Anatomía de un desayuno perfecto

Así es un desayuno perfecto

Que si estás de prisa. Que no tienes hambre cuando te levantas. Que estás a dieta... las excusas para no desayunar son muchas. Pero esta es la comida más importante del día. El desayuno debería ser el 25 a 30% de las calorías diarias, unas 400 si quieres perder peso; 500 si quieres mantenerte. Si eres muy activa puedes ingerir 625.

TU DESAYUNO DEBERÍA CONSISTIR DE:

Un 53% de carbohidratos
"Durante la noche, cuando se duerme, se quema el azúcar de la sangre almacenada, lo que es el combustible favorito de tu cuerpo", dice el doctor David Grotto, autor de 101 Optimal Life Foods. "Los carbohidratos reponen estos rápidamente". Pero carbohidratos simples como muffins, donas y cereal endulzado no aplican. Estos se queman más rápidamente y provocan más colapsos y antojos. Mejor procura ingerir carbohidratos complejos (avena y pan integral) que son altos en fibra, lo que te mantiene satisfecha por más tiempo, se digieren lentamente y te dan más energía.
Tu meta: 35 a 65 gramos de carbohidratos, 6 gramos de fibra

Un 27% de grasa
Consume las grasas no saturadas como mantequillas de nueces o nueces enteras, aguacate o aceite de oliva. Evita las grasas saturadas en la mantequilla, tocineta y queso. La grasa se digiere lentamente, previniendo esos antojos de media mañana.
Tu meta:
7 a 15 gramos de grasa

Un 20% de proteína
"La proteína te satisface por más tiempo al subir los niveles de hormonas que combaten el hambre, como colecistoquinina y mantiene controlada la hormona que induce el hambre grelina", explica Grotto. Vas a necesitar mezclar varias fuentes como claras de huevo, yogurt sin grasa y leche descremada para obtener lo necesario.
Tu meta: 15 a 25 gramos de proteína.

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