Las deudas de tarjetas predicen los divorcios

ESTUDIO: ¿Deudas de tarjetas predicen divorcios?

Las deudas de consumo tienen un poderoso rol en la erosión de la calidad de vida matrimonial, de acuerdo con Jeffrey Dew, en un estudio conducido para National Marriage Project. Ese tipo de deuda, mejor ejemplificado por las tarjetas de crédito, se ha convertido en uno de los mejores factores para predecir la incidencia de divorcios. Causa incomodidad financiera entre las parejas y aumenta la posibilidad de los conflictos sobre asuntos de dinero, reduciendo el tiempo de calidad que pasan juntos. Las parejas de recién casados que inician su vida en común con altas deudas de consumo son menos felices en su matrimonio, comparados con los que saldan esas deudas temprano en su matrimonio. No importa si las parejas son pobres o ricas, el estrés de las deudas de consumo tiene los mismos efectos.

Por el contrario, poseer activos (ahorros, dinero en efectivo, inversiones, propiedades y otras posesiones) endulza y da solidez a las relaciones entre los esposos, y estos experimentan menos conflictos, disminuyendo la posibilidad de divorcio. El poder protector de los activos opera especialmente sobre las mujeres. Las esposas con más activos matrimoniales están menos propensas a buscar un divorcio. Durante los primeros 36 meses de matrimonio, las parejas sin activos están 70% más propensas a divorciarse que las parejas con $10,000 en activos.

Las percepciones de cómo el cónyuge administra el dinero también tiene un rol en la calidad y la estabilidad de la vida familiar en los Estados Unidos. Cuando los individuos perciben que su cónyuge no administra bien el dinero, informa bajos niveles de felicidad matrimonial, y en un 45%, están más propensos a divorciarse. Las parejas que dicen tener desacuerdos financieros una vez a la semana están 30% más propensos a divorciarse que las parejas que están en desacuerdo sobre el tema solo algunas veces al mes. En resumen, las deudas y el manejo del dinero son un asunto tan determinante en la satisfacción matrimonial, que solamente las relaciones extramaritales y el consumo de alcohol y drogas les exceden en determinar la posibilidad de divorcio en una pareja.

Por el otro lado, las parejas que se mantienen lejos de las deudas de consumo, no gastan el dinero que no tienen y ahorran dinero para construir un futuro financiero sólido, están en mejor posición de disfrutar su matrimonio, además de tener una cuenta bancaria saludable.

¿CÓMO TENEMOS MATRIMONIOS MÁS FELICES SI EN ESTE MOMENTO LA DEUDA DE CONSUMO EN ESTADOS UNIDOS SUPERA EL TRILLÓN DE DÓLARES?

  1. Deja de improvisar tus gastos. Haz una lista de tus necesidades, separadas de tus impulsos, tus caprichos y aquello que quieres, pero no necesitas.
  2. Escribe una lista de tus gastos fijos y otra de gastos extraordinarios (los que ocurren de vez en cuando).
  3. Suma tus gastos y compáralos con tus ingresos. La regla de oro es aprender a vivir por debajo de tus ingresos.
  4. Recuerda que el pago de tu vivienda no debe exceder una tercera parte de tu ingreso.
  5. Ahorra; págate a ti primero. Ingresa un porcentaje de tus ingresos (empieza con 10%) a una cuenta de ahorros.
  6. Cuando tengas un impulso de comprar, piénsalo 24 horas. Quizás te des cuenta de que no lo necesitas.
  7. Si planeas comprar algo, pide descuentos, busca cupones y toda posibilidad de ahorros, y espera las ventas especiales.

SI TIENES BALANCES EN TARJETAS DE CRÉDITO...

  1. Deja de usar las tarjetas mientras las saldas.
  2. Salda los balances más bajos, para que veas progreso en tu camino a estar libre de deudas.
  3. Envía un pago mensual más alto a la tarjeta que tenga el interés más alto.
  4. Calcula un 10% del pago mínimo de las demás tarjetas y envía el pago mínimo más ese 10%.
  5. Cuando saldes una tarjeta, envía a otra tarjeta el pago que enviabas a la que saldaste, y así, sucesivamente con las demás tarjetas.
  6. Cuando termines de saldar todas las tarjetas, empieza a ahorrar esa misma cantidad que enviabas como pagos.
  7. Si te conviene usar la tarjeta de crédito después de saldada, separa de tus ingresos la cantidad que tomas a crédito para que pagues por completo cuando te llegue la cuenta. No excedas en crédito la cantidad que tus ingresos te permiten pagar cómodamente.

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