Lanzó en las Mayores hasta 1976, y terminó su carrera de 11 temporadas con record de 131-131, 3.30. Después se convirtió en predicador, y es un activo pastor de la Baseball Chapel, fundada entre otros, por el periodista Walter Spoelestra, para poner al alcance de los bigleaguers oficios religiosos cristianos.

Kekich se retiró después de la campaña de 1977, tras nueve años en Grandes Ligas. Sus números son 39-51, 4.59. Desde entonces le han ocurrido numerosos infortunios.

Fue a lanzar a Venezuela con las Aguilas del Zulia, y durante un juego hubo una pelea multitudinaria. Él salió del dugout, pero no a pelear, sino en plan de pacificador. Abrazó a un compañero de equipo por la espalda, tratando de separarlo. El otro, ignorante de quién lo agarraba así, dio un codazo hacia atrás que alcanzó a Mike en el lado derecho del abdómen. Sufrió tales lesiones en el hígado, que fue intervenido quirúrgicamente y estuvo hospitalizado hasta después de terminado el campeonato.

Más tarde lo contrataron para jugar en Dominicana, y allá decidió estudiar medicina para especializarse en siquiatría. Por eso se inscribió en la Universidad de San Pedro de Macorís, de la cual egresó graduado. Pero días después de recibir el título, las autoridades anularon todas las graduaciones de esa institución, por considerarlas fraudulentas.

Entonces Mike se entusiasmó con la aviación, y se hizo piloto de avionetas. Compró una y pasaba horas diarias en el aire, hasta que una vez, cerca de Seattle, se encontró en pleno vuelo con que no tenía gasolina. Comenzó a planear, y buscaba un sitio despejado para intentar el aterrizaje. Pero no encontró ninguno apropiado. De pronto se fue abajo el aparato, y quedó enredado en las copas de unos árboles muy altos.

El golpe por tal arborizaje causó daños en el fuselaje que no le permitían salir de ahí, y le dañaron el sistema de radio. Por eso tampoco podía comunicarse para pedir auxilio. Sin embargo, como no cumplió en tiempo prudente con su plan de vuelo, el personal del aeropuerto donde debía aterrizar dio la alarma, y comenzaron a buscarlo.

Lo localizaron a la mañana siguiente. Mike permanecía dentro de la avioneta, y había mitigado el hambre y la sed porque llovió durante la noche, y pudo lograr algunos sorbos de agua. Al llamado del piloto de la avioneta que lo encontró, acudió un helicóptero para tratar de rescatarlo con cuerdas. Pero no había cómo lograr que él pudiera cooperar agarrando la soga, y menos asegurándosela al cuerpo.

Cuando ya anochecía nuevamente, llegó al lugar, por tierra, un especialista en el ascenso de árboles, y fue quien pudo monear hasta el aparato y sacar a Kekich. Los médicos le encontraron solo heridas leves, algunos moretones y síntomas de deshidratación.

Mike Kekich, ya retirado también de la aviación, vive en Seattle, y se dedica a la distribución de cerveza al por mayor... ¡Salud!...

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